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22 marzo, 2015

Danza Montañés - 5 (2007)

Recuperación de instrumentos

También Juan Francisco Aznárez, canónigo de la Catedral de Jaca, aseguraba en un documento inédito lo siguiente:
“La parte instrumental consta de dos piezas; la flauta, de madera forrada con una piel de culebra y que se llama chicotén; y el salterio, de cuerdas recias que no se pulsan, sino que hoy se golpean ligeramente para dar base tonal a la melodía.”

El documento no tiene fecha, pero bien pudiera ser de 1979, año en que se recuperó el dance de castañuelas, y con el que tanto tuvo que ver Anteriormente, este autor ya había dado a conocer los textos del dance antiguo del s. XVII, así como la existencia en dependencias catedralicias de los “trajes blancos’ de los antiguos bailadores. Sus informaciones fueron claves para la recuperación del dance de castañuelas por parte del G. F. Alto Aragón.
Pág. 231
Todavía hay constancia de que en la Catedral, entre las pertenencias de la Hermandad de Sta. Orosia (faroles, ropones, salterio.,.) se encontraba “otra flauta más pequeña”.Y en efecto, se trata de una con características idénticas a la ‘txirula” del otro lado de los Pirineos, Nadie ha dado razón del porqué se encuentra allí, pero bien pudiera ser que con el dinero de la venta de la antigua, se hubiese comprado alguna otra flauta “parecida”. Se vendía “una flauta vieja y rota” y se compraba “una nueva y entera”.
Tras esta situación agónica para ambos instrumentos, se ha ido produciendo un proceso de recuperación que ha despejado las dudas sobre su futuro.
Independientemente de lo realizado en otros lugares. como Zaragoza, todo este proceso se ha desarrollado en dos fases claramente diferenciadas y separadas en el tiempo por al menos, quince años.
Fue hacia 1977-78 cuando el G.F.Alto Aragón, ante la necesidad de sacar en sus espectáculos algo tan significativo en el folclore jaqués como su palotiau, se interesó por la construcción de réplicas de los antiguos instrumentos. El salterio de la Hermandad de Santa Orosia sirvió de base para la realización de los correspondientes planos y para su posterior reproducción.


Dos primeros salterios se construyeron entonces por miembros del mismo grupo: Ismael Paños, carpintero, y Javier Angel-Alberola, que se encargó de los planos. La investigación sobre todo sólo acababa de comenzar y algún “olvido” se produjo, pues no se reprodujeron ni el puente móvil ni las grapas.
Con respecto a la flauta, la situación de partida no era tan favorable, pues la venta a un particular del último instrumento original hacía unos años, obligó primero a localizarla. Tras ello, se lograron sacar unos primeros planos que permitieron la realización de nuevos ejemplares.
En aquella época faltaba de todo: no se conocían las melodías, ni cómo se tocaba el instrumento, ni tenían músicos que los tocasen... Ni siquiera se conocían artesanos capaces de reproducir buenos instrumentos. Incluso la flauta que se utilizó cuando se recuperaron las castañuelas” en 1979, fue una bearnesa comprada a un grupo folclórico de Pau’50, pues todavía no se habían podido construir los primeros ejemplares.
Esto último se solucionó gracias a la intervención de A. Vergara, que consiguió las primeras reproducciones, seguramente tres o cuatro ejemplares, de manos del artesano catalán Pau Orriols i Ramón, que fueron definitivas51. Precisamente con una de ellas, se interpreta actualmente el dance de castañuelas.
Estamos pues, alrededor del año 80 y Jaca cuenta con varias réplicas de los instrumentos antiguos. Del mismo grupo Alto Aragón salen las personas, como E. Tello, A. Gairín o Julio Laín, que pondrán en funcionamiento todo lo demás: melodías, recuperación del dance de castañuelas, etc.
Hacia 1995 va surgiendo entre un colectivo de personas de Jaca aficionados a la música tradicional, la necesidad de nuevos instrumentos y de relanzar de una vez por todas la música que con ellos se puede ejecutar. En estos quince años, la labor investigadora va creciendo, sobre todo de la mano de Álvaro de la Torre, y surgen nuevos contactos con los vecinos franceses. Se van conociendo nuevos aspectos de esta pareja instrumental, pero se carece de nuevas réplicas que acompañen todo este proceso.
De Luis Salesa, músico actual del palotiau del grupo Alto Aragón y excelente artesano de la madera, se ha recogido este testimonio aclaratorio de todo el proceso seguido en esta segunda fase:

“Bueno, pues como decía anteriormente, nos juntamos los tres, Enrique (Bayona) tenía los planos (los de lo flauta de Zaragoza), Álvaro (de la Torre) tenía contactos con Francia... y yo me encargaba de buscar la madera de boj. Esto sería sobre el 97 más o menos… En Zaragoza creo que todavía no había nada en absoluto sobre este tema (a excepción de lo hecho anteriormente por A. Vergara en el 80), fue o raíz de los de Amurrío que comenzaron o aparecer instrumentos en diversos grupos de allí...

