Mostrando entradas con la etiqueta Lucia B.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lucia B.. Mostrar todas las entradas

11 mayo, 2023

Campionato de Billas - Resultados - 2023

 

XXXVIII CAMPIONATO DE BILLAS

GRUPO FOLKLÓRICO “ALTO ARAGÓN

Jaca, 9 de abril de 2023

Foto procedente de la página de Facebook del Grupo
 

CLASIFICACIONES 2023


SIÑORS

MARIO NADAL

JULIO LAÍN

CHRISTIAN GARCÍA

 

MESACHES

XABIER LABORDE

MATEO SALVADOR

LENA DÍES

 

CHICOTONS

DANIEL DÍES

HUGO ORENSANZ

SANTIAGO

Información facilitada por Paco y Lucía Betés

05 mayo, 2022

Viernes de Mayo - 2022

 

¡Arriba bravos jacetanos...!

Muy pronto volveremos a escuchar el himno, hay ganas. El Viernes de Mayo es la fiesta de los sentidos, sentimientos y emociones. La teníamos que traer a “De Capazo”.

Será porque esto de las tradiciones va con nosotros por lo que un buen número de componentes del grupo participa en el Primer Viernes de Mayo. Algunos de ellos nos cuentan sus vivencias; los que no lo han hecho, quedan emplazados para hacerlo el próximo año.

¡ARRIBA

BRAVOS JACETANOS...!

Será porque esto de las tradiciones va con nosotros por lo que un buen número de componentes del grupo participa en la fiesta del Primer Viernes de Mayo. Algunos de ellos nos cuentan sus vivencias.

Vamos a ver qué les motiva, cuándo empiezan a salir y en qué escuadra.

El más veterano es Paco, que comenzó allá por el 1979-80. Salía su hermana y un compañero de trabajo;  su padre le comentó que él con 15 años “disparaba,  mataba al moro y después se iba a trabajar”. No hace falta decir quién animó a que Arancha comenzara a salir en el 1992 y Lucía a continuación con solo 4 años. Como dice ella “fueron mis padres, que desde pequeña me han inculcado el amor por las cosas del lugar”. Empezó Paco y era carpintero, así que todos artesanos, aunque en el 98 Lucía desfiló con el Cortejo Histórico y en 2019 lo hizo Arancha.

Vamos con los Franco Escuer, ellos van con los labradores. Pues aquí el primero que empieza es Lucas en el 2004, con 1 año, y por la ilusión de sus tías. Miguel se apuntaría en el 2007 y, claro, al final tuvieron que salir en el 2010 Alicia y Carlos, que ya llevaba unos años con la ilusión de disparar el trabuco. 

Eva Torronteras empezó a desfilar a los 4-5 años con la Escuela Municipal de Jota, pero eso no cuenta para la Hermandad. A los 12 años comienza con sus tíos de artesana y ya de “forma oficial”.

No os perdáis a Lucía Guillén, yo diría que la más atrevida, desde 2009 está en la escuadra de caballería y además con su propio caballo, “Furco”. “Desde que era bien cría veía el desfile de las 9 de la mañana desde la ventana de casa de mi abuela Narcisa, y no me cansaba de repetirles a mi madre y a mis tías que yo también quería salir a caballo”.

Paula empieza por casualidad en el 2006: “Mi madre me había hecho un traje de pastora para una función de la guardería y una de las maestras le dijo que había hecho el traje del Viernes de Mayo. Así que me apuntó en la escuadra y ese año salí por primera vez”.  Es labradora, “no toco el tambor ni tiro con los trabucos, tiro claveles durante el desfile”.

Iris desfila por primera vez de labradora en el 2011 y por insistencia de una amiga para que viviera la fiesta desde dentro, que se ve de forma distinta. No se arrepiente. “Era una ilusión que tenía pero nunca veía la ocasión”, comenta Marian; en el 2010 se decide y allí la tenemos, de artesana.

