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22 julio, 2019

Un salterio en Cico Villas (Z) - 1987


Traemos esta entrada que se publicó en el último número de Andalán, en enero de 1987. En ella hace referencia al salterio o chicotén. Ya se asociaban estas dos palabras como sinónimos, desde la creación del grupo de música Chicotén del que ya hablamos en una entrada anterior (https://grupofolkloricoaltoaragon.blogspot.com/2019/05/actuacion-en-la-romareda-zaragoza-1980.html). Para nosotros tiene más lógica que la palabra chicotén (chicote, chico, pequeño) se asociara al chiflo que al salterio, pero no todos piensan de igual forma. En cualquier caso es el contenido del artículo lo que tiene interés, sin entrar en otras consideraciones.

Álvaro

El salterio de Biota

Es notorio el aumento del interés por la investigación y difusión de la música tradicional aragonesa en la actualidad. Concretamente, en el terreno de los instrumentos musicales de nuestro folklore, aparecerán próximamente sendos estudios sobre la dulzaina y la gaita de fuelle aragonesas, gracias al esfuerzo individual de Blas Coscollar y Pedro Mir, respectivamente.
El grupo Biella Nuey, en colaboración con Alvaro de la Torre, venimos realizando un estudio sobre dos instrumentos tan desconocidos como los anteriores para la mayoría de los aragoneses y de gran importancia para su originalidad: el salterio y el chiflo.

El chiflo y el salterio

El chiflo o chuflo es una flauta de tres agujeros, recubierta de piel de culebra, lo que lo emparenta con la gaita de fuelle aragonesa. A éste le acompaña el salterio o chicotén, un tambor de cuerdas conformado por un cajón de madera alargado provisto de seis cuerdas que al ser golpeadas por un batiente proporcionan el ritmo y un acorde continuo a la melodía interpretada por el chiflo.
El salterio de Biota
Ambos instrumentos son tocados por el mismo músico. Este sujeta el salterio con el antebrazo izquierdo, sosteniendo en la mano izquierda el chiflo y en la derecha el palo que golpea las cuerdas del chicotén.
El área de extensión de estos instrumentos en Aragón la encontramos hoy muy limitada, concentrándose su uso en dos localidades, Jaca y Yebra de Basa, donde han pervivido ligados a los respectivos dances y a la popular romería de Santa Orosia.
El chiflo y el chicotén se extienden también al otro lado de los Pirineos con algunas pequeñas diferencias.
Actualmente, en Aragón se conservan dos salterios tradicionales: el que se guarda en la catedral de Jaca y el que posee el músico del Dance de Yebra de Basa, Faustino Villacampa.

El ejemplar de Biota

Fue hace alrededor de un año cuando, en conversación con el músico y luthier Pedro Sabirón, éste nos informó de la posible existencia de un chicotén en Biota. Dado nuestro interés por el dat0 nos remitió a José María Valero, con la ayuda del cual nos pusimos en contacto con el dueño del instrumento, José Manuel Giménez. En agosto de este mismo año visitamos en su casa de Biota a José Manuel Giménez. quien nos recibió muy amablemente y nos permitió medir y fotografiar el instrumento. Al calor de unos generosos vasos de vino nos dio noticia de cómo había llegado a sus manos. El salterio conservado en Biota fue encontrado por él hace cerca de ocho años en la cuadra de una casa de Sos del Rey Católico que era propiedad de su tío abuelo Emiliano Ladrero Remón. El señor Ladrero había sido médico forense en Sos y acostumbraba a viajar, en razón de su oficio y por gusto propio, por numerosos pueblos de la comarca. Dada su afición a recoger objetos de interés en los lugares que visitaba, es deducible que encontrara el salterio en alguna de sus excursiones y lo conservara en su casa de Sos. Es más improbable que el instrumento se hubiera tocado en el mismo Sos; las encuestas que hicimos al respecto en el pueblo fueron negativas. Desgraciadamente, Emiliano Ladrero murió hace ya tiempo y no nos puede precisar su origen; a pesar de todo, continuamos rastreando la exacta procedencia del instrumento.
La forma general del salterio que conserva José Manuel Giménez permite clasificarlo como el tipo aragonés. Las proporciones generales, la forma global (cuatro curvas laterales, presenta salientes protectores de las clavijas, conserva un soporte para correa), la técnica de construcción (laterales tallados en una sola piaza, (pieza), travesaños interiores) nos dan una clara idea de su parentesco con los ejemplares conservados en Jaca y Yebra de Basa.
Frente a estos presenta algunas singularidades: su mayor longitud (unos ocho centímetros más), su acabado exterior (la tapa anterior está pintada de amarillo y la posterior y los laterales de verde oscuro) y el delicado tallado en escalera de los puentes.
El estado de conservación del instrumento es bastante deficiente: faltan dos de las curvas laterales y un trozo de la tapa inferior. se encuentra rajado en varios puntos, sólo conserva cuatro de las clavijas y de las cuerdas de tripa se mantienen una íntegra y algunos pequeños trozos del resto. Por otro lado, no se conserva el batiente ni se tiene noticia del paradero del chiflo que hubiera podido acompañar al salterio.


