Mostrando entradas con la etiqueta Juan M. Ramón. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Juan M. Ramón. Mostrar todas las entradas

26 mayo, 2023

Acto institucional en Zaragoza y III - 2023

 Intervención de D. Domingo Buesa en la Real Academia de San Luis el pasado sábado 13 de mayo.

DISCVRSO INSTITUCIONAL DEL

PRESIDENTE DE La REAL ACADEMIA

EXCMO, SR. D. DOMINGO BVESA CONDE

 

CON OCASIÓN DEL NOMBRAMIENTO DE

SOCIOS DE MERITO AL

GRVPO ALTO ARAGÓN

Y A

DON LORENZO ECHETO DE JACA.

 

[. C. DE ZARAGOZA A 13 DE MAYO DE 2023

SALÓN DE SESIONES DE LA REAL ACADEMIA

MVSEO DE ZARAGOZA

Excelentísimos señoras de la junta de Gobierno,

ilustrísimos señores y señoras académicas

ilustrísimo alcalde de la ciudad de Jaca, estimado Juan Manuel Señores y señoras

 Permítanme que salude en primer lugar a las personas que esta mañana han llegado desde la querida ciudad de Jaca, dispuestos a representar en esta sesión solemne de la Real Academia a la primera capital de Aragón, a la que siempre ha sido la ciudad real por voluntad expresa de nuestros monarcas. Y, además verán que este saludo entrañable lo haré distinguiendo dos campos de trabajo, el musical y el gastronómico, que al final confluyen en un objetivo común: dotar a la ciudad de una identidad que le define y la singulariza, que la hace inteligible para las gentes que llegan a ella desde los cuatro puntos cardinales.

Yo na tengo que descubrirles la importancia que ha tenido esta ciudad en la creación de Aragón, pues es bien sabido que sin ella sería imposible entender nuestra Historia. Y esto es así porque Jaca es el referente, el punto de partida de una apasionante aventura en la que el objetivo fue crear un estado dotado de leyes, qua hicieran posible vivir en libertad, y alentado por ilusiones que lo convirtieran en un espacio imprescindible.

Y si estos hechos están constatados por la documentación, en esta Real Corporación los tenemos muy claros por la contundencia, pasión e insistencia, con las que nos los recuerda el ilustrísimo señor académico delegado en Jaca don Javier Ferrer que es el alma de este reconocimiento que hoy hacemos, por el que deja -una vez más- clara esa pasión suya por esa ciudad, que en esta Real Academia nos gustaría que fuera justamente reconocida con la concesión del título de Hijo Adoptivo para don Javier Ferrer, aunque yo creo que nadie se plantea que Ferrer no haya podido nacer en Jaca. Con su interés hemos vuelto nuestros ojos a esa andadura cotidiana en la que Jaca y sus gentes son conscientes de que están creando un proyecto de modernidad, con rasgos que se convierten en señas de identidad que permiten singularizar la milenaria ciudad real. El más importante e incuestionable es la vinculación de la figura de santa Orosia con esta ciudad Orosia o Eurosia se convirtió, allá por el siglo XI, en la reliquia que garantizaba la seguridad de los jacetanos ante los castigos de la naturaleza y ante los destrozos que sufría el alma de las personas.

Intervinientes y homenajeados en este acto

Jaca es una ciudad orosiana, un espacio en el que adquiere dimensión universal esta religiosidad que se convierta en la devoción más poderosa de las montañas del Pirineo, en la devoción que acaba configurando una civilización montañesa. Y toda cultura tiene un espacio de encuentro que se vive en común, en sociedad, que no es otro que la fiesta y la celebración. Todo un mundo basado en ritos, pero sobre todo en la música y en el baile, las primeras manifestaciones que realizó el hombre prehistórico cuando decidió vivir en armonía con la naturaleza.

Por eso cuando hablamos de música y de dance, hablamos de folklore y de tradición, elementos necesarios para construir cualquier sociedad. Y es bueno recordar que entendemos por folklore, desde que el arqueólogo inglés William John Thomas en 1846 definiera este término, el encuentro entre dos palabras antiguas que significan pueblo y saber, gente y ciencia. Palabras hermosas que son clave en la construcción de cualquier sociedad.

Por ello es importante recibir a un grupo de gentes, enraizadas en la más pura esencia jacetana, que han ocupado los últimos cincuenta años en la recuperación de su cultura, identificando la tradición desde los modos de vestir a las creencias, recuperando el conjunto de rasgos y costumbres que perduran de generación en generación y que permiten reconocer a un grupo social como tal. Toda ello, ejecutado con esa alegría de vivir que inunda el baile, el cortejo, el deseo y el amor.