Josemari, labrador, no recuerda exactamente cuándo empieza a salir, dice que “era un pingo de crío”, y sí que influye su  entorno familiar: “La familia de mi madre, de Guasillo y labradores, participan de manera activa en la organización de la fiesta, y especialmente en el desfile. En función de la edad, más que por la ilusión que te hace a ti, decides participar por la satisfacción y emoción que provoca en la familia. Recuerdo lo feliz que estaba mi abuelo cuando mi hermano y yo nos preparábamos para acompañar a mi tío al desfile. Eso valía todos los madrugones del mundo”.

María Manzano es probablemente la más joven que comenzó a salir, en el 2000, cuando no había cumplido un año de edad, y de labradora, siempre con el traje que le hace su madre. Además lleva la rueca realizada por su abuelo José, artesano del boj. Este había participado en la recuperación de la fiesta y en su familia hay tradición de participar en los desfiles. Así que no le quedaba elección.

Y además de desfilar, ¿tienen algún cargo o responsabilidad?  Pues hay alguien que sí.

Paco es segundo abanderado de los artesanos. “Cuando acaba el himno cojo la bandera hasta que se hace la descarga por todos los difuntos.  Yo disfruto y me lo paso muy bien”.

La Hermandad concede distinciones -escarapelas, títulos de honor, medallas-, según los años que se lleva saliendo. La mayoría ya tiene la de los 10 años y han logrado la escarapela de los 25 Arancha, Josemari,  Lucía B.  y Paco. Este último recibirá el próximo año la medalla por sus 40 Viernes de Mayo desfilando, eso es veteranía.

La fiesta tiene sus momentos característicos y que la hacen única. Casi hay unanimidad en que el canto del himno, la entrada en la calle Mayor  y la segunda vez que se desfila por ella son los más importantes. Algunos nos comentan además esos otros momentos y detalles que también viven de forma especial.

Arancha el paso al punto de la mañana por la residencia Santa Orosia y más si están los ancianos; también la Salve en la Catedral el año en que salió en el cortejo histórico. Eva T. menciona el sonido de los tambores cuando entran en la calle Mayor. Los Franco-Escuer añaden los saludos de las banderas presenciados en primera fila.

Para Lucía B. “son las primeras notas del himno, y los segundos antes de que empiecen a tocar, cuando ves cómo los nervios y la emoción van creciendo hasta explotar con la entradilla de la canción”. Para Paco “cuando se dispara por primera vez en el día y se mata al moro en el Portal de Baños” y también los saludos de banderas.

A Lucía G. le encantan los reencuentros con la gente que no ha visto en todo el año; este año serán especiales después de tres años. También el madrugón y todos los preparativos: “La escuadra de caballería somos de los más madrugadores. Hay que dar de comer a los caballos, cepillarlos y arreglarlos, ensillarlos, vestirse uno mismo y venir desde los lugares de origen (Castiello, Charlé, Abay, Fontazones), en algunos casos hay más de una hora de camino”.

Paula se queda con el inicio del desfile y los primeros sonidos de los tambores, “me parece un instante muy especial porque es el comienzo del día grande de Jaca y que hemos estado esperando tanto tiempo”.

No nos olvidemos del almuerzo. María M.  dice que su padre lo prepara de forma muy especial  y se junta con su familia y los amigos. Para los Franco Escuer es algo que no puede faltar con la cuadrilla del grupo, como vienen haciendo de toda la vida. Arancha también menciona el almuerzo con el recuerdo de su padre preparando el fuego y todo lo demás para cuando llegaran.

 Josemari vive de un modo peculiar el desfile de la mañana y esa primera  pasada por la calle Mayor “que tiene un "nosequé" en el ambiente que avisa de que va a pasar algo... es una sensación similar a la que tenemos cuando se acerca una tormenta”. Lo más emotivo del día para él es “la parte final del desfile, desde el saludo de banderas en la Plaza de la Catedral, los tambores se aceleran al mismo ritmo que los corazones... todos tratamos de disimular los nervios sin éxito y los pies se mueven sin tocar el suelo, empujados por los vítores del público”. De igual modo, le deja muy buen sabor de boca la visita de las escuadras a los centros escolares, donde se contagian de la ilusión de los chavales. 

