VIAJE A VILNA (LITUANIA)
JULIO 2017
Por primera vez, en los ya numerosos viajes al extranjero del Grupo, iniciábamos el viaje desde el aeropuerto de Bilbao.
Será por eso que no calculamos bien el tiempo y llegamos con tres horas de adelanto a dicho aeropuerto, que además estaba cerrado. Tocaba esperar dentro del “bus” ya que en la calle la temperatura estaba bastante baja incluso para nosotros.
Salimos sobre las 6,45 hora prevista y sin retraso ya que era el primer vuelo del día en Bilbao. Este viaje tenía dos partes, Bilbao Frankfurt y Frankfurt Vilna. El tiempo de espera en Frankfurt fue de más de seis horas que se hicieron interminables, a pesar de los bocadillos de salchichas y las cervezas, que casi estábamos obligados a consumir por el tiempo de espera y por seguir las tradiciones claro. La llegada al pequeño aeropuerto de Vilna, pequeño en comparación con otras capitales, fue grato pues ya nos estaban esperando nuestras guías, que rápidamente nos trasladaron en autobús al hotel donde estábamos alojados. “Ecotel Vilnius” un hotel casi nuevo en el centro de Vilna, donde nos alojaron en habitaciones dobles, todo un lujo.
Con la llegada al hotel sobre las 19 horas nos libramos del encendido de la llama del festival en la colina Verkai.
No voy a relatar el día día de nuestra estancia en Vilna y sus múltiples actuaciones, pero si destacaré alguna de ellas con sus vicisitudes y también sus alegrías que de todo hay en la “Viña del Señor” en este caso en el Festival “Baltica 2017 “.
El día a día con las programaciones del festival, se las tenían que ver Fernando y su equipo (equipo formado por varios miembros del nuestro Grupo) ya que la organización iba modificando no ya cada hora sino cada minuto, la programación inicial. La destreza de ellos y la comprensión y “profesionalidad” del resto, hizo que todo saliera perfectamente.
Hubo actuaciones de 5 de 10 de 15 y de 30 minutos, que desde mi punto de vista salieron muy bien, prueba de ello es que en varias ocasiones tuvimos que realizar “bises”, excepto en la que por cuestiones de organización no se pudo.
Desde el segundo día hasta el último, siempre cerrábamos nosotros los espectáculos, digo yo por algo será.
La mayoría de las actuaciones fueron en los jardines “Bernardine” en dos escenarios, uno bastante pequeño y otro de mayores dimensiones, que permitió en este último mostrar mejor nuestro espectáculo.
El día 5 en la Avenida Gediminas, Plaza Catedral y
Plaza VincasKudirka actuamos para la TV
durante más de 20 minutos y también ese mismo día en la ceremonia de
inauguración del festival que fue en el
Palacio de Congresos, aquí todos los
grupos participamos con 5 minutos.
El día 6 “Día nacional de Lituania” actuamos 20
minutos en la Colina Dubingiai, ese mismo día teníamos previsto una pequeña
actuación de 5 minutos en el Lago Alausai pero por problemas de horario de la
TV se canceló.Los días 7 y 8 realizamos actuaciones en los Jardines Bernardine, tanto en el escenario pequeño como en el grande.
El domingo 9 de julio, tras una misa en la iglesia de Bernardine, todos los grupos participantes del Festival dimos un pequeño concierto religioso aportando dos piezas cada uno. Las actuaciones folclóricas este día fueron dos en los jardines Bernardine.
En otro orden de cosas, el día 8 de Julio, el
Grupo participó en dos actividades que nunca habíamos tenido que hacer en un
festival. Bajo el título del “Día del
cielo y la tierra” teníamos que participar en dos actividades completamente
diferentes. La primera fue “Workshop” que en palabras de María Casorran (una de
las creadoras y presentadoras) “fue una especie de seminario o mesa redonda, en
la que algún representante de cada grupo explicaba a los demás el origen del
mismo, quien lo forma, a que se dedica, etc. Nosotros lo que hicimos fue un cuento, el de la
historia de amor de Chenaro y Juana que transcurre en el marco temporal de las
estaciones del año. Aprovechando esa historia y ese marco temporal, íbamos
incluyendo nuestras tradiciones y bailes, relacionándolo todo con el trabajo de
la tierra en nuestros pueblos de la Jacetania. Todo ello estaba ilustrado con
vídeos y fotos de nuestros bailes”.
La segunda actividad, casi solapándose con la anterior, fue en los jardines Bernardine donde varios miembros del Grupo y a la cabeza Belén, preparamos un fenomenal gazpacho, para todos los que se quisieron acercar al “Chiringuito” que para ello preparó la organización, con un resultado fenomenal, el gazpacho duró lo que duró es decir nada.
También quedó tiempo, pero poco, para las visitas
a la ciudad de Vilna, su casco antiguo sorprendió a casi todos, donde también
degustamos su gastronomía, como no podía ser otra manera.
El último día es decir el de 10 Julio,
solicitamos a la organización nos consiguiera un autobús, pagado por el Grupo, para
que antes de dejarnos en el aeropuerto
nos llevara a un pueblo cercano Trakai, donde admiramos un espectacular
castillo y su excelente gastronomía.
La vuelta a Jaca fue mucho más rápida que la
ida, ya que salíamos del aeropuerto de Vilna sobre las 19 horas y estábamos en
Jaca a las 3 de la madrugada.
En resumen, un buen viaje con buen alojamiento,
la espectacular acogida del público en cada actuación, la satisfacción de la
organización del festival y sobre todo sobre todo, la gran convivencia entre
todos nosotros, sabiéndonos adaptar a todas las variaciones, sobre la marcha,
de la organización.Pues nada más, como se suele decir preparados para el siguiente viaje, que ya tenemos tres o cuatro para elegir.