          Yo tenía un coche lleno de madera seleccionada, poro hacer buenos instrumentos, Álvaro ya había contactado con José Mª Concedo y su padre José, artesanos de Instrumentos de viento de Amurrio, en Álava, por medio de Graciano Lacasta de Yebra de Basa. Estos artesanos ya habían hecho el chiflo de Yebra, encargado por éste que es el encargado de hacer las pastoradas en Yebra, al parecer conocía por su trabajo a José María …enterados de esto y de su buena reputación en los círculos del tema nos dirigimos o Amurrío un sábado por primavera, con el coche cargado con más de doscientos kilos de boj y a partir de allí comenzó nuestra relación, Les proporcionamos los planos y los madera y lo que teníamos muy claro ero que había que hacerlos bien, es decir había que conservar la afinación antigua, que es en DO, pero casi sostenido. Ahora se afina modernamente, pero entonces era matemática puro: si el primer agujero lo haces a la distancia x, el segundo será a la mitad y el tercero a la mitad de la mitad.... Fue todo muy laborioso, primero hicieron dos copias de los de Yebra, chiflos muy bastos, con anillas de madera, no eran cómodos de tocar..., nos enviaban el trabajo a medida que iba terminando la labor de afinación; una vez hecho esto, ya perfilamos lo que era la terminación exterior adornos, rebajes..., y con los datos y planos y la afinación antigua, lo mismo que tenían los chistus antiguos..., Se realizaron los primeros quince chiflos, cinco para cada uno.

50 De la entrevista a Enrique Tello.
51De la entrevista a Enrique Tello.



Detalle de la embocadura de uno de los ejemplares modernos del taller de J. Md Gancedo (Amurrio- Alava).
La excelento decoración se debe a Luis Salesa, artesano de la madera y músico de estos instrumentos. Año 1999. Foto: M.Tomeo.

DANZA MONTAÑÉS
          Manuel Tomeo Turón y Guzmán Fernádez Barrio 
Págs.: 213, 216, 217, 223, 224, 225, 226, 228, 229, 231

Edición y diseño: Pirineum editorial
Tel. 974 355386 - www. pirineum.es
C./ del Carmen, 4, 1º izda., 22700 JACA
ISBN: 978-84-935061-4-8

Depósito legal: Z-4084-2007

16 marzo, 2013

Querido Labordeta - Joaquín Carbonell


Puesto así, podría ser el anuncio de algún concierto o actuación de ambos cantautores en cualquier lugar, próximo o lejano de los innumerables que realizaron a lo largo de su dilatado recorrido. “Querido Labordeta”, es en esta ocasión el título del libro biográfico que escribe Joaquín Carbonell, el que fuera su alumno en los tiempos del Colegio San Pablo de Teruel, pero sobre todo compañero en tantas actuaciones y por encima de todo amigo intemporal, que a pesar de algún breve distanciamiento se mantuvo a lo largo de los años, afianzando su amistad y permaneciendo muy cerca hasta su fallecimiento.
Traigo a este blog este libro para citarlo y publi-citarlo (por qué no), por lo que nos ayudó su protagonista, lo que compartimos y sobre todo por que nos honró con su amistad.
           Leerlo ha supuesto una remembranza de tantas cosas. Personajes, lugares y sucesos, los veo próximos, muchos por haber sido figuras muy conocidas de la cultura, del aragonesismo o de la canción. Unas pocas por haberlas tratado personalmente e incluso por haber hecho amistad con ellas y compartido vivencias o viajes.
           Su vida fue tan activa, variada e intensa, que el número de personas, relaciones y lugares es casi interminable. Aún así a nuestro Grupo se le cita en el libro, lo que siendo prácticamente irrelevante dentro del conjunto, nos enorgullece que quede constancia de que compartimos medios de transporte, escenarios además de anécdotas y diversiones.
Diseño de portada, Estudio Ediciones B
Imagen de portada basada en la fotografía de Ángel de Castro

“El Ministerio de Asuntos Exteriores se dirigió al recién nombrado consejero de Cultura para proponerle un viaje a Nueva York. Para el Pilar, una embajada de buena voluntad y mejor disposición se embarcó en una gran nave alada, rumbo a la ciudad de los rascacielos. Labordeta fue uno de los seleccionados para llevar hasta allí las esencias originales y autóctonas de una tierra llamada Aragón. A Labordeta le acompañaron los grupos Alto Aragón, de Jaca y Baluarte Aragonés, referencias indispensables de nuestro brío y nuestra jota.” (pág. 265)

