11 junio, 2015

TRADICIÓN DESAPARECIDA - 1922


          Nuestros clásicos BAILADORES, aquellos danzantes que durante siglos y siglos, al igual que los SEISES de Sevilla que religiosamente se conservan, constituyeron una de las características que rememorando añejas tradiciones del catolicismo conservaba esta ciudad de Jaca en sus fiestas titulares, han desaparecido este año para dar paso al juego de PALOS, que por no venir encarnado en nuestras costumbres lo consideramos desprovisto de ese concepto altamente sugestivo que lleva aneja toda veneración a tradiciones cuyo origen se pierde en el suceder de los siglos.
          La supresión de los BAILADORES y su sustitución por los PALOS es una innovación que responde a análogas razones a las que correspondería el ver sucedida la indumentaria característica de los porteadores de Cruces en nuestras fiestas de Santa Orosia por otra compuesta de sotana y roquete o sobrepelliz; todos veríamos en esto un atentado a nuestras costumbres y tradiciones, y lo mismo decimos respecto a La supresión de Bailadores y sustitución por los juegos de palos.
          Es error craso el pretender ver en los suprimidos Bailadores nada absolutamente atentatorio a los fines simbólicos que ellos representaban dentro de culto católico en nuestras grandes festividades tenían su origen en aquellos remotísimos tiempos en que los bailes sagrados eran considerados codo una parte del culto que se tributaba en los días de mayor alegría de nuestra lglesia la que esteriorizaba su júbilo por medio de danzas que según Scaligero, iniciaban los mismos Obispos (presules) porque a presiliendo ellos comenzaban las danzas sagradas en los COROS separados del altar, que en todas nuestras iglesias se construían al efecto, y que todavía se conservan en Roma en los templos de San Clemente y San Pancracio.

          Los Bailadores suprimidos, simbolizando esa alegría y ese placer que se siente en los días de fiestas grandes religiosas, eran fieles representantes de viejas costumbres, de añejos hábitos y de tradiciones veneradas, que encarnaron durante siglos y más siglos en la vida y costumbres de esta montaña; de aquí el que su supresión haya herido tales recuerdos y hecho desaparecer ese  simbolismo tan característico de nuestra amada Religión, que precisamente exterioriza el alborozo y contento de manera muy especial en los días típicos de sus fiestas mayores.

Xavier
Semanario "El Pirineo Aragonés"  Núm 2.047 del 24 de Junio de 1922 Pág 2
 

No hay comentarios: