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16 agosto, 2023

Salterios de Jaca y 3 - Enrique Bayona - 2023

Los Salterios de Jaca (y 3)

Enrique Bayona Benedé

Músico de chiflo y salterio

El salterio antiguo de Jaca

En el año 1910 se retoma la salida del dance con un nuevo músico. José del


Tiempo “Chaquín” tiene entonces 18 años y se estrena en la procesión. Utiliza por primera vez los instrumentos propiedad de la Hermandad, que ya serán protagonistas en las procesiones generales durante los próximos años. La formación mantiene los seis bailadores de las últimas décadas.

Los dos años anteriores n0 ha salido el dance, parece que había problemas. Queda reflejado claramente en un artículo del periódico “La Unión” (23.06.1910) que transcribimos a continuación:

"La vista de los verdaderos jacetanos será gratamente sorprendida ante la presencia de los típicos bailadores en la renombrada procesión de Santa Orosia, tradición casi ya relegada al olvido. Para su nueva exhibición, tras dos años de haber desaparecido, hánse tenido que vencer bastantes dificultades, más las gestiones de los organizadores, lograron por fin feliz resultado”8.

Fue cn aquellos años en los que el dance se recuperó por primera vez er el siglo XX. Otras “recuperaciones” tendrían que llegar. La Hermandad de Santa Orosia lo tuvo que liderar y tuvo que “vencer bastantes dificultades”. Fue fundamental disponer de los instrumentos que eran ya de su propiedad desde 1901. Posiblemente estos dos años fueron necesarios para que “Chaquin” aprendiera a tocar, buscar nuevos danzantes ...

El músico que participó en el dance antes que “Chaquín” decidiría no volver a tocar, o se decidió no llamarle .... Era el signo de los tiempos. No tenemos datos sobre su nombre, procedencia, no se han conservado sus instrumentos ... pero sí tenemos su imagen.

Esta magnífica foto forma parte de la colección particular de la familia Cadier. En ella se aprecia la procesión a su paso por la calle Mayor y claramente los danzantes junto con su músico vestido “de calzón”. La foto se ha fechado en 1897 gracias a la información aportada por Odette Campillo Cadier, descendiente del autor de la foto: Albert Cadier.

Tenemos también una descripción de los instrumentos, que confirma detalles que no pueden apreciarse en la fotografía (piel de culebra, nogal...):

*... el solemne sonido del viejo salterio de nogal, largo, oblongo, de seis cuerdas y parecido a un ataúd, y las notas de la flauta cubierta con piel de culebra ...” 1895.10

Este músico toca un salterio que claramente no es el salterio de la Hermandad. Con las limitaciones y la dificultad ante la falta de definición de la foto, se aprecia un salterio diferente al actual de Jaca. Tiene un puente recto como el de Yebra, formas no tan trapezoidales como el de Jaca, adornos a modo de roseta junto a las “bocas”, y tipológicamente se acerca al salterio de Biota/ Sos. Tomando la longitud de la flauta como referencia y considerando una longitud de 43 cm, este salterio sería similar en tamaño al de Biota/ Sos (ver croquis).

Este músico fue el último músico tradicional, que como durante siglos, fue contratado sin ser formado directamente por la Hermandad o por el Ayuntamiento y usando sus propios instrumentos. Tomás Mayor de Sasal fue también el último músico “freelance”, en este caso en la Romería de Yebra. Cuando dejó su actividad, su salterio pasó a sus parientes de Yebra y el Ayuntamiento gestionó y subvencionó su aprendizaje, en un proceso de ”institucionalización” similar al de Jaca y posterior en veinte años. Con ellos acabó un mundo de músicos profesionales de chiflo y salterio.



 8 Tomeo Turón, Manuel/ Fernández Barrio, Guzmán "Danza Montañés", 2007

10 Forlong, J.G.R. "Encyclopedias of Religious or Faith of Man". Part I (pag. 507). 1906

… con su correspondiente flauta

Los instrumentos que el Sr Celedonio donó a la Hermandad fueron un salterio con su correspondiente flauta. La historia del salterio es clara a lo largo de todo el siglo XX, manteniéndose la propiedad en la Hermandad y participando en las procesiones generales. Respecto al chiflo la cosa no es tan sencilla.