 Y con un sentido muy democrático e innovador de la comunidad que ha evitado personalismos, aunque -como hemos escuchado- no quisieron ocultar que nuestro delegado en Jaca fue su voz.

Hoy queremos reconocer que todo este ingente e imprescindible trabajo lo han hecho con notable calidad y seriedad, el Grupo Alto Aragón de Jaca. Que ahora hace un alto en el camino para celebrar a partir del 22 de mayo una exposición que lleva por título “Cuatrocientos años de los bailadores de santa Orosia de Jaca”, exposición sugerente que nos explicará, como ha hecho su presidente don Fernando Estallo, que estamos celebrando cuatro siglos de vida y de ritmo que arrancaron en 1623 cuando se documenta que el concejo de la ciudad aprueba pagar 40 reales a unos mancebos por hacer bailes rituales en los cultos festivos en honor a la patrona. Unos bailes que irán evolucionando con el paso de los siglos, porque el folclore es algo vivo y que se adapta a las modas. De esta manera, a los de castañuelas que caen en desuso en la primera mitad del siglo XX- suceden los de palos que irrumpen en la modernidad con un gran atractivo. A la pasión por vivir sucede la devoción por vivir y a la devoción a la santa sucede la pasión por la santa. Pero esto es lo de menos, porque lo que importa es la razón que inspira esta vocación por los colores, los ritmos y los sonidos de Jaca. El asunto es que estamos constatando la antigüedad de una forma de expresarse, de un modelo de conexión con el mundo, que ya está documentado en la Jaca fronteriza del siglo XVII y que este grupo nos lo va a explicar, mostrar y hacer vivir, durante un año más como nos ha contado su danzante don José María Palacio, amigo de esta Real Academia desde antiguo.

Por ello, queremos incorporarlos a la nómina de socios de mérito de esta Real Corporación con este reconocimiento que es un homenaje que vamos a entregarles en la persona de su vicepresidenta, porque desde este momento el grupo se vincula a la larga y fecunda historia aragonesa que albergamos en esta Real casa y que nos honrará con cada una de sus actuaciones y de sus trabajos científicos. Pero, hemos hablado de santa Orosia como fiesta principal de la ciudad y ello nos lleva a recuperar los otros espacios de la celebración que van dando sentido al calendario de la vida en la primera capital de Aragón.

Estamos hablando de la fiesta del primer Viernes de Mayo, de la consolidación de la ciudad como espacio de turismo y de progreso o de la celebración del festival de los Pirineos que convierte en una referencia universal a la centenaria calle mayor, la que primero rondaban los chavales de la tierra, luego los municipales del alcalde Abadía, y al final las gentes más diversas venidas de todas las partes del mundo.

Si se dan cuenta, estamos hablando de cómo se puede levantar del olvido una ciudad a través de la capacidad de emocionar, de atraer, de cautivar. Y estamos hablando de ese trabajo personal, callado y muchas veces contra corriente que hacen algunas personas ejemplares que siempre son las que mantienen vivo el espíritu de la ciudad en su corazón. Y aquí me tengo que referir a una persona excepcional de Jaca, a don Lorenzo Echeto que supo sentar las bases de un amplio proceso de recuperación de lo jacetano, de lo jaqués, de lo aragonés. A un aragonés excepcional al que debemos muchas batallas ganadas en esa conquista de la universalidad de Jaca, codo con codo con gentes que no citaré para no cometer la injusticia de olvidarme de alguna de ellas, pero entre las que no quiero dejar de recordar a su hermano Carlos.

Estamos hablando de Lorenzo Echeto y al hacerlo nos viene a la cabeza aquella frase que escribió Quevedo, señalando que “el agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien”.

Por eso, hoy, aprovechando ese espíritu jacetano que nos inunda y que esta Real Academia de Bellas Artes quiere seguir haciendo suyo, tengo que poner nuestra llamada de atención en esta personalidad que se incardina y cobra su grandeza profesional en una de las imágenes más agradables de la historia de los últimos cien años. Me refiero a la famosa pastelería Echeto que, desde 1890, sigue vigilando la plaza de la catedral, ¡no olviden que lo hace desde los tiempos en que la plaza la ocupaban los puestos de verduras de la huerta!, hermanada al final con uno de los edificios más notables y hermosos del renacimiento jaqués, testimonio de aquellos tiempos en los que un jacetano, tan importante como discreto, sostenía en solitario la banca del propio emperador Carlos V.

