Enrique
Bayona Benedé
Músico de chiflo y salterio
El siglo XIX
La Real Academia de la
Historia conserva en su biblioteca un manuscrito fechado en 1802 titulado “Apuntes para el Diccionario geográfico de Aragón. Partido de Cinco Villas”. Obra del
fraile Mateo Suman, quería ser parte de un ambicioso proyecto de nombre “Diccionario geográfico-histórico de España”,
que finalmente no se llegó a realizar. Se especula con la posibilidad de que el
estudio correspondiente al partido judicial de Jaca exista. Por el momento nadie
lo ha dado a conocer.
El estudio se basa en una encuesta distribuida por los
diferentes ayuntamientos del Partido Judicial incluyendo una serie de
preguntas. La número 26 es la que nos interesa, pues afecta al “vestido y la
música”. Analizando las respuestas podemos tener una visión real de la
distribución de la pareja chiflo y salterio en este territorio en los inicios
del siglo XIX. En la parte norte montañosa, que correspondería con la zona
occidental de la actual Comarca de la Jacetania, la presencia de estos
instrumentos era abrumadora.
Ya en la descripción general del territorio “Descripción del Partido de Cinco Villas en
General” nos encontramos:
MÚSICA.
Su música, la que es común en el reino, usándose entre los montañeses, la
flauta o churlar, y el que llaman salterio, y tamboril.
El listado de pueblos donde se indica específicamente su
utilización es el siguiente:
Alastuey, Arrés, Aso, Bagüés, Bailo, Embún, Navardún, Hecho,
Larués, Paternoy, Majones, Mianos, Ruesta, Santa Engracia, Sigüés. En otros muchos
la pregunta queda sin contestar por lo que deja abierta su utilización.
Como ejemplos:
Embún.
Celebran sus fiestas con juegos de pelota, barra, corridas de pollos y bailes públicos
acompañados de músicos que tañen salterios. El salterio es un instrumento largo
de cinco palmos, y dos de ancho, adornado con 6 cuerdas muy recias, o bordones,
los que hiere con un palito y con la mano izquierda hace sonar una flauta
dulce, sirviéndoles el salterio de contrabajo.
Mianos.
Las niñas bailan con pandero. Me dicen que este instrumento no es común a los
demás lugares, pero yo lo he visto al paso en otros lugares de la montaña,
además del instrumento común en ellas, que es el llamado chuglar, especie de
arpa larga, cuyas cuerdas se hieren con un palito o hierro, con una mano, y con
la otra se toca una flautica.
Ruesta.
Visten al uso de la montaña, con chupa, ungarina y abarcas. Usan en sus diversiones,
y fiestas públicas de salterio instrumento largo, con pocas cuerdas gruesas que
se hieren con un palito, y una flauta dulce.
Javierregay.
Sus juegos son los de pelota, barra, y bailes comunes, y su música la que en la
montaña se llama salterio.
Actualmente sabemos que Berdún y Ansó también fueron pueblos
con tradición en chiflo y salterio. El listado de pueblos debería ser entonces
todavía mayor. La parte restante de la Jacetania y también el Alto Gállego, con
el mismo contexto cultural, tendrían una distribución similar en la utilización
de estos instrumentos.
Durante la elaboración del CD “Palotiaus del Viejo Aragón y Valle de Broto”, se trabajó en un
inventario de los dances conocidos de estas zonas, presentes y pasados, y de los
instrumentos históricos que participaban en ellos.
Con la excepción de Jaca y Yebra de Basa, las referencias a
la utilización de estos instrumentos conservadas en los archivos y en la
memoria eran pocas. Se deduce con claridad que instrumentos y músicos no
estaban activos ya en la última década del siglo XIX.
Muchas cosas pasaron en este siglo para que estos instrumentos
hegemónicos llegaran prácticamente a desaparecer. Llegó la música tonal, y con
ella un nuevo gusto musical de la mano de polkas, valses, mazurcas... Y con
ella nuevos instrumentos adaptados a la tonalidad como los acordeones. A otros,
como los violines y guitarras, se les ajustó la afinación adaptándose a los
nuevos tiempos.
El chiflo y el salterio, instrumentos musicales nacidos en
el mundo modal, tuvieron peor adaptación. Poco a poco quedaron relegados en los
gustos de la gente y aguantaban únicamente para música ritual (procesiones, danzas
en misa ...). Los músicos de salterio tenían que competir con músicos de acordeones
y rondallas, y su música ya no era la música predominante contratada por los
ayuntamientos para las fiestas.
Con el tiempo, la música ritual también fue poco a poco
interpretada por las rondallas, bandas ... Estas, además de hacer baile, podían
acompañar al dance si era necesario, La falta de demanda mermó el número de
músicos de salterio, y a su vez generó problemas a los pueblos que hubieran
querido continuar con los viejos instrumentos. En la primera década del siglo XX
ya sólo quedaban dos músicos activos en todo el viejo Aragón. Uno en Jaca y
otro en Yebra de Basa.
En Jaca, el propio dance se había visto afectado por un
progresivo proceso de pérdida. De las iniciales dos cuadrillas de ocho bailadores
de principios de siglo XIX, pertenecientes a las cofradías de agricultores y pelaires,
se había pasado en las últimas décadas a una única cuadrilla de solo seis
bailadores.
En 1876 se aumentó
el pago a los bailadores por parte de la Hermandad a 100 reales “siempre que no baje de seis el número de
estos”1.
En 1893 relata un
visitante francés: Precedida de seis
danzantes, vestidos de blanco, representando a la infancia, la edad madura, y
casi la vejez; durante más de dos horas y por todo el recorrido, al son de la
flauta y tamborín, tocados al mismo tiempo por un muy modesto artista, ejecutan
bailes circulares (rondes) y una suerte de “fandango” poco variado e ininterrumpido2.
De 1895 aparece
esta cita en la “Enciclopedia de las Religiones” de Forlong: “eran dos chicos, tres hombres Jóvenes y un
hombre más mayor que había realizado la misma tarea durante 29 años”3.
En todos los casos se vislumbran pequeños síntomas de que el
dance ya no tenía la fuerza de principios de siglo.
Y no parece que pintara bien con la llegada de la nueva
década. Los aires de renovación buscaban una Jaca “moderna” en todos los
aspectos; la llegada del agua del canal en 1891,
el alumbrado eléctrico en 1892, la
llegada del ferrocarril en 1893, la
eliminación de los primeros tramos de murallas... En la mente de muchos estos
avances parecían ir en contra de los usos y costumbres de siglos pasados, y
entre estos en contra de la antigua tradición de los bailadores y de sus viejas
músicas.
1 Libro de Actas de la Real Cofradía de Santa Orosia de
Jaca. 1876.
2 Padre Bérille. “Boletín de la diócesis de Bayona”.1893.
3 Forlong, J.G.R.
“Encyclopedia of Religious or Faith of Man”. Part 1 (pag. 507). 1906.
En la revista LA ESTELA núm 50 (págs 101-102) de la Asoc. Sancho Ramírez de Jaca
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