En esta conocida imagen del fotógrafo “De las Heras” aparece Tomás Mayor el día de Santa Orosia en Jaca en las fiestas de 1922. Los instrumentos que toca son los instrumentos donados en su día por Celedonio (los instrumentos propiedad de Tomás Mayor estaban siendo utilizados en Yebra de Basa ese mismo día por Alfonso Villacampa) y se puede apreciar, quizás mejor que en cualquier otra foto, el magnífico chiflo de la Hermandad.

Tradicionalmente siempre se ha dicho, tanto por los músicos locales como por los estudiosos del tema, que en Jaca había dos chiflos. Uno de la Hermandad y otro propiedad de Mariano Jiménez, músico activo en Jaca en las décadas de los años 20 y 30, y que se fabricó su propio chiflo tras iniciarse en el “paloteau”. Siendo la foto de Tomás Mayor del año 1922, este segundo chiflo jacetano no estaba todavía construido, por lo que nuevamente se confirma que los instrumentos de la foto son los instrumentos donados en 1901.

La historia de ambos chiflos es difícil de seguir, pero en cualquier caso no es una historia feliz. Tradicionalmente se cuenta que el chiflo del Sr Mariano fue vendido a un industrial de Zaragoza en 1965, donde se conservaba en los años ochenta. Por otro lado, el chiflo llamado “de la Hermandad”, ya fuera de uso por su deteriorado estado, desapareció de un año para otro también a mediados de los años 60. No es conocido su paradero.

Del chiflo conservado en Zaragoza se han realizado fotos en varias ocasiones. Poco conocidas hasta el momento, varias de ellas son las que aparece en este artículo.


Las dos flautas fueron estudiadas en detalle por Dionisio Preciado en 1963 durante su estancia en Jaca. Capuchino, musicólogo y organista, era especialista en música popular y publicó en 1969 su antología “Folclore español”.

En su descripción publicada de las flautas de Jaca, en todo coincide con las descripciones de estudiosos y de músicos locales respecto al chiflo de la Hermandad y del Sr Mariano (piel, color, boquilla ...). Todo excepto en la existencia de una fecha grabada debajo del bisel, que según su escrito estaba en el chiflo de la Hermandad y no en el chiflo del Sr Mariano. Extrañamente en el chiflo conservado en Zaragoza aparece esta inscripción “Año 1404”.

“Una segunda flauta, que pudimos examinar en Jaca - propiedad de don Mariano Jiménez -, aparece mucha mejor conservada que la descrita propiedad de la Hermandad de Santa Orosia. No tiene fecha de fabricación”. (Preciado, Dionisio) 1968.

Nuevo misterio en un tema ya misterioso. Este detalle dejaría abierta la puerta a la pequeña posibilidad de que el chiflo conservado en Zaragoza sea realmente el chido del Cabildo (Hermandad), contrariamente a lo indicado durante años por los protagonistas de esta historia, y que por la tanto el chiflo que Celedonio fabricó para la hermandad esté ahora en Zaragoza.

Nueva especulación a sumar a las cientos de especulaciones que los amantes de estos instrumentos hemos hecho, no sin pesar, durante años respecto al paradero real de las flautas. Esperamos que algún día de una forma u otra se resuelva este misterio.

Nos consta que hace una década se realizaron gestiones desde instituciones jacetanas para que este chiflo pudiera regresar a Jaca. Parece que no era el mejor momento para un posible retorno. Independiente del origen del chiflo que se conserva en Zaragoza, deseamos, como muchos otros, que esta pareja de instrumentos excepcionales puedan estar nuevamente juntos en nuestra ciudad. No únicamente juntos en este artículo sino físicamente para disfrute y orgullo de todos los jacetanos.




… Y final

En la bibliografía sobre el chiflo y el salterio se repiten constantemente dos ideas. Que estos instrumentos son dos auténticos fósiles en la organología española, y que se han conservado gracias a participar en los ritos asociados a Santa Orosia.

Esta segunda idea sabíamos que era cierta. Pero hemos querido acercarnos alas personas protagonistas de este esfuerzo, tanto a las pertenecientes a la Hermandad como a los músicos activos en aquellos primeros años del siglo XX. De la mayoría conocemos sus nombres, de algunos únicamente disponemos de su foto, pero en todo caso hemos podido conocer con más detalle la historia de la que fueron protagonistas.