Y allí, en esa vieja casa cargada de historia, ha desarrollado su generosa entrega a los demás, allí ha soñado sus ilusiones para Jaca, allí ha construido su promoción de Jaca, allí ha vivido y vive este hombre que la Real Academia quiere incorporar a ese elenco excepcional de socios de Mérito que inauguró a finales del siglo XVIII el propio don Francisco de Goya.

Lorenzo Echeto es una persona que ya ha recibido reconocimientos, como el homenaje que le hicieron en 1996 por sacar de la decadencia la gran fiesta histórica de la monarquía aragonesa allá por 1970. Y yo creo que lo consiguió porque es una persona convencida, como decía Eleanor Roossevit, que “el futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños”. En realidad, se podría decir que en el caso de Lorenzo Echeto no hace falta esgrimir razones para reconocerle esa vida intensa, al servicio de los demás, profundamente convencido de que la paz es el valor más valioso y menos habitual, seguro de que al final lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años.

Lorenzo, espíritu inquieto, gran conversador, incansable trabajador convencido de que el entusiasmo mueve al mundo, es un ejemplo a seguir por todos nosotros. Y un ejemplo digno de admiración, que ha vivido esta pasión por Jaca compartida con su esposa, la respetable y encantadora doña Angelines Piedrafita, que como dice él es la mejor compañía que ha podido tener,

Poco más hay que decir, acaso recordar los entrañables momentos que don Lorenzo Echeto nos ha regalado a los señores y señoras académicos abriendo su santa sanctorum románico para acogernos en momentos como el gratamente recordado ingreso del Ilmo. señor don Jesús Lizalde, canónigo de la catedral de Jaca, o para poner escenario a la presentación de libros, como ha ocurrido con el llmo. señor don José Melero, y otras muchas actividades de los señores académicos. Si en esos momentos se ha hecho realidad esa capacidad que siempre ha tenido don Lorenzo de endulzar la vida a los demás, también hay que reconocer que su inteligencia hacía posible la celebración de actividades que aportan una filosofía de la tolerancia, del respeto, del afecto.

Y hoy, una vez más, la familia Echeto representada magníficamente en esta solemne sesión por sus tres hijas, doña María José, doña Marián y doña Teresa que ha decidido seguir manteniendo la tradición y la historia más dulce y familiar de Jaca con su hijo, vuelve a tendemos la mano del encuentro, de la generosidad, permitiéndonos disfrutar de esas coronitas de santa Orosia que serán el broche ideal a un acto en el que ha estado presente la santa de las montañas en cada gesto, en cada actitud, en cada realidad, en cada uno de nuestros corazones. Y por todo eso, representando a este aragonés de oro, jacetano de honor, vamos a pedir a sus hijas que le lleven a don Lorenzo Echeto el testimonio documental de que él se incorpora a la historia de esta Real Academia, que esta es su casa desde este momento y que nos llena de alegría el poderlo recibir con todos los honores a los que su humanidad y su cercanía le han hecho acreedor.

 Muchas gracias a todos, por tantas cosas y por ese compromiso y respeto hacia esta real corporación fundada en 1792 por el conde de Aranda.

Componentes del Grupo F. Alto Aragón asistentes al acto.

Muchas gracias al Grupo Alto Aragón que hace posible que recuperemos nuestra identidad festiva.

Muchas gracias a la familia Echeto que es un ejemplo en esta tierra del compromiso con la historia del trabajo que ha construido el progreso. Y muchas gracias al alcalde de la ciudad, don Juan Manuel Ramón por habernos acompañado en este momento, pero también por habernos permitido sentir su cercanía y su afecto a lo largo de los años en los que ha regido la historia de la primera capital de Aragón, Yo sé que no es necesario decirle que esta es su casa, porque sabe que así lo sentimos y que, esté donde esté en su nueva andadura ciudadana, siempre tendrá nuestras puertas abiertas y nuestro afecto.

En la mesa: D. Juan Manuel Ramón, D. Domingo Buesa y D. Javier Ferrer

Y con este espíritu de colaboración, porque no hay otra forma de recuperar los rasgos que marcan nuestra identidad, les invito a disfrutar de la palabra, del encuentro de los amigos y de esas coronitas que les mostrarán los sabores excelsos que hablan de la historia de esa hermosa ciudad nuestra que se llama Jaca.

Las negritas son del blog