Intervención de D. Javier Ferrer en la Real
Academia de San Luis el pasado sábado 13 de mayo.
ACTO DE
RECONOCIMIENTO DE LA ACADEMIA DE NOBLES Y BELLAS ARTES DE SAN LUIS AL GRUPO
FOLCLÓRICO ALTO ARAGÓN DE JACA. -
No es
esta una hora habitual para este tipo de actos convocados por la Real Academia
de Nobles y Bellas Artes de San Luis. Sin embargo, les diré que si esta
convocatoria, les ha traído hasta este marco Académico, al menos creeremos que
ha despertado su interés por ampliar su información y conocimientos sobre
facetas de nuestra historia y costumbres etnográficas que se han mantenido
vivas, y se han guardado desde épocas pretéritas.
Con
todo el afecto y reconocimiento del que soy capaz, en nombre de la Academia y
con el orgullo que supone el ser desde hace 10 años el Académico Numerario,
delegado en la Ciudad de Jaca, primera capital del Reino de Aragón, les
proponemos un acto presentación de un feliz acontecimiento, propiciado por los siempre
sorprendentes bienes y valores culturales guardados con tanto celo y
transmitidos por la tradición.
Desde
mi ingreso en la Academia, adquirí el compromiso que me permite mostrar el
patrimonio vivo del Alto Aragón, (el acervo folclórico, su modo de vida, sus
expresiones lingüísticas, sus tradiciones y costumbres, mantenidas en silencio
en épocas pasadas por falsos rubores, pues el hablar de los valles y esas costumbres
populares, eran tenidos como un signo de incultura y muchos de los moradores de
esas tierras se esforzaban en esconder sus orígenes). Ese es mi compromiso y el
de la propia Academia.
Hoy
tendremos ocasión de contemplar una de las bellas tradiciones guardadas con
orgullo y respeto por un grupo de jóvenes, unos fundadores y los más, herederos
de los muchos que han ido pasando por el
Grupo Folclórico Alto Aragón, desde los albores de los años 70 del siglo
pasado.
Este
grupo pionero en estas lides, respetó con firmeza lo que de pureza habían
guardado las gentes de los valles pirenaicos y huyó de la fantasía que
aportaban “avispados” personajes que vieron un negocio en las costumbres
populares, ¡sirvan como muestra los programas televisivos que machaconamente
pretenden dibujar como signo progresista la incursión de las nuevas tendencias
en la música tradicional aragonesa.
No por
haberlo repetido en incontables ocasiones, ha resultado fácil haber llegado
hasta hoy, guardando y respetando toda lo que fuimos descubriendo en los archivos,
por fortuna bien guardados en esta tierra. Quizás fuimos unos privilegiados al
contar con excelentes lugares de estudio, en la Catedral y Ayuntamiento jacetanos,
así como en numerosos lugares de nuestro Pirineo Aragonés, muy especialmente en
la memoria de tantos moradores de sus valles, que pusieron su empeño por
mostrar la herencia recibida en su más pura expresión, ¿Cuántas jornadas, sentados
en plazas y hogares, en muchos casos alrededor de una chimenea en vetustas
cadieras que ayudaban sin duda alguna a comprender mejor la idiosincrasia de
todas las muestras etnográficas?.
Este
inquieto grupo de jóvenes proyectó todo su esfuerzo y trabajo en rescatar lo
aragonés, frente a la caricatura del “baturrismo” como ya había defendido Demetrio Galán Bergua una década antes.
El grupo Alto Aragón, defendió y salvaguardó lo autóctono tal como había nacido
de los acordes, bailes y cantos a finales del siglo XIX y primeras décadas del
siglo XX.
Muchos
autores y estudiosos como Arnaudas y
Arcadio de Larrea, en sus trabajos de investigación por los años 20 al 60
del pasado siglo, defendieron a la jota como única expresión de nuestra música
racial, pero se dolieron amargamente del abandono del resto del folclore
aragonés, gran desconocido e infravalorado.
Serán
los representantes del Grupo Alto Aragón quienes desarrollarán y nos adentrarán
en un trabajo que han traído para presentarnos y ofrecernos una muestra de la
belleza de uno de los dances más representativos que los montañeses ofrecían a
sus santos y patrones, en este caso a su patrona Santa Orosia. Estoy seguro de
que nos van a sorprender.