Iris está esperando que este año pueda salir con sus gemelos. Seguro que será un momento muy especial e inolvidable.

Tantas personas del grupo participando y desde hace años ha dado para bastantes anécdotas. Por si alguien pensaba que el Viernes de Mayo no entraña riesgos o peligros…

Arancha, en el 2006 y durante el canto del himno, sintió en la cabeza un fuerte golpe: un labrador le había dado con la culata del trabuco. ¡Casi nada! Hilillo de sangre hasta la oreja, dos policías abriendo paso entre el gentío hasta el patio del Ayuntamiento y atención sanitaria por parte de un concejal que era médico. Unos puntos y otra anécdota más para el historial. Desde entonces, para el canto del himno elige un sitio en el que, a poder ser, no haya gente detrás.

Lucía Guillén tiene que salir con guantes por su alergia a los caballos, además de llevar una bolsa de cuero con inhaladores, jeringuilla para adrenalina… vamos, “por si las moscas”. Pero no os perdáis su segunda anécdota: “el año que me estrené, después de hacer el primer pase del desfile del mediodía, y estando parados en la Ciudadela haciendo tiempo con los caballos para salir al segundo pase, la yegua de un compañero le tiró una coz a mi caballo con tan mala suerte que me la llevé yo en la espinilla. El resultado fue que acabé en el hospital a mitad del desfile con una "bonita" cicatriz en la pierna”.

Recuerda Paco que una vez un chico disparó con el trabuco a 2 cm del hombro y se rompió la clavícula, con el consiguiente susto para los que estaban alrededor.  También nos dice que “los tres primeros años, un compañero de trabajo, que era cazador, me dejaba la escopeta y preparábamos cartuchos, que eran de papel prensado con pólvora”.

A veces hay que recurrir a cualquier medio o estrategia para celebrar el Viernes de Mayo.

En su época de estudiante en Huesca, la víspera del Viernes de Mayo Eva T. estuvo de juerga, noche larga y no oye el despertador por la mañana para venir y llegar al desfile. Tragedia y lloros. Solución, coger un taxi, con la sorpresa de su madre cuando la ve llegar. Ahora bien, le costó medio sueldo de su trabajo de verano.

O como cuenta Lucía B. “El año pasado, en plena pandemia, montamos un almuerzo paralelo en Zaragoza, con canto del himno incluido y decoración en el bar. En el bar nombraron al menú “almuerzo jacetano” y no faltaron las costillas, los claveles y el mismo sentimiento (con mascarilla y distancia, eso sí)”.

Ser componente del Grupo Alto Aragón y además participar en la fiesta puede llevar un trabajo añadido.

Paco recuerda cómo en los primeros años tenía que desfilar y también actuar con el grupo. Así que en una furgoneta, previamente aparcada en el “Cine Astoria”, se cambiaba a las 11,30 de artesano a “folklórico”, actuación frente al Paseo de la Constitución y vuelta a cambiarse para desfilar.

Como el traje de labrador es similar al que habitualmente utilizamos, a Josemari le toca ser “ayudante de vestuario” de los suyos. Nos dice que se organiza “una fila de escuadristas que esperan para que les ayude a colocarse la faja y el pañuelo... ¡creo que he tenido que batir algún récord!”

También está el lío de ropas que os podéis imaginar hay en casa de los Franco Escuer cuando  la noche anterior ha coincidido con la Ronda de los Mayos. “Casi tenemos que dormir vestidos”, nos dicen.

Desfilan con responsabilidades añadidas y desafiando las inclemencias del tiempo

Como Arancha: “A lo largo de todos estos años he salido con mis hijos muy pequeños, luego con mis sobrinas, con días fríos, otros de lluvia, otros de calor…” O Eva T., antes cuidando a sus primas y ahora a sus hijas.    

