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20 octubre, 2013

Fabri, burgalés de nacimiento y jacetano de adopción. (1965)


     Traemos hoy a nuestro blog el cartel anunciador del III Fetival Folklórico de los Pirineos. Diseñado y firmado por Fabri, es muy probable que sirviera de inspiración a José Ángel para realizar el escudo del Grupo.
     “Fabri”, Fabriciano Martínez Hernando, pintor burgalés muy vinculado a estas tierras, diseñó varios de los carteles anunciadores del Festival Folklórico de los Pirineos. Aquí en Jaca es donde hizo su primera exposición pictórica en este año 1965 y en Jaca, donde encontraría a María Teresa la que se habría de convertir en su esposa.
     Años después, recuerdo que coincidíamos de vez en cuando en las tardes veraniegas de los setenta. Al acabar los ensayos que entonces realizábamos en Escolapios, en esos momentos en la calle Mayor, solíamos ir al “Laurentino” o al “Tomás” y él casi siempre paseaba con su hermana y cuñado Tolé Falcón. Como Tolé nos conocía a todos y siempre ha sido campechano entablábamos conversación, lo que nos llevó a tener una cierta relación con Fabri. De carácter afable y discreto y de conversación suave, se solía interesar por nuestros viajes y proyectos. En el verano del 78, íbamos a participar en el Festival de Confolens (Charente Maritime, en Francia) en el que teníamos que hacer un espectáculo dentro del cual se habrían de representar unas escenas de ambiente montañés. Para ésto se hicieron dos grandes telas (en el escenario parecían menos grandes) que diseñó Fabri y que acabó de pintar Manuel Fanlo, quizá con ayuda de algún otro componente. Estas telas que enrollábamos y desenrollábamos para su transporte aún se conservan en secretaría y se han usado muchas veces. Son edificios montañeses que ayudaban a situar las escenas de costumbres.
     Desgraciadamente, Fabri falleció en Burgos el 1 de julio del pasado 2012.
     Sirva este escrito, como recuerdo y reconocimiento agradecido de su buen hacer y para dejar constancia de nuestra pequeña relación con esta gran persona.

Álvaro

05 junio, 2013

Os Bayladós de Santa Orosia de Jaca

El regreso hace tres décadas de una tradición de cuatro siglos

Luisa PUEYO

JACA.- Hace tres décadas que Os Bayladós de Santa Orosia vuelven a acompañar con sus dances de castañuelas la reliquia de la patrona de Jaca en la procesión del 25 de junio. Con ellos regresó una tradición de más de cuatro siglos, recuperada por el Grupo Folklórico Alto Aragón. Los 30 años de consolidación en la fiesta de Os Bayladós ha hecho a este grupo de dance protagonista de una exposición, y del pregón de las próximas fiestas patronales.
La exposición, organizada por el Grupo Folklórico Alto Aragón y coordinada por uno de sus componentes y danzante de Os Bayladós, Julio Laín -uno de los 35 que han formado parte del grupo en estos 30 años-, mostraba textos alusivos a la existencia documentada de este grupo de dance desde principios del siglo XVII. Más en concreto, se indicaba que desde 1623, dos cuadrillas de mozos precedían con sus bailes a la urna con la reliquia de Santa Orosia. Un músico aportaba la melodía del chiflo y el ritmo del salterio, que reforzaban los danzantes con el repicar de sus castañuelas. “Con sus pulgarillas y cascaveladas, y galas blancas… vestidos de blanco y ceñidos con ricas vandas (sic) vistosas ligas y cubiertos con bonetes montañeses”, así se describe la imagen de aquellos primeros Bayladós.
Se explicaba asimismo que durante los siglos XVII y XVIII son dos los grupos de danzantes que bailan en los festejos de Santa Orosia. Uno estaría organizado por los labradores, agrupados en gremios y cofradías, y otro, por los pelaires u oficiales, lo que supone una imitación de la actual dualidad labradores-artesanos.
En el siglo XVIII, Alavés y La Sala (1702) repiten la descripción de la indumentaria de los danzantes y añaden que van “guarnecidos de curiosas lazadas y preciosas joyas, y calçados unos como borceguíes encascabelados, tañendo diestros las pulgarillas”.
A mediados del XIX uno de los grupos desapareció de la fiesta y el otro fue aguantando hasta 1921. Al año siguiente se suprimió el dance de castañuelas, y fue sustituido por el palotiau. “Se adoptaron “algunas formas y sonidos” del modelo de Yebra, pero el de Jaca “muy pronto se convirtió en algo singular y original dentro del panorama del dance aragonés”.