Pero
antes de llegar a ese momento, me van a permitir que recuerde con nostalgia,
pero con orgullo, la aportación que desde Jaca hicimos y siguen haciendo los
miembros del Grupo Folclórico Alto Aragón por el folclore y la etnografía de
Aragón.
El Festival Folclórico de los Pirineos, nos
dio un prisma universal del significado que para los pueblos tiene y aporta la
singularidad cultural, a través del costumbrismo, de sus músicas, de sus
bailes, convirtiéndose en la mejor alternativa al turismo tradicional de sol y
playa y al incipiente por aquel entonces turismo de nieve, ambos condicionados
por su estacionalidad y por su limitación geográfica.
Los
aludidos Larrea y Galán Bergua
reconocieron que se habían enamorado de la jota por aquellas serenatas de los
joteros y rondadores en tantas calles y en las romerías, bautizos, bodas y en
todas clases de festejos populares de nuestros pueblos.
GRABACIÓN -RONDA ALTOARAGONESA
(COLLARADA).
Quiero
resaltar la enorme labor de este grupo de extraordinario prestigio folclórico
internacional en pro de algo tan nuestro cómo es el folclore aragonés. No creo
descubrir nada nuevo si aseguro que son recibidos y reconocidos en el mundo
entero por su extraordinaria plasticidad tanto en sus trajes, como en sus
bailes, dances, música y elegancia en el escenario y desfiles callejeros, tanto
en aldeas, en pueblos o en grandes urbes (París, Rabat, Copenhague, Nueva York,
San Juan de Puerto Rico, países orientales y un larguísimo etc.).
Volviendo
a los orígenes, hoy esta Docta Academia quiere reconocer la ingente labor de
rescate y propagación del enorme legado, recopilado en nuestros valles y
rincones del Pirineo. Ahí están numerosas danzas de palos (paloteaos), albadas,
cantos, mazurcas, jotas, entremeses, villancicos, auroras, mayos, sobremesas,
boleros...
No
abriré una brecha que con seguridad me llevaría “al abismo” si defiendo la
pureza del folclore, frente a esos movimientos modernistas y en exceso
amanerados, tanto en el baile cómo en el canto, tan de moda actualmente. Más,
cuando estamos defendiendo a la JOTA cómo bien inmaterial de la humanidad, hoy deseamos
con todas nuestras fuerzas que se consiga y podamos mostrar al mundo, no me
cansaré de repetirlo, nuestro acervo cultural y etnográfico. Tiempo habrá de
“separar el trigo de la paja”, aunque haya que hacer acopio de argumentos para
dar contestación a aquellos que hoy intentan persuadirnos de que esas
corrientes como dicen los que no tienen más argumentos en el mundo
socio/político, “que han venido para quedarse”.
Deberíamos
tener claro como dijo mi predecesor en esta Academia el recordado Juan Alfaro “que a los aragoneses nos vinculan
de manera indeleble nuestros paisajes y nuestras gentes, nuestras costumbres y
tradiciones, esa manera de sentir la espiritualidad y hasta la reciedumbre que
conforman en el suelo, el agua que transita por sus entrañas y su forma de
hablar”.
Continúa
diciendo Alfaro “deberíamos tener en cuenta el contexto histórico en el que
estamos, sin olvidar jamás que somos fruto de una larga y rica tradición que
nos precede y conforma, la cual debemos conocer y asimilar si queremos que el
futuro adquiera una entidad coherente y real.
Jaca
debe vincular su historia reciente entre otras manifestaciones al Festival Folclórico de los Pirineos, al
que deberíamos de reconocer como principal camino para abrir nuestra realidad a
Europa y al resto del mundo.
Pues bien,
sin buscar líneas de modernidad al tema que hoy nos convoca, nos centraremos en
una particular manera de recrear y reconocer nuestras tradiciones y nuestra
historia. Hoy vamos a ver cómo una manifestación popular, ha llegado hasta
nuestros días, ligada a una figura que ha traspasado el tiempo histórico y que acabará
ordenando la vida espiritual de tantos valles y tantos alcores.
