£.P.A.- El
calendario ha querido que el tradicional Canto de los Mayos, que organiza la Escuela Pública Municipal de Música y Danza
«Pilar Bayona» en colaboración con el Grupo
Folclórico «Alto Aragón», coincida este año con la noche previa a la
celebración del Primer Viernes de Mayo.
Esta ronda popular, que recorre
las calles del centro de la ciudad, es un homnaje a la primavera a través de la
música y los alegres cantos y serenatas que hablan del amor y la mujer.
El recorrido partirá de la casa
consistorial a las 22.45 horas y recorrerá el casco histórico hasta la plaza
San Pedro, donde finalizará con un pequeño baile popular y la plantación del
‘mayo’. Para este acto se ha contado con la colaboración de la Brigada de
Obras. Parques y Jardines del Ayuntamiento de Jaca.
La comarca de la Jacetania
constituye uno de esos escenarios en los que las fiestas de mayo permanecen
todavía vivas en el recuerdo de sus gentes, habiéndose reducido sin embargo
paulatinamente su práctica a un escaso número de poblaciones, como recuerda Jesús Lacasta, director de la Escuela
de Música. “Desde siempre era habitual, y
lo sigue siendo en mayor o menor medida realizar una serie de costumbres populares
con las que se celebraba la llegada de la primavera: comidas campestres, cantos
a la mujer (dama, moza o ‘maya’), bailes, colocar enramadas, plantar el ‘mayo’,
etcétera”, explica. “Todas ellas se
celebraban en las distintas fechas señaladas que salpican esta ‘estación florida’
según la tradición y lugar, extendiéndose su reparto normalmente hasta el
mágico solsticio de San Juan o, desbordando este simbólico límite temporal,
encontramos manifestaciones incluso en el día de la Ascensión”, añade.
El repertorio utilizado en estas rondas
era amplio y diverso, “destacando especialmente
en estos días aquellos alegres cantos, con gran melodiosidad, que recalcaban el
comienzo de la primavera. Un contenido textual que se entrelazaba hábilmente
con el de los encantos que se atribuía a las mozas o ‘mayas’ rondadas y en el
que, entre sus albadas y ‘serenatas’, entraban a formar parte de la interpretación
todo ese conjunto de canciones amorosas, glosas y parodias de Jo religioso,
como eran los llamados ‘mandamientos’ y ‘sacramentos’, ejemplos etnomusicales
eclipsados durante décadas por costumbres musicales más ‘modernas’ como las
jotas rasgadas o improvisadas”, apunta. “En,
en definitiva, el Canto de los Mayos (o Rondas de Primavera), término que por
extensión hacía referencia tanto a los cantos dedicados a la mujer como al
conjunto de costumbres ligadas a ellos y de los cuales hemos conseguido
rescatar del olvido un buen número gracias a los trabajos de campo realizados”,
indica Lacasta.
Así, entre los compromisos a los
que estaban sujetos los mozos o galanes (‘mayos’ en algunos lugares) se
encontraba el adornar con enramadas y regalos, de distinta índole y doble
sentido en ocasiones, los balcones, rejas o ventanas de las mozas (damas o
‘mayas’), normalmente casaderas, aunque esta costumbre, según la localidad, se
extendía también a la enramada del ayuntamiento, virgen, patrona o patrono de
la misma. Aquellas mozas que habían recibido enramada correspondían con
diferentes regalos. Por último, era habitual, bien por la tarde o al entrar la
noche, el que. todos los mozos plantaran un ‘mayo’ (árbol muy alto y pelado) en
el centro de la plaza, bajo el cual se celebraba el último baile obligatorio
para grupos y mozas, en cuyo encuentro, según el lugar, variaba también la
manera de terminar o complementarse el acto.
Semanario "El Pirineo Aragonés" Núm 6.749 del 30 de Abril de 2015 Pág 14
Semanario "El Pirineo Aragonés" Núm 6.749 del 30 de Abril de 2015 Pág 14
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