“José Antonio y su banda accedieron encantados, como una invitación a disfrutar de unas vacaciones en la ciudad más importante del mundo. Los chicos del Alto Aragón lo recuerdan así: “Sería un viaje con José Antonio Labordeta y su grupo de músicos, y por si fuera poco, los gastos a cargo de la DGA. Por aquél entonces Labordeta ya era famoso en Aragón, y nosotros nos conocíamos casi todas sus canciones, además ya habíamos realizado una actuación en el Colegio Mayor San Juan Evangelista de Madrid con ellos y posteriormente efectuaríamos una gira por Marruecos, también los dos grupos”.
Se daba la circunstancia de que en esa agrupación folclórica había un joven Mario Garcés, que con el tiempo, en 2011, alcanzaría el grado de Consejero de Economía en el Gobierno de Aragón, con el PP, con doña Fernanda Rudi como presidenta. El consejero puede presumir de haber acompañado con su bandurria a Labordeta en Nueva York…” (págs. 266-267)

“Javier Inglés recuerda que la estancia fue muy placentera y divertida, sin apenas compromisos, con tiempo para ver la ciudad y en un ambiente de franca camaradería con los integrantes del grupo Alto Aragón: “A los conciertos venían casi exclusivamente españoles. Pero una vez dimos uno en una universidad, en el salón de actos del Essex Country College de Newark, y en primera fila había un negro, un espectador negro. Labordeta emprendió el Arremójate la tripa, que como sabes tiene una estrofa que dice “Los hijos de la Miguela se han ido a la emigración, / uno trabaja de negro y otro de indio en un salón”. Al llegar a esa estrofa, José Antonio se dio cuenta de que esa expresión podía molestar al espectador de primera fila y echó mano sobre la marcha de un chiste que nos contaba a menudo: el de dos cazadores que presumen de sus hazañas; uno caza leones y el otro confiesa que caza “una cosa pequeña y negra, un wanamino”. “¿Qué es un wanamino?”, le pregunto el primero. “Un bicho que cuando le fui a disparar me dijo: “¡Wana, a mí no, a mí no!” Labordeta soltó sobre la marcha: “Uno trabaja de wanamino y el otro de indio en un salón”. Los músicos casi se pararon de la impresión”. (pág. 267)

Si Javier Inglés dice que “la estancia fue muy placentera y divertida" y hubo “un ambiente de franca camaradería”, casi podría asegurar que nosotros, los componentes del Grupo lo vivimos del mismo modo. Si no recuerdo mal, en el hotel de la calle 44 coincidimos el Ballet de María de Ávila, los de La COME y nuestro Grupo. Como l@s componentes del Ballet de María de Ávila eran disciplinados, ordenados y por supuesto se cuidaban muchísimo, nosotros hicimos especial amistad con los de La COME, con los que coincidíamos en horarios y aficiones. La COME, como los llamábamos nosotros, aunque al parecer el nombre correcto era La COOME (como la llamaba Labordeta, con dos oes (pág. 272)), era La Cooperativa Musical del Ebro y era el grupo de músicos que le acompañaban. Por lo menos para mí eran cinco, aunque leyendo el libro, Javier Inglés ya acompañaba a José Antonio desde 1979 como técnico de sonido y en estos viajes y unos cuantos años después siguió haciendo este trabajo. Así pues eran además de Javier, Iñaki Fernández, Paco Medina, Juan Carlos Fernández y Ángel Vergara.
Iñaki, de Monzón, tocaba el bajo eléctrico, (seguramente junto a Paco M. eran los que llevaban más tiempo) y era un enamorado de los Beatles. Siempre que tenía ocasión tocaba alguna canción de este grupo y por supuesto sabía cantidad de datos y anécdotas de los mismos. Nos invitaron a hacer un recorrido turístico por Manhatan y entre otros lugares pasamos frente al edificio Dakota, lugar donde se había filmado la película “La semilla del diablo” entre otras, pero también en cuya puerta habían asesinado a John Lennon tres años antes y que Iñaki nos citó con rapidez.
Paco Medina, guitarra, ya acompañaba a José Antonio con Luis Fatás y Pedro Savirón, habiendo participado en la grabación del disco “Las cuatro estaciones” y gran número de recitales.
Juan Carlos, Juanito para los próximos y desde entonces para nosotros era el batería, nacido en Luesia, era sin duda el más jovial y divertido. Después formaría parte del grupo IXO RAI. Según el libro su voz empastaba muy bien con la de Labordeta (pág. 262) y solía conducir la furgoneta cuando estuvo con ellos (pág. 291)
Ángel Vergara, era al parecer el último que se había incorporado con una gran habilidad para todo tipo de instrumentos de viento, sobre todo, flautas, dulzaina, gaita de boto, pero también acordeón y otros instrumentos. Es el que más he visto desde aquellas fechas, “haciendo bolos” hasta la actualidad, acompañando a cabezudos, en mercadillos medievales, formando parte de “Os músicos das cambras”, representando un espectáculo llamado “Falordias y Juglares”, en fin, siempre ligado a la música, al espectáculo y con un trato muy agradable y amistoso desde que coincidimos en esos viajes.
Os recomiendo su lectura a pesar de su grosor, sobre todo si érais jovencit@s en los 70.

Datos del libro – 501 páginas
1ª edición: septiembre 2012
© 2012 Joaquín Carbonell
© Ediciones B,S.A., 2012
Consell de Cent, 425-427 08009 Barcelona (España)

Álvaro