Respecto a que los instrumentos sean fósiles, habría que matizar. Los fósiles describen organismos ya desaparecidos y el chiflo y salterio siguen vivos en nuestras músicas, y de forma general en nuestra cultura. Aunque la selección natural los abocaba a la desaparición, sobrevivieron en Jaca y Yebra, y ahora su utilización es común por parte de agrupaciones de danzantes y músicos de toda España. Están definitivamente recuperados. Mucho trabajo y mucha gente involucrada, durante mucho tiempo, para que esto haya sido así.

Quiero dedicar finalmente este artículo a Dolores Gairín y a su familia, por recordar con orgullo que sus antepasados construyeron la flauta de Jaca.

Y agradecer a mis amigos Ignacio Alfayé, Javier Lacasta y Luis Salesa su ayuda e inspiración en la reconstrucción de esta pequeña historia, que habla de músicos, de sus instrumentos y del tiempo que les tocó vivir.

Jaca, febrero de 2023.

Bibliografía

ARCHIVOS:

- Archivo Colección Particular Familia Cadier

- Archivo Diocesano de Jaca. A.D.J

- Archivo Departamental de los Pirineos Atlánticos. Pau /Historia y Patrimonio Protestantes de los Paises del Adour (H3PA)

- Archivo Histórico Provincial de Huesca. A.H.P.H

- Archivo Histórico Provincial de Zaragoza. A.H.P.Z

- Archivo Nobiliario de Aragón. A.N.A

- Archivo Real Cofradía de Santa Orosia de Jaca. A.S.O.J

PUBLICACIONES:

- ALFAYE SORIANO, Ignacio. “Modalismo y tonalidad en las melodías de los dances de Jaca y Yebra de Basa”, Revista de folklore N* 485. Fundación Joaquín Díaz. 2022.

- BAYONA, Enrique / GRACIA, José Ángel / LACASTA. Javier / SALESA, Luis. C.D. “Palotiaus del Viejo Aragón y Valle de Broto”. Colec. “La tradición musical en España”. Vol 25. Ed. SAGA 2002.

- GRACIA PARDO, José Ángel / LACASTA MAZA, Antonio Javier. “Tomás Mayor, músico del dance de Yebra de Basa”. Temas de Antropología Aragonesa. N* 11 — 2001.

- PRECIADO, Dionisio. “Folclore Español”. Madrid 1969.

- SUMAN, Mateo. “Apuntes para el Diccionario geográfico de Aragón. Partido de Cinco Villas”. 1802. Según el MS. 9-5723 de la RAH. Edición IFC. 2015.

- TOMEO TURÓN, Manuel / FERNÁNDEZ BARRIO, Guzmán. “Danza Montañés”. Jaca 2007.

ENTREVISTAS:

- DE MIGUEL, Antonio. “Casa García de Caniás”. Autor, Enrique Bayona. 2022.

- GAIRÍN, Dolores. “Casa Jorge de Caniás”. Archivo Sonoro de Tradición Orosiana. Enrique Bayona / José Ángel Pardo. 2017.

- DOCAMPO, Luis, “Casa Gairín de Baraguás”. Autor, Javier Lacasta. 2023.

 

En la revista LA ESTELA  núm 50 (págs 105-107) de la Asoc. Sancho Ramírez de Jaca 

29 abril, 2021

Sobre el Dance de Biescas - 2020

 El trabajo de investigación y recuperación de José Ángel Gracia ha sido recogido en una publicación editada por La Comarca del Alto Gállego.

Biescas reconstruye su antiguo dance

E.P.A.- El área de Cultura de la Comarca del Alto Gállego ha editado la publicación Dance, gaitas y gaiteros en el folclore de la villa de Biescas, de José Angel Gracia Pardo. Se trata de un trabajo de investigación que se recoge en el segundo volumen de la colección comarcal A Gabardera y que fue presentado el pasado viernes en Sabiñánigo por el autor y la consejera de Cultura, Isabel Manglano.

La consejera comarcal Isabel Manglano, junto al autor José Ángel Gracia y la portada de la publicación.

El texto publicado está basado tanto en encuestas de tradición oral como en documentos escritos inéditos, y da a conocer el antiguo dance y la pastorada de Biescas, datada esta última en 1844. Un testimonio que permite reconstruir el antiguo dance a Santa Elena gracias también a partituras de las mudanzas que se reproducen y junto a abundantes fotografías de los músicos intérpretes del mismo.