Relevancia del instrumento

En definitiva, el descubrimiento del tambor de cuerdas que se guarda en Biota aumenta el número de salterios aragoneses conservados y permite contemplar la posibilidad de que el uso del salterio y el chiflo en Aragón no se recluya únicamente en las localidades de Jaca y Yebra de Basa. Por otro lado, la comparación de las características de este salterio con los otros conservados en Aragón y el cotejo con los rasgos definitorios del mismo instrumento en el sur de Francia permiten concebir la hipótesis de la existencia de un modelo altoaragonés de salterio. Frente a los salterios franceses, los aragoneses presentan a grandes rasgos las siguientes características distintivas: un mayor tamaño, la existencia de correas de sujeción (consecuencia directa del rasgo anterior), la presencia constante de salientes protectores de las clavijas y de cuatro curvas en los laterales, así como una ornamentación más austera de los oídos de resonancia.
De todas maneras, todavía queda rebuscar en muchos pueblos y estudiar críticamente la información recogida, bien de viva voz,
bien en los documentos y libros de los escasos investigadores que en el pasado se ocuparon del chicotén y el chiflo en Aragón, para llegar a una certera idea sobre la importancia y características de estos instrumentos en nuestra tierra.

BIELLA NUEY


Andalán Núm. 466-467 1ª-2ª quincena, enero de 1987



27 mayo, 2019

Actuación en La Romareda - Zaragoza - 1980



II Muestra de Folklore en Zaragoza - 1980

En el periódico Andalán del 30 de octubre de 1980, en la página 16 hay un artículo en la sección MÚSICA en que se analiza las diversas actividades, que sobre este tema se realizaron en las recién pasadas Fiestas del Pilar. El periodista o crítico,” 3 DIOPTRIAS” a veces tira con bala, cuando escribe sobre las distintas vertientes musicales que hubo en las fiestas.
Citan a Noel Vallés y José Alejos, dulzaineros de Alcañiz. En estas fechas hay muy pocos músicos que toquen la dulzaina en Aragón.
Al Grupo nos ve bien. A Somerondón con quien tenemos amistad de muchos años, no tanto. Hay que entender que no todas las actuaciones salen brillantes o no gustan a todo el mundo. A nosotros nos ha pasado más de una vez.
Hablan del grupo de música “Chicotén” (llamaban así al salterio), que había grabado dos discos y hecho su recorrido de 1977 a 1979. Este grupo lo trajo la asociación Mozalla a un recital en el Instituto “Domingo Miral” de Jaca. También actuó en el Festival Folklórico de los Pirineos. En él había estado Pedro Sabirón y Luis Fatás entre otros. Estos músicos acompañaron a J.A. Labordeta. Aquí cita a Luis Fatás y Paco Medina, que parece quieren hacerlo resurgir. A Paco Medina aún no lo conocíamos pero habríamos de coincidir y hacer amistad con él, al viajar a Nueva York en 1983.

Álvaro



No todo es malo p’al Pilar
…/…
Muy bien la II Muestra de Folklore Aragonés. Ahora acaba de editarse en Guimbarda un hermosísimo disco con lo más interesante de la I Muestra y puede verse lo fructífero del camino recorrido y el tajo que aún queda y que cada vez parece será atendido por mayor número de interesados. Habría que pedir un favor a quienes en radio, cine. televisión, etc., no paran de atufarnos con las jotas de siempre: que se enteren de que el folklore aragonés es mucho más que la jota y se vayan acostumbrando a la gaita, la dulzaina el acordeón, etc., tan del folklore aragonés como la bandurria, el laúd y el guitarrico. Noel Vallés y José Alejos estuvieron tan bien como de costumbre; soberbios los del dance de Sariñena, con la descomunal gaita aragonesa; muy variados y completos los de “Alto Aragón»; espectacular la Contradanza de Cetina; “Somerondón” siguen sin gustarnos y desafinaron como es de rigor en las seguidillas de Leciñena; Paco Medina y Luis Fatás estuvieron muy bien en la albada de Beceite y bajaron muchos puntos en la de Mas de las Matas y alguno menos en el paloteado de Naval: a ver si es verdad que vuelve Chicotén.


