De la tradición oral a
la escrita
Reflexión sobre los dances en
honor a Santa Orosia
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En
nuestro caso, cuando nos referimos a los dances de Santa Orosia estamos pensando
en los realizados tanto en Yebra de Basa como en Jaca, pueblos que veneran a la
misma patrona y que con sus lógicas diferencias realizan básicamente los mismos
ritos religiosos-populares. Desde luego la festividad de Santa Orosia no puede
entenderse sin la unión de estas dos localidades, hermanadas en la tradición y
religiosidad, que participan de las mismas costumbres, se reparten el cuerpo de
la Santa (la cabeza en Yebra y el resto del cuerpo en Jaca) y que polarizan las
romerías en la vieja sociedad pirenaica.
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El
carácter religioso de estos dances es indispensable. Aunque hay muchos añadidos
y matizaciones profanas, el conjunto es una conmemoración festiva patronal.
incluso en los bailes, a los que hay que atribuir un sentido ritual y
reverencial. A pesar de que los dances de Jaca y Yebra poseen caracteres que los
relacionan con costumbres muy anteriores al siglo XVI, es desde este momento
cuando podemos basarnos en datos significativos que respaldan su antigüedad.
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Otros
datos nada fiables son las fechas que aparecen en algunos instrumentos de la
zona (flauta y salterio), fruto sin duda de absurdas manifestaciones muy
posteriores en el tiempo.
El
Dance de Santa Orosia, baile pseudoreligioso al igual que el paloteao, interpretado
en la procesión del día de la fiesta de la Patrona es sin duda uno de los
dances más interesantes de nuestro repertorio folclórico nacional. Ejecutado
en honor de la Santa ,
se dejó de bailar antes de 1.920 y fue recuperado en los años setenta
afortunadamente por
el Grupo Folklórico Alto Aragón. realizándose desde entonces ininterrumpidamente
por componentes de dicha agrupación. Es, desde luego, el baile más
representativo de la ciudad, puesto que el actual paloteao de Jaca surgió ante
la decadencia del dance de castañuelas con la idea de hacer uno similar al de
Yebra.
Por
lo que respecta pues al paloteao de Jaca, las fuentes consultadas (antiguos danzantes
de principios de siglo) no recuerdan que existiera éste antes del dance,
aunque siempre se comentó la existencia de uno propio de la ciudad y que se perdió
completamente. Si bien nadie pudo concretar el año, recuerdan que en la década
de los años veinte vino un señor de Yebra contratado por el ayuntamiento y fue
él quien enseñó ese paloteao a todos los danzantes. Ensayaban en el “Fado” (lugar
de baile que se hallaba en la calle Ramón y Cajal, empleado también para
ensayos de la antigua banda de música) y en veinte días lo aprendieron. Al año siguiente
salieron en la procesión ejecutándolo y olvidándose del dance, aunque vestidos todavía
con su indumentaria habitual hasta los años cincuenta. A pesar de que este paloteao
de Jaca es pues una copia del de Yebra (aun presentando diferencias en las mudanzas y denominación de las mismas) no deja de ser un baile íntimamente relacionado
religiosa y musicalmente con el dance y desde luego tan arraigado en nuestra
ciudad como este último.
Básicamente
la realización actual de estas dos manifestaciones folclóricas es idéntica a la
de principios de siglo. El dance consta de ocho danzantes y músico. Se sitúan
en la procesión delante de la
Sarna , en dos hileras paralelas que realzan un sencillo baile
de delante hacia atrás ininterrumpidamente durante toda la procesión No
realizan prácticamente cruces o dibujos, siendo su nota más característica la
constante ejecución con un característico “brincado” al son de toques cortos de
castañuelas. La indumentaria consta de traje blanco ribeteado en colores
(calzón y chaquetilla) con cintas y cascabeles en puños y aberturas de
calzones, camisa blanca, pañuelos de flores cruzándoles a modo de banda (por lo
menos en los años veinte), medias blancas y alpargatas de cáñamo. Portaban
rosas en la boca. orejas y ojal de la chaqueta.
El
paloteao de Jaca consta de ocho danzantes, mayoral, rabadán y músico. Se
realizaba también a lo largo de toda la procesión, siendo un baile de mayor
complejidad al alternarse continuamente las distintas mudanzas de que se compone.
La vestimenta actual varía respecto a la del dance: traje negro (calzón,
chaleco). camisa, marinetas y medias blancas, alpargatas de cáñamo y pañuelo de
flores cruzándoles el cuerpo. Portan una flor en la boca, sombrero de Sástago con
cintas y cascabeles bajo las rodillas. Este paloteao puede considerarse como
una de las piezas más puras y conocidas del folclore aragonés Hay que tener en cuenta
que en la festividad de Santa Orosia participaban todos los pueblos del “Viejo
Aragón”; los de la parte oriental acudían a Yebra con las cruces de romeros y
pendones, los de la zona occidental acudían a Jaca. Este hecho puede ser uno de
los motivos por los que haya sido tan conocido y conservado, y aunque no se
realiza íntegro en la actualidad (ya que por lo menos en el de Yebra se hacían
más mudanzas y la pastorada entre mayoral y rabadán , no ha perdido el carácter
y funcionalidad originales.
Oscuros
son los orígenes de la música. Si bien es cierto que puede existir desde el
mismo origen de esta tradición, u pasado se diluye en la bruma de los tiempos, …
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La
música de estos dos dances es distinta, sin embargo presentan diversos aspectos
en común que verifican una vez más la unión entre el folclore de una zona
reducida determinada. Ambos ejemplos conceden especial importancia a los
elementos rítmicos, siendo una música básicamente melódica y no armónica. Los
instrumentos que ambos utilizan son los mismos, el salterio o “chicotén” y la
flauta o “chiflo”, siendo en este aspecto organológico donde más se puede
entrever el aspecto mágico-simbólico que subyace en la música popular
(revestimiento de la flauta con piel de culebra como símbolo de fertilidad o
corno protección y ayuda, brujería. relación con los ritos del solsticio de verano,
curación de enfermedades, exorcismos de “espirituadas”, culto a elementos naturales,
etc.) y también el trasiego cultural y popular que entre las dos vertientes del
Pirineo se ha establecido desde siempre, sobre todo a través de las principales
rutas de peregrinación y romerías (no hay más que observar el arraigo que
todavía tienen estos dos instrumentos, aunque algo diferentes, en varios pueblos
franceses del valle de Ossau y en las conexiones con ciertas manifestaciones
vascas y navarras, lo que hace pensar sin duda en una tradición pirenaico
occidental).
Por
otra parte la causa de que estos instrumentos hayan sido absorbidos por la Iglesia hay que buscarla
en la convivencia existente desde siempre en el fenómeno de Santa Orosia entre
elementos cristianos y paganos.
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Esta
concepción de los orígenes de una práctica cultural nos permite pensar que estos
dances en honor a Santa Orosia fueron lo que son hoy y serán quizás mañana, una
expresión de la cultura siempre antigua y siempre renovada de unos pueblos del
“Viejo Aragón”.
JESUS
LACASTA SERRANO
El Pirineo Aragonés Núm 5624 del 19 de
Junio de 1992, págs. 22 y 23
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