Ahí
está Santa Orosia de la que tanto sabemos gracias al legado hallado en nuestra
Catedral, de la que han escrito numerosos canónigos desde el siglo XVI, sobre
la que siguieron esta estela D. Juan
Francisco Aznarez, nuestros entrañables Jesús Lizalde académico correspondiente y Domingo Buesa, presidente de esta docta academia, gracias a ellos y
a otros muchos, los jacetanos y montañeses tenemos fe ciega en su protección,
sobre la que sabemos que fue una mujer martirizada en el siglo IX por los musulmanes.
Murió en el monte de Yebra de Basa quedando la cabeza en la villa principal del
valle y el cuerpo en la ciudad Jaca, donde cada 25 de junio se veneran sus
restos ante la presencia de los protagonistas de nuestro encuentro, los Bailadores de Santa Orosia y de los
montañeses que como dijo el pregonero, “se
postrarán, con as rodillas afincadas en o suelo, aguantando a solarrina,
marcando o prencipio das fiestas patronales”
Hablamos
de una historia de cuatrocientos años, de esos romeros que al caer los días del
mes junio, recorren los caminos de estas tierras y son acompañados por
“bailadores” que constituyen la más importante referencia de la música
tradicional de esta tierra. Es sabido que alrededor de esta figura orosiana, se
crearon obras de arte, cantos, músicas, bailes, obras de teatro... Es dificil encontrar
otra santa que haya generado tanto patrimonio cultural. Aseguró Alfaro que este sentimiento se llevó
por los montañeses a Italia y América, razón por la cual hoy son muchas las
ciudades que la aclaman y le dan culto”.
La Academia de San Luis,
cobija las nobles y bellas artes de esta nuestra tierra aragonesa, por eso
acoge y ampara de buen grado esta faceta de expresión popular, que forma parte
por derecho propio de las bellas artes, nacida en el entorno rural, que hoy alcanza
el favor de unos ciudadanos necesitados de valores.
Debo
repetir como lo hice en mi discurso de ingreso en la Academia, que me ligan a
este “grupo” numerosos sentimientos y vivencias personales que han cincelado mi
amor por la etnografía y el patrimonio vivo del Alto Aragón.
Hoy en
día es fácil acudir a las redes sociales para encontrar grabaciones y muestras
tanto musicales, como audiovisuales; pero si nos trasladamos a los años 70
deberemos reconocer que el Grupo Alto
Aragón fue pionero en ofrecer ese sonido inconfundible de sus trabajos. De
los numerosos trabajos discográficos salidos de lo que podríamos denominar
“factoría altoaragonesa”, quiero resaltar el primer disco, obviamente por aquel
entonces de vinilo “EN RECUERDO DE UNOS
VALLES”, en el que su música, se paseó desde Ansó, la Val d'Echo, Aragúes
del Puerto, Embún, Jaca, Villanúa, Lanuza, hasta Bielsa.
Para
los curiosos e interesados, diré que la grabación fue realizada por los
técnicos de la desaparecida casa discográfica
BELTER, en lo que por aquel entonces era la Feria de Muestras de Zaragoza
hoy las instalaciones de la Cámara de Comercio. Por cierto, los profesionales
de la firma discográfica reconocieron que en su amplia experiencia nunca habían
realizado un trabajo de esa excepcional calidad en tan sólo una jornada
laboral.
Permítanme
una licencia que quiere ser un recuerdo para el añorado Académico Antonio Angulo recientemente fallecido,
delegado en Huesca, maestro de periodistas, con el que tuve el privilegio de
compartir labores en especial las relacionadas con la vida cotidiana de los
valles pirenaicos oscenses. Él, con su reconocida maestría, hizo de maestro de
ceremonias y presentador del espectáculo que sirvió para dar a conocer en el Palacio
de Congresos de Jaca el trabajo recopilatorio.
Siguieron
otros trabajos, cómo el LP “PUEBLOS Y
GENTES”, que vino a complementar la labor realizada de recopilación. En él
se grabaron trabajos de Aragúés del Puerto, Sinués, Sallent de Gállego, Aso de
Sobremonte... piezas bien diferentes a las jotas, ahí se reconocen (dances de
espedos, mazurcas, albadas, boleros, auroras, sacramentos, sobremesas y las
peculiares jotas de Sallent de Gállego, de Aso de Sobremonte y una rondadera
propia de los valles Altoaragoneses.