3 DIOPTRIAS



28 marzo, 2019

J.A. Labordeta habla de nuestro primer disco - 1980


En defensa del folklore

Hace varios meses exaltaba en estas mismas páginas la calidad de este grupo folklórico de Jaca. Hoy, con su primer trabajo discográfico en mis manos, me reitero en todas mis anteriores observaciones: Hoy por hoy este grupo es el más serio y sólido de todos los que hay por nuestra tierra.
Suena maravillosamente el Paloteado de Aragüés del Puerto, o la hermosa Albada de Embún. Todo el trabajo discográfico es de una enorme coherencia y dignidad. Algunos cortes son asombrosos, y sobre todo será más asombroso para aquellos «baturros» que desde las páginas del «Heraldo» acusaban a ciertas gentes el inventarse un nuevo folklore aragonés que nunca había existido con gaitas y acordeones. Pues que oigan el Chinchecle de Bielsa y que luego vayan a aquellas tierras a decirles que eso no es aragonés. Lo que no es, es «baturro», pero si en esta tierra hay algo realmente aragonés, es lo que cantan e interpretan estas gentes de Jaca.
Nadie somos culpables de que durante años el folklore haya estado en manos de monopolios analfabetos. Hoy, estos «mocés» de arriba vienen a decirnos cosas que asombrarán a muchos.
Mientras tanto, ellos siguen sin ser invitados a actuar en la mini «villa y corte» zaraloniana. Esperemos que algún día la Escuela Oficial de Jota haga algo para que las gentes del valle encontremos nuestras viejas raíces célticas en estas hermosisimas piezas altoaragonesas.
El disco —que tan sólo cuesta doscientas cincuenta pesetas— debería estar en todas las casas de aquellos que se llaman aragoneses. Es un buen consejo. Y un buen homenaje a Veremundo Méndez, nuestro poeta cheso de quien se canta una muy hermosa jota de allá arriba.

J. A. Labordeta

(Grupo Folklórico Alto Aragón, En recuerdo a unos valles. Belter)

Andalán Nº 267 02/05/1980 pag 12

24 marzo, 2019

Artículo de José Antonio Labordeta - 1979


     Se pone en contacto con nosotros Sergio Sánchez de Pirineum Multimedia, para una colaboración de algo que está preparando (vamos a ser discretos), y ya Paco Betés le remitió no hace mucho a que revisara este blog. Le ha sido útil, pero siempre se pueden redondear los temas, por lo que va hablando con unos componentes y con otros para pulir detalles. Tenemos una "laaarga" conversación telefónica, hablando del blog, de nuestras actividades, viajes, anécdotas, etc. y por supuesto quedamos que le facilitaremos lo que busca.
     De Pirineum M. tenemos alguna entrada en este blog, y Sergio tampoco es una persona ajena, ha salido en Santa Orosia con nuestro grupo de paloteao. Lo mejor, es que aún no le hemos conseguido lo que busca y nos hace un regalo que los del Grupo y seguramente nuestros lectores apreciarán, dos joyicas, que son sendos escritos de nuestro admirado y querido José Antonio Labordeta, q.e.p.d. en la revista ANDALÁN.
Aquí va el primero.
Gracias Sergio, y GRACIAS José Antonio.

Álvaro


«Alto Aragón», un grupo importante

Encontrarse de golpe, a las doce de la mañana de un día de septiembre, en la plaza de un pueblo del Alto Aragón, con un grupo tan importante como este de Jaca, es algo que uno a veces piensa si no andará por en medio la brujería de Angel Gari, haciendo de las suyas.
Lo primero que hace este grupo es añadir, como quien no quiere la cosa, un contrabajo a la rondalla. Y suena maravillosamente porque este instrumento sustituye al viejo guitarrón olvidado para siempre. Y luego, explicando humildemente su trabajo, van mostrando al público, en unas condiciones escénicas de verdadera heroicidad, todo su repertorio. Repertorio que alcanza cotas impresionantes con la jota chesa, el paloteado de Lanuza —requiem por ese hermoso pueblo—, el de Jaca, tocado con pito y chicotén, o todos los bailes de Bielsa interpretados con acordeones, como debe ser. Y todos los bailes magníficamente ataviados según la zona y los valles.
Quiero decir, sin sonrojo ninguno, que de todos los grupos folklóricos aragoneses que he visto, son los mejores. No tienen un gran jotero, de acuerdo. No tienen grandes bailarines, de acuerdo. Pero durante dos horas el conjunto es perfecto, magnifico. Y además son el primer grupo que muestra a los espectadores el variopinto folklore aragonés haciendo un repaso serio y estudiado, desde el norte al sur, desde los Pirineos hasta el Javalambre.
Cuando me dijeron de asistir a este espectáculo, estuve a punto de no hacerlo, porque me suponía su repertorio. Cuando los vi, me quedé asombrado de su trabajo. Creo que la Diputación de Huesca, la Delegación de Cultura y el Ayuntamiento de Jaca. deben apoyarlos por encima de muchas cosas, porque su trabajo es de lo más serio que me he encontrado por ahí. Después de Viello Sobrarbe de Anchel Conte. no había vuelto a gozar tanto con un grupo folklórico aragonés como el otro día con el «Alto Aragón». Esperemos que un día las autoridades folkloristas zaragozanas se dignen traerlos hasta lo que los chicos del grupo llamaban —creo que equívocamente— «Cátedra de la Jota», para asombro, gozo y admiración de espectadores.

J. A. Labordeta

Andalan Nº 237   28/09/1979  pag. 16