RICARDO GRASA JACA.- El Grupo Folklórico “Alto Aragón”, de Jaca, “nació con la filosofía de recuperar, mantener y divulgar el folclore, sobre todo, de la zona del Alto Aragón”, aseguran su presidenta, María Brun, y el vicepresidente, José Mari Palacio, que ‘tomaron el mando’, en noviembre del 2012. Sus socios más veteranos “llevan moviéndose los 38 años de vida que ya tiene el grupo” y con la nueva junta, se quiere mantener el espíritu de los fundadores, y hacer partícipes a grandes y pequeños.
“Cambios significativos no hemos hecho. Lo que sí hemos hecho es implantar la forma de trabajar en grupos de trabajo. En cada área, hay una cabeza visible, pero hay otras personas, que se pueden ocupar de determinadas funciones”, afirmó Brun. Ahora mismo, en el grupo, hay unas 60 personas, aunque unas 40 asumen más tareas, y “todo el mundo se tiene sentir implicado con el grupo”.
“Es la línea de trabajo que llevamos y luego, mantener la asistencia a los festivales internacionales, que para nosotros es muy importante y un aliciente para todas las personas, que están trabajando y que no cobran un duro”, comentó la presidenta. El pasado año, el grupo viajó a Italia y aprovechó para visitar Eslovenia y Mónaco. “Es un premio a tener que actuar en los pueblos o tener que venir algún día a coser, planchar o almidonar”. Una recompensa “por el tiempo que se sacrifica”.
Al cabo de un año, el Grupo Folklórico “Alto Aragón” ofrecerá “alrededor de unas 20 actuaciones, entre las grandes, medianas y pequeñas”, pero “si nos referimos a las intervenciones de toda clase, se puede llegar a unas 50 actuaciones”, dijo Palacio. “Muchas de estas actuaciones son habituales”, como las que se llevan a cabo en Navidad, la de la Virgen de la Cueva y la del final de curso.
Varios recitales nacieron en torno al cambio de siglo, como las jornadas de Santa Orosia en fiestas, que permiten un intercambio ,con otras regiones. “El grupo no había estado nunca en Extremadura (en el resto de comunidades, sí) y el año pasado, fuimos a Plasencia en agosto”, recordó Brun. En cuanto al Canto de los Mayos, que empezó hace 12 años, Palacio dijo que “es una tradición que no estaba extendida, y ahora, la gente se acuerda y lo espera. Tiene una buena acogida”.
La escuela, su baluarte En una época en la que “los Ayuntamientos llaman menos”, por causas económicas, el grupo cuenta con la tranquilidad que aporta su escuela, una inagotable cantera. “Tenemos alumnos de 5 a 70 años pasamos de las 100 personas”, declaró Brun. “Es importante la escuela de adultos”, añadió el vicepresidente. “Es la que nos resulta más práctica, porque es de dónde te llega más gente con capacidad para bailar, o el tiempo disponible para salir de viaje o irse un fin de semana”.
Los lunes, ensaya el grupo de paloteau infantil y el de mayores; los miércoles, el grupo del canto y un grupo de baile; y los viernes, hay dos grupos de infantil de iniciación, unos niños más mayores, el grupo de adultos de baile y la propia formación. “Ensayamos todos los viernes (menos festivos), ya nos haga frío o calor, llueva o nieve. Para nosotros, esto es sagrado”, indicó la presidenta.
“Una de las asignaturas pendientes que tenemos será conseguir que todos estos chicos que van muy a gusto al paloteau puedan dar el salto a bailar también jotas y danzas de todo tipo”, indicó Palacio, que reconoce que es algo que “cuesta mucho”. De hecho, hoy existe “un grupo majo de bailadores”, aunque el de las chicas les dobla en número. Además, está la cuestión de los jóvenes que empiezan sus estudios en la Universidad, desde los 18 años. “El que vuelve, vuelve y el que no, se va”.
También, “la gente misma del grupo va aportando a sus hijos, que casi lo maman desde pequeños y somos como una gran familia, que va creciendo con el tiempo”, apuntó Brun. “La relación personal es muy importante, porque, al final, pasas tanto tiempo juntos, entre viajes, actuaciones y ensayos, que si no hubiera una buena relación y un buen ambiente, no se podría hacer”, añadió Palacio.
Con el 40 aniversario en el horizonte, “la línea que planteamos para este año es ir a nuestra manera y mirar los cuatro discos que tenemos grabados desde hace muchos años”, indicó el vicepresidente. “Nos hemos propuesto volver a tocar algunas piezas de esos discos que hemos dejado de tocar o que no hemos llegado a tocar en escenarios más que contadas veces”. Alguna de las danzas del Sobrarbe o el paloteau de Aragüés del Puerto son candidatas a regresar a un grupo muy del Alto Aragón.
“Tenemos la peculiaridad de que bebemos casi siempre de nosotros, pues no tenemos prácticamente una influencia externa, ya que nuestros profesores aprendieron aquí”, señaló Palacio. “La directora del baile y el de la rondalla pueden llevar unos 30 años y son gente relativamente joven”, dijo Brun, sobre una de las claves de grupo. “Podemos mejorar el vestuario o la puesta en escena, pero la pieza es la que nos enseñaron y la que pasó de generación en generación. Esto es fundamental”.
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