Y puedes estar desfilando y te están “controlando”.

Le ha ocurrido a Lucía B. “Algunos de los padres de las tutorías que he llevado estos años en el colegio se han “escapado” a Jaca el Viernes de Mayo (con hijos o dejándolos en el colegio) sin yo saberlo. Luego me mandan las fotos que me han hecho de extranjis…”

O que tu madre desfile contigo  sea una solución y un orgullo.

Paula recuerda que “mi madre siempre me llevaba al comienzo del desfile y me recogía al cantar el himno, así que se perdía un poco el día. Hace seis años decidió salir ella también y desde entonces salimos juntas.  Recuerdo ese primer desfile con mi madre con mucho cariño”.

El Primer Viernes de Mayo es una jornada en la que las sensaciones y emociones están a flor de piel. Veamos lo que cuentan nuestros escuadristas.

Comienza Lucía B. con el recuerdo y la emoción durante la cuarentena al oír cantar a un padre de alumno una jota en un balcón dedicada al Viernes de Mayo y a los jacetanos. “¡Se contagia rápido la emoción por el PVM!”

En Eva T. el nerviosismo de la noche anterior e incluso desde que recoge los claveles, también durante toda la semana por la predicción meteorológica. Paula también nos habla de nervios y emoción en un día muy especial.

En María M. nervios, alegría… en todos los momentos e incluso en los preparativos. La tristeza con que vivió la suspensión de la fiesta por la pandemia. También las ganas e ilusión que tiene por poder celebrarla de nuevo

Los Franco Escuer destacan el carácter familiar y especial con el que viven la fiesta, desde preparar ropas, recoger la pólvora y cargar trabucos, pasando por el almuerzo, desfile, comida...  “Un día de mucho trajín”, como dicen ellos.

Para Iris la locura de los días anteriores con las ropas, claveles… pero “preparar todo para el día es quizás lo más bonito de la fiesta...” Y para Lucía G. “los reencuentros, los nervios, los sonidos,  los tambores,  el olor a pólvora, todo...”

Marian vive la fiesta con tres palabras que lo dicen todo: “felicidad, alegría y orgullo”. Para Paco la satisfacción y el gozo durante todos los actos de la jornada.

Todas las emociones y sentimientos del día, que son muchos, se reflejan muy bien en estos dos comentarios.

Lucía B. “Emoción es el sentimiento reinante y mayoritario durante todo el día. En mi caso, se extiende a la semana entera. Ya cuando se acerca mayo, van apareciendo también los nervios, como cuando eras pequeño y esperabas a que vinieran los Reyes Magos. Y ya el viernes amanece, transformando los nervios en emoción. Si tuviera que compararlo, sería como una olla que pones al fuego y poco a poco va burbujeando hasta que rompe a hervir (que correspondería al canto del himno)”

Josemari: “El viernes de Mayo es un suspiro, un día con tantas emociones que su alta intensidad provoca esa sensación de que se escapa en un suspiro...” 

Poco o nada hay que añadir, que ya han dicho mucho. Más de lo que me imaginaba cuando me decidí a preparar este artículo. Espero que no os haya cansado la lectura. Muchas gracias a todos los que nos habéis aportado tanta información y vivencias y, sobre todo, tanto cariño por la fiesta.

 ¡Feliz Viernes de Mayo para todos!

Fernando Estallo

Publicado en la newsletter del Grupo "De Capazo", núm 13  (Primer Trim. 2022)

06 enero, 2020

Para San Miguel "El Paloteao" en Linás - 2019


Palotiau de Linás de Broto


Dentro del amplio repertorio que presenta nuestro grupo, tienen mención aparte la recuperación y reproducción de distintos dances del Pirineo. Por dance entendemos el conjunto de música y baile de palos (palotiau), o de otros elementos (castañuelas, espedos, cintas…).