José Ángel Gracia explica en la publicación el recorrido realizado para tratar de reconstruir el dance través de los testimonios de los escasos informantes locales existentes. El punto de partida es el año 1984, cuando el investigador serrablés Enrique Satué Oliván, que entonces estaba elaborando su tesis doctoral, entrevista Enrique Aínsa Aso, de casa Balentín (sic) de Biescas, quien le proporcionó la única referencia que se poseía en torno al dance de Biescas, "Le habló sucintamente, desde el reeuerdo de su niñéz, del propio dance, de los gaiteros que interpretaban su música, de las festividades en que se bailaba... todo ello en una grabación magnetofónica que no superaba los seis minutos de duración”, explica. Si bien las personas cercanas a Satué, entre ellas el propio Gracia, eran conocedoras de este documento, no fue hasta 2014, cuando deciden examinar su contenido y realizar un trabajo de campo tratando de buscar nuevos testimonios que ofrecieran pistas sobre el desaparecido dance de Biescas. Se realizaron quince entrevistas, pero los resultados “no fueron los deseados”, al menos en cuanto al propósito principal del proyecto, “no así en cuanto al recuerdo que se mantenía de músicos y gaiteros, que en general fue más satisfactorio”, señala. Los datos recogidos fueron publicados, bajo el título En torno al dance de Biescas, en el boletín número 15 de la revista Erata, correspondiente al año 2015.

El autor de la publicación comenta que, cuando todo se daba ya por cerrado, en la primavera de 2017, “un hallazgo sorprendente” vino a aportar nuevos datos sobre el dance y otros aspectos del folclore pelaire, a la vez que corroboraba en gran medida lo anteriormente estudiado. “Se trata de las memorias de Enrique Aínsa Lalaguna, padre de Enrique Aínsa Pardo, informante que Enrique Satué entrevistó en 1984 y primera persona que daba noticia del dance de palos en Biescas. Esas memorias se empezaron a redactar el 2 de agosto de 1936, apenas unos días después de que diera comienzo la Guerra Civil, por lo que en ellas son inevitables las continuas alusiones tanto a la contienda como a los bandos involucrados. No obstante, queda espacio para hablar de la sociedad pelaire de la época, de antepasados de la villa, de costumbres, de religión, de Santa Elena y también, cómo no, de folclore. Así, el texto aporta abundantes datos sobre el paloteo (sic), los gaiteros, los espacios donde se bailaba: en fin una valiosísima información de primer orden acerca de un tema prácticamente inédito”, apunta.

Tras estudiar estas memorias, decidieron retomar las entrevistas y finalizar el trabajo de campo oral puesto en marcha en 20 14. Se hicieron media docena de entrevistas más a otros tantos informantes y un compendio de las partes relativas al folclore de las memorias de Enrique Aínsa Lalaguna, que unieron a los resultados de la anterior investigación, para emprender un nuevo estudio que fuera una compilación de todo lo conocido en lo referente al dance y al folclore en general en la villa de Biescas, cuyo resultado es el trabajo que ahora ha visto la luz.

En las consideraciones finales, José Ángel Gracia reconoce que, a primera vista, no deja de sorprender que, aparte de las memorias de Enrique Aínsa Lalaguna y de la entrevista realizada a su hijo en 1984, “no existen prácticamente referencias claras en relación con el dance. Una de las razones de esta falta de datos, es que tras la Guerra Civil “Biescas quedó total y absolutamente destruida” y “se borró todo vestigio del pasado”.

“Así, no es de extrañar que tras semejante devastación no quedase ni rastro del dance. máxime cuando llevaba ya varias décadas desaparecido. No hubo ningún costumbrista al que le llamasen la atención el coloquio y la vistosidad de este tipo de baile. Ni siquiera los pirineístas, que tanto gustaban de glosar las costumbres de las gentes de este lado del Pirineo, repararon en esta manifestación folclórica”, apunta.

Tampoco se hace mención en los cancioneros ni en la prensa local o provincial. Entre esas fuentes, el autor cita a El Pirineo Aragonés, donde existe “abundante información sobre los actos festivos que se realizaban con motivo de la romería de Santa Elena de Biescas, pero ninguna referencia al paloteao. La noticia más antigua relacionada con los festejos celebrados en honor a santa Elena data de 1883, un año después de la creación del periódico”, concluye.

Semanario El Pirineo Aragonés núm. 7026 del 11 de diciembre de 2020, pág. 12