Final del Festival Inimilor (de los corazones) en Timisoara
y regreso.
05/07/19
Como estaba previsto en el programa del festival, hoy es nuestro
día libre. La organización nos ofrecía la posibilidad de ir a una piscina,
actividad que no nos atrae. Teníamos previsto ir de excursión para visitar un
castillo en la vecina región de Transilvania, pero no nos autorizan a salir de
Timisoara por el temor a que nos pase algo. No lo entendemos. Reajustamos
nuestros planes y con un plano de la localidad nos dedicamos a recorrerla. Muchos
parques y pocos jardineros. Los edificios bonitos, robustos, algunos, mal
conservados por fuera.
Perteneció la zona al imperio austro-húngaro y se llamó
a la ciudad La Pequeña Viena. Plazas muy amplias. La ciudad es bonita y más
bien tranquila, sin mucho tráfico y con pocos turistas. Hay quien toma el
tranvía. Llegamos casi al mismo tiempo, porque les toca esperar su llegada.
Disfrutamos de una buena comida por nuestra cuenta en restaurantes que
previamente nos habían recomendado.
Por la tarde un guía de la oficina de turismo, nos lleva en
visita guiada por algunas de las plazas ya visitadas, pero sus explicaciones
nos sitúan en el tiempo y el espacio; en la historia. Se había ofrecido al
enterarse que nuestro grupo está formado por personas que realizamos el
folklore por afición. Él quería colaborar de forma desinteresada, aunque el
grupo agradecido le hace un regalo. En la noche nuestros componentes acuden al “Parcul
Rozelor” (el Parque de las Rosas) donde se realiza el festival. Poco a poco el
whatsapp se va calentando con comentarios de aburrimiento. Al parecer actúan
grupos muy parecidos de música y baile que aprecian los locales y aburren a los
no acostumbrados. Algunos hemos ido al Festival de Jazz que simultáneamente se
realiza en el centro al lado del Palacio de la Ópera, con público más joven y
variado. Todo es gratuito.
06/07/19
Comienza la mañana bastante calurosa, con ensayo después del
desayuno.
Resta mañana para pasear, hacer alguna compra de regalos o relajarnos
a tomar algo. Después de la comida, la rondalla aún se reúne en una habitación
para pulir algún detalle. La actuación sale redonda. No es que la otra no
saliera bien, pero siempre hay más nervios en la primera. A la hora de cenar no
nos esperaban, pero la guía, Patricia, lo soluciona con un par de llamadas.
07/07/19
Pocos se acuerdan de San Fermín por estos lares. Se ve un
pañuelico rojo más por enredar que por vinculación. A las 9 y media los jefes
de grupo y una pareja van a un acto oficial en los que se intercambian los
regalos con la organización del festival. A las
10 y media nos recogen en autobús para una actuación en un parque del “Consiliul
Judetean Timis” (Consejo del Condado de Timis).
Actuamos en primer lugar, sin
imprevistos ni complicaciones. Nos permite ver a los otros grupos.
Los pronósticos del tiempo anuncian un sesenta y tantos por
ciento de posibilidades de agua por la tarde. Está prevista la última actuación
y la ceremonia de clausura del festival. Las nubes no parecían amistosas cuando
nos dirigimos por última vez al Parque de las Flores. Chispeaba cuando
llegamos. Nos toca en quinta posición que se convierte en cuarta al fallar el
grupo de India. A la hora de salir al escenario ya llueve de forma decidida, convirtiendo
el piso en algo inestable y traicionero añadiendo la preocupación por los
trajes. Acabó nuestra actuación sin percance al tiempo que se desató un
aguacero que hizo finalizar las actuaciones y suspender los actos previstos. Philippe Beaussant, Presidente del CIOFF, agradece al grupo a través de Fernando, el coraje por actuar en esas circunstancias. Complicaciones
para volver al hotel, que nos ayudaron a resolver los guías. Por la noche había
fiesta de despedida y se convirtió en cena al intercambiar los tiquets de
bebida por pizzas. Hubo menos ambiente que en la fiesta anterior. Los grupos se
recogieron antes.
08/07/19
Último desayuno en el Hotel Central. A las 9 y media todos
desayunados y con las maletas en recepción. La organización del festival nos
pone un autobús para ir a Budapest donde embarcaremos. Una hora hasta la
frontera húngara y sobre tres más, con las paradas de rigor, hasta la ciudad.
Directamente vamos a la isla de Buda donde paseamos y hacemos las consabidas fotos.
Mucho ambiente de turistas, incluídos un grupo de Soria y otro burgalés.
Visitamos a continuación los exteriores de la Ciudadela, construída en 1854 por
Los Habsburgo. Es el punto más alto de la ciudad por lo que se tiene una buena
panorámica sobre la misma y el Danubio. Pensábamos visitar el Parlamento, pero
el chófer y los guías tienen que regresar a Timisoara por lo que sobre las 6 de
la tarde nos dejan en el aeropuerto de Budapest
que lleva el nombre del famoso músico húngaro Liszt Ferenc. El check-in está anunciado para las 21 horas y el embarque para
las 23. Nos lo tomamos con calma. Siempre hay componentes del grupo junto a las
maletas, el resto van y vienen, (vamos y venimos) por el aeropuerto, visitando
tiendas o tomando algo.
Sin novedad el resto del
viaje. Llegamos a Jaca sobre las 9 de la mañana. Descarga del bus y a casa. Hay
quien ha hecho tresbolillos para llegar a trabajar a la hora, pero lo han
conseguido.Álvaro
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