Remontándonos hasta el siglo XVII, encontramos varias referencias hacia este tipo de dances. El origen de éstos está en las pastoradas, que se realizaban en honor al santo o patrón del lugar. Por tanto, son de carácter religioso, aunque sí es cierto que incluso antes de esta fecha, en torno a la Edad de Bronce, existen referencias a bailes donde se golpeaba el suelo con palos, en busca de la fertilidad de la tierra.

El dance iba normalmente acompañado de una parte escenificada o teatralizada, donde varios personajes aparecían en escena y realizaban diferentes críticas sociales (como es el caso del repatán y el mayoral), o bien se recordaban batallas vencidas entre moros o turcos y cristianos.

Hay un tercer elemento dentro del dance, que son las figuras del ángel y el diablo, relacionado con la memoria histórica antes mencionada (triunfo del cristianismo).


Sin embargo, la conservación de estos elementos ha sido escasa, y sólo en determinados lugares podemos encontrar estos personajes, siendo el repatán y el mayoral las figuras que más han perdurado hasta el momento.

Geográficamente, es muy común encontrar dances en las poblaciones cercanas a la Ribera del Ebro, extendiéndose a las comunidades vecinas de Navarra y País Vasco, en la zona pirenaica y, en general, en la provincia de Huesca.

No hay una música
específica para el dance, pudiendo encontrar desde villanos hasta mazurcas o pasodobles. Normalmente, y es muy característico de estas piezas, los dances eran acompañados por gaitas, dulzainas o tambores. Sólo en la zona del Pirineo central encontramos el chiflo y el salterio, instrumentos muy característicos y de gran interés por la gente de fuera de la zona por su singularidad.


Hoy nos queremos centrar en el palotiau de Linás de Broto. Se interpreta el día de San Miguel (29 de septiembre) por las calles del lugar y con él avanza la procesión hasta la apartada ermita de San Benito, en donde continúa la fiesta.

Destacan las personas portadoras de unas varas engalanas de abundantes cintas, los ramos: el mayoral y el repatán. Acompañan a los danzantes bailando al ritmo de la música y agitando acompasadamente los ramos, en un juego de persecución en el que el más joven (el repatán) hace todo lo posible para coger al mayor (mayoral, siguiendo la jerarquía de los pastores) con el deseo de poder alcanzar el estatus de joven, dejando atrás su infancia: nos recuerda los ritos iniciáticos de paso de una edad a otra superior.

Por su sencillez, es un palotiau ideal para iniciar a los más noveles en el dance de palos. Es muy común encontrarlo en diferentes escuelas (de folclore o en colegios), y por la espectacularidad del choque de palos entre los danzantes, es una manera muy atractiva de acercar el folclore a los más pequeños. Junto a las danzas del Sobrarbe, este tipo de dances son incluidos en nuestro repertorio en la escuela de folklore o en talleres didácticos y de difusión de los bailes tradicionales.



No tiene cruces ni desplazamientos dentro del cuadro, por lo que se suele interpretar en rondas, desplazándose los cuadros a la vez que se interpreta el dance. Aunque el esquema los danzantes es de cuadros de 4 personas, al ser independiente cada cuadro, es un palotiau que pueden tocarlos tantos cuadros como se desee.

La música que lo acompaña se divide en dos estrofas claramente diferenciadas, aunque el toque es igual en ambas. No tiene una duración específica, sino que se puede alargar o acortar tanto como se desee, en función del momento o el contexto en el que se realice.

Facilitamos dos enlaces que pueden ser de utilidad para aprender y también para enseñar el palotiau de Linás de Broto.

https://www.youtube.com/watch?v=jBI1BCZMar8

(Grabación del colegio Escuelas Pías de Jaca, dirigida por Luis Salesa con alumnos de 6º de E.P. de este centro).

https://youtu.be/WKlaEYiCN6g

(Grabación realizada en el curso “Danzas del folklore aragonés y su aplicación en el aula”, organizado por el CIFE de Sabiñánigo e impartido por el Grupo Folklórco Alto Aragón en noviembre de 2019).

Lucía Betés

17 octubre, 2019

Si querez saber qui ronda . Jota chesa - 2019



Jota de Echo
Continuamos mostrando piezas de nuestro repertorio para que las vayáis conociendo más a fondo. Esta vez nos vamos hasta la villa de Echo.

En este artículo os hablamos de temas del folklore cheso, especialmente de su jota y sus características en cuanto a la música y el baile.

Pero hablar de Echo es hablar también de su indumentaria tradicional, tanto masculina como femenina. Conoceréis con más detalle esos trajes que lucimos en actuaciones y desfiles, que hemos llevado por cuatro continentes y que siempre sorprenden al público.

Siempre que se nombra la jota aragonesa, viene a la mente de todos (o de muchos), los ritmos, toques y ágiles pasos de las jotas de Zaragoza o Teruel, o incluso de la oscense jota de San Lorenzo. Pero precisamente por menos conocidas, queremos hoy destacar varias piezas, unas cantadas y otras bailadas, de la pequeña pero hermosa Val d’Echo y que el Grupo Folklórico “Alto Aragón” ha integrado en su repertorio, respetando y admirando siempre sus orígenes chesos.

De sobras conocida es por todos los que se acercan al mundo del folklore aragonés la pieza “S’ha feito de nuei”, obra compuesta por el músico altoaragonés Pepe Lera en 1980, y editada un año más tarde por el grupo Val dEcho en su álbum Subordán.

Pero no solo encontramos piezas cantadas, sino que también conocida por todos es la “Jota de Echo”. En esta jota, proveniente de la villa altoaragonesa, cabe destacar su ritmo, más lento, al tiempo que señorial, bien diferenciado. Esto se debe, sin duda, a las características de sus trajes. Estos son de origen medieval y se mantuvieron hasta el siglo XX, en el que sufrieron una serie de cambios, llegando hasta la actualidad.

La letra está en cheso, lengua propia del valle pirenaico donde se originó la jota y que sus habitantes han sabido conservar.

Si querez saber quí ronda,
cantando lo vos diré:
Secús, Picoya y Petralta,
Forcalá y Sancho Ferré.


D’aquí de lo Foratón,
vos daré la despedida,
pos s’está fendo de nuei,
ya s’ha retiráu lo sol.                 

La coreografía tiene menos de un siglo, ya que antes la jota se bailaba los días de fiesta de manera aislada, las parejas separadas, algunas con castañuelas y otras sin ellas. Automáticamente, cuando el cantador cantaba, las parejas de agarraban y comenzaban a bailar, hombre y mujer juntos. La jota se baila con tres variaciones: “Lo trenau”, “La pateta” y “L’arrastrau”.


En la parte musical, presenta un compás de 3/8. En la rondalla, en cuanto a percusión, destacan el pandero, la pandereta y el triángulo (denominado “fierro”).

Aparte de sus letras en cheso, lo que más llama la atención del folklore de este valle es su indumentaria. Encontramos tanto traje de fiesta como traje de faena, para hombre y para mujer.


En el caso de la mujer, en el traje de fiesta predomina su camisa almidonada, con mangas de farol y rizadas con pequeños pliegues. Sobre las enaguas, una saya de estameña verde, y una basquiña del mismo color. Sobre la basquiña, un cuerpo negro rematado en rojo. Quizás lo más llamativo del traje sea el recogido de la basquiña en la espalda de la mujer, dándole forma de alas de mariposa.
El pelo está recogido con una trenza alta y sobre ella adorna una cinta lazada. En los brazos lucen dos manguitos negros, de terciopelo, unido uno al otro con una cinta de seda por la espalda.​​

Para esta ocasión, la mujer viste con medias blancas y zapatos negros, y adorna su cuerpo con distintas joyas.

