Así empecé y aquí estoy
“Este año te voy a apuntar a jota y así bailarás como tu hermana.” “¿Qué? No, a
esa cosa no me apuntes.” Así es como empezó todo, negándome completamente, pero
mis intentos de oponerme a mi madre fueron completamente nulos. No mucho tiempo
después llegó la primera clase.
No voy a mentir, al principio tenía bastante miedo. No conocía a nadie, todos
los niños se sabían los bailes menos yo, la profesora me daba bastante respeto
y tocar las castañuelas se me hacía la cosa más difícil del mundo; pero como se
suele decir, tiempo al tiempo. Los siguientes días no fueron tan malos: ya me
integraba algo más en el grupo, empezaba a conocer los pasos y me lo pasaba
bien.
Tras muchos ensayos, esos niños y algunos que se engancharon algo más tarde
acabaron convirtiéndose en mis grandes amigos y aún siguen a mi lado en esta
gran aventura. Han estado conmigo en las actuaciones en el Parador de Oroel, en
las galas de Navidad y en las actuaciones de fin de curso. Gracias a Nuria,
Lucas, Paula y Mario. Gracias fatos, por todo.
Pero no creáis que nos hemos quedado igual. Ya hemos sido partícipes en dos
ediciones de los Festivales de Jaca, hemos rondado en los mayos, hemos estado
en un montón de pueblos, nos hemos ido por España a bailar (y a hacer el
canelo) e incluso algunos hemos pisado terreno internacional. No solo eso, ya
dominamos todas esas jotas que nos eran de lo más complicado, ¡incluso
Albalate! Y por supuesto, lo más importante: hemos sido bautizados más de una
vez cuando ya estábamos planchando la oreja.
Y aquí seguimos aún, aprendiendo, ensayando, actuando, cantando y sobre todo:
seguimos haciendo faterías siempre que podemos (que es casi siempre), ya que en
este bonito grupo siempre estaremos bien. Así es como se siente uno en una
familia. Así es como se siente uno en el Grupo Folklórico “Alto Aragón.”
Susana Otero
Las negritas en el texto son del blog.
Publicado en la newsletter del Grupo "De Capazo", núm 5 (Primer Trim. 2020)
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