-------GRABACIÓN JOTA DE
SALLENT DE GALLEGO
Recomiendo
tanto a los estudiosos como a los curiosos y amantes del folclore en general,
la escucha de otros trabajos posteriores, como CALANDRIAS, con sorprendentes piezas musicales que son puente entre
la memoria y las actuales tendencias de numerosos grupos músico/vocales.
Siguiendo
con su labor, hace una docena de años aportaron una nueva grabación
extraordinariamente peculiar. NUECES Y TURRONES,
MANZANAS Y PERAS. Ni que decir tiene que su temática buscó en la amplitud
de villancicos y cantos de Navidad. Hoy en día siguen aportando fruto de su
trabajo, otras muestras de esa música de inconfundible sonido y cadencia
identitaria de esta tierra nuestra. En la actualidad el Grupo está inmerso en
la grabación de nuevos trabajos, en la línea de sus comienzos, rescatando
piezas de gran valor ancestral que pronto serán editados y que podremos
escuchar.
Parece
que hoy en día en estas apariciones académicas, no debemos olvidar, ni dar por
sabido la gran aportación de la mujer altoaragonesa a la historia de sus
valles. Ya en 2013, en conferencias y discursos, reconocimos nuestra admiración
por las mujeres de estas tierras áridas, frías, a veces crueles, qué en los tiempos
de trashumancia, de las labores agrícolas, o de las ausencias de los varones
por tantos motivos, supieron sostener y preservar la casa unida, guardando a su
vez todo lo que de bueno tenía la unidad familiar.
En los
valles de Echo y Ansó es
precisamente donde encontramos la máxima expresión de la belleza incomparable
de sus tradiciones y costumbres, muy especialmente de sus trajes que acompañan cada
época y actos de vida en el caso de los ansotanos (bautizos, actos infantiles,
faena, bodas, alcalde, festivos...). No así letras oportunas descriptivas de
estas costumbres. La peculiar jota de Ansó se ejecuta con elegancia y una
cadencia propia del peso de los trajes, especialmente de las mujeres, el baile
es acompañado con “pitos de boj” con
un sonido diferente a las tradicionales castañuelas. Así pues, pensando en la
grabación discográfica, quisimos crear una letra que reconociese lo que
creíamos era unaacusada personalidad del valle y sus moradores.
Entendimos
que había que situar geográficamente la localidad y no fue difícil, definirla
en una cuarteta.
“Entre
Viniés, Hecho y Garde
Fago,
Huertalo y Majones
está la
villa de Anso
ladrona
de corazones”
Es aquí
donde quisimos introducir la excepcional e imprescindible presencia de la mujer
ansotana en el cotidiano vivir. Analizando el día a día, había numerosos
momentos en los que la mujer era imprescindible para la subsistencia de la
economía familiar, uno de los actos, era la presencia madrugadora en época de
la recolección de hierbas medicinales que luego eran vendidas en los mercados
de los bajos Pirineos franceses por las propias mujeres.
Surgió
otra cuarteta que definía estos momentos:
“Que
prefiero el día madre
y del
día las mañanas
porque
es cuando puedo ver
a las
mozas ansotanas”
Como
final de esa aportación, creímos conveniente resaltar el carácter festivo de
las gentes del valle, así quedó grabada la siguiente cuarteta:
Te daré
la despedida
la que
dan los ansotanos
que
cuando llegan las fiestas
los
huéspedes son los amos”
-------GRABACIÓN DE LA JOTA
DE ANSO.
Volvamos
al motivo que hoy nos ha convocado, volvamos al hilo conductor que nos aporta
la presencia del Grupo Folclórico Alto Aragón.
A la celebración de una efeméride con 400 años de historia, a los “Dances de Santa Orosia”, dejemos que
nos expongan la idiosincrasia de esta expresión, de carácter religioso, pero
que como ellos reconocen, con matizaciones profanas. Escucharemos el chiflo y
el salterio y nos dirán como nació esta tradición, como se asentó, como
pervivió, se olvidó y cómo se revitalizó su presencia por los años 70 en las
procesiones precediendo a la Urna de Santa Orosia.
Gracias
de nuevo, damos a los presentes y muy especialmente a los miembros del grupo folclórico ALTO ARAGÓN, por
compartir con nosotros en esta jornada su incursión en la historia, en una expresión
de la cultura que viene de antiguo y pretende renovarse con absoluto respeto.
MUCHAS
GRACIAS.
Las negritas son del blog.