Si nos centramos en el traje de faena, vemos cómo el almidonado desaparece para favorecer la comodidad del día a día en el trabajo. Desaparecen también los manguitos, la saya interior pasa a ser de percal y, en lugar de zapatos, la mujer utiliza alpargatas.

El traje de hombre presenta algunas diferencias con respecto al traje que estamos acostumbrados a ver. Utiliza camisa de lino o de hilo, marinetas de piqué blanco, calzón y chaleco de paño fino, adornado este último con trenzaderas y botones. Resaltar la prenda del jubón, que visten entre la camisa y el chaleco, y es de color crudo, la faja ancha de color morado y el sombrero. Para el traje de faena, el hombre no viste jubón, sino una blusa de color negro, al igual que la faja y las medias.


Lucía Betés

17 julio, 2019

De Bielsa, para servirle - 2019

El villano

Siendo quizás una de las piezas más conocidas a lo largo de la comunidad aragonesa, puesto que numerosos grupos de baile o folk la incluyen en su repertorio, el villano es una obra que no puede faltar en nuestras actuaciones y rondas. Con un origen que se remonta en torno al siglo XVII, nos encontramos con una pieza que presenta unas letras jocosas, en muchas ocasiones incluso personalizadas, y generalmente improvisadas.

Musicalmente hablando, el villano suele presentarse en grupos de ocho compases binarios (que aparecen en cuatro compases cuaternarios), y en el caso del villano de Bielsa (y alguno más de otras zonas), se suele alargar la nota del tiempo fuerte de algunos compases, por pura cuestión de prosodia.

A pesar de tener una letra en su origen improvisada, se han recogido a lo largo de los años numerosas estrofas, como las siguientes:

El Villano llino llano
El Villano se ha de bailar
Con una moza bien guapa
Que sea de este lugar.

En un baile en Zapatierno
No me deixaron entrar
Perque no llebabe picos
Debaixo d’o debantal.

El tio Chuan de Floripes
Cuan baixaba de Parzán,
Me biyó cuan me chitores
De capeza en o barzal

Ya m’han dito que te’n ibas
A vivir ta Chisagüés
Para cuenta no te caigas
Per las ripas d’ Angorrués

La guitarra valenciana
Las cuerdas de Tamarite
Y los que estamos bailando
De Bielsa, para servirle.

La burra yera d’Espierba
Lo burro de Chisagüés,
e las cargas de la palla
las baixaban d’Angorrués

De Chisagüés soy baixato
Con una carga de palla
E aquí me’n soy entrato
Que sentito la guitarra

De Chisagüés soy baixato
Con abarcas y abarqueras,
Pienso en tornarme a puyar
Con zapatos de tres suelas

Los valles del Sobrarbe han estado siempre muy relacionados con Francia, y esto se ha quedado patente en su vestimenta.


El traje de mujer consta de varias partes, empezando por un corpiño con mangas, anudado con cordones por delante. La saya es larga y plisada, y hace que le dé mucho vuelo a la hora de bailar. Como ropa interior las mujeres llevan una camisa blanca, enaguas y calzones. Las medias eran de lana, generalmente negras.

Quizás lo más llamativo del traje sean las alpargatas de piel de cabra, que no se observan en otras danzas fuera del Sobrarbe. Sobre los hombros llevan un mantón de lana, colocada junto a una manteleta blanca.

Completan la vestimenta un delantal y unas cintas de colores que cuelgan en la parte trasera de la cintura. También dos cintas de seda, anudadas en la parte izquierda de la cintura y sobre el hombro derecho. La cabeza está cubierta por un pañuelo, que suele ser colorido.

El traje de hombre presenta también matices de esta zona; al traje tradicional de hombre (chaleco, calzón, camisa, marinetas, faja, medias y alpargatas) se le añade una tocinera o blusón de colores variados, y el pañuelo en la cabeza, a diferencia de lo acostumbrado, se recoge y anuda en la parte delantera de la cabeza.
 
Lucía B.  (Grupo Folklórico “Alto Aragón”)