El grupo es parte relevante en todas las celebraciones de la patrona de Jaca

Dos fueron las tentativas de recobrar a los danzantes de castañuelas antes de que, por fin, el Grupo Alto Aragón, tuviera éxito en esta empresa. La primera ocasión fue en 1942, y supuso por primera vez la participación conjunta del dance de castañuelas y el palotiau. El intento tuvo poco recorrido, 3 ó 4 años, si bien invitó a refrescar la memoria sobre estos bailadores. La segunda intentona, dos décadas después, fue todavía menos exitosa: aunque una fotografía deja constancia de la formación del grupo, éste no llegó a salir en la procesión.
El reto para los componentes del Grupo Folklórico Alto Aragón que en 1978 decidieron indagar en esta tradición estaba claro: había que hurgar en toda suerte de fuentes documentales y, a ser posible, dar con testimonios de quienes conocieron, y no habían olvidado, el dance de castañuelas. A ello les animaba, con palabras y la aportación de valiosas pistas, el entonces canónigo archivero de la Catedral, Juan Francisco Aznárez. Un año después Os Bayladós regresaban a la fiesta. Desde entonces son fieles a esta cita, a la que acuden ataviados con calzón y chaquetilla de piqué blanco “adornados con galones polícromos y pasamanería de seda y oro”. Llevan “cascabeles en los antebrazos y al lado de las aberturas de los calzones” y “camisa blanca con cuello de tirilla, marinetas y medias blancas, fajas de estambre de color azul o rojo, mantón de seda recogido en bandas atado a un costado, alpargatas miñoneras y un clavel en la boca. En las piernas, ligas decoradas con curiosos bordados y en la cabeza, un bonete montañés profusamente adornado, a la manera como lo describen los documentos del siglo XVIII”.
Retomar este dance supuso también revitalizar los instrumentos con que se interpreta, el chiflo o flauta de tres agujeros -lo que permite tocarla con una sola mano- para la melodía y el salterio, o tambor de cuerdas, con que el mismo músico marca el ritmo. El modelo a partir del cual se han construido los actuales salterios es el viejo instrumento, de fecha desconocida y perteneciente a la Real Hermandad de Santa Orosia, custodiado en la Catedral. Las castañuelas son copia de los únicos ejemplares antiguos hallados en Jaca, los de la Huerta Paleta.
En cuanto al repertorio está compuesto por “Las viñetas”, “Mantos”, “Cruceros”, Sinués”, “Romeros”, “Yebra”, “Pulgaretas”, “Vísperas”, “Pedro Gil”, “A Rosa” y “Bayladós”, mudanzas o bailes que “se interpretan de forma continua, sin respiro alguno”, durante la procesión de Santa Orosia.
Os Bayladós son parte relevante en las celebraciones de Santa Orosia en Jaca, tanto en la procesión del día 25, como en el Domingo de la Trinidad y el día de San Juan, fechas en las que acompañan a los romeros. El 24 de junio figuran también en la tradición de la Vigilia de la Patrona, recuperada en 2008, y de gran atractivo porque los dances se desarrollan junto al altar mayor de la Catedral.


30 mayo, 2013

Rafael Pérez, uno de los fundadores, rememora sus viajes



El grupo “Alto Aragón”, exponente del folclore en un escenario sin fronteras

RICARDO GRASA


JACA.-  Uno de los más firmes propósitos del Grupo Folklórico “Alto Aragón” de Jaca es  “dar una visión del folclore aragonés” y “en particular, del de los valles pirenaicos”. Se lo toman al pie de la letra, aunque ello suponga recorrer medio mundo, como explicó uno de sus fundadores, Rafael Pérez, que estuvo presente en 12 de los 14 viajes organizados al extranjero.

Integrante de la actual rondalla del grupo “Alto Aragón”, Pérez conoce lo que es mostrar palotiaus y jotas, danzas y boleros, por América, África, Asia y Europa. Tan sólo se perdió dos viajes largos por trabajo y de los otros guarda recuerdos inolvidables, que componen un rico álbum internacional.
Entre las instantáneas, aparece una que nos traslada a Canadá en el año 2001. “Fuimos 30 personas, se hizo un desfile muy americano y uno de sus espectáculos fue un pasacalles”, recuerda Rafael, sobre lo que es una experiencia muy curiosa. No en vano “fue la primera y última vez que la rondalla fue en un remolque sentada” y, claro, “tocando tranquilamente”
.


Se trata de una fotografía difícil de imaginar para los jóvenes que aprendieron música en las Escuelas Pías, con el señor Barrón, a comienzos de los setenta. “Nos dijo que si queríamos aprender jotas de baile para poder acompañar a un grupo de la sección femenina, y en el momento que estás aprendiendo, igual te da aprender una canción que otra” afirma Pérez.
Aquello es el germen de lo que se llamó “La Rondalla y Jota de Jaca”, que reuniría a la base del grupo “Alto Aragón” de nuestros días. “Comenzamos a hacer actuaciones y, cuando llegó 1975, decidimos crear nuestro grupo”, señala el jaqués, que quería entrar a una entidad con “una seña de identidad y forma de ser propias”.
Apenas tres años mas tarde, los jacetanos volaron a Puerto Rico, en donde vivieron las Nochevieja de 1978 y el Año Nuevo de 1979. Un grupo que “se acababa de crear y tenía que pagar cuotas para comprar folios y bolígrafos, se pudo ir a Puerto Rico, estando donde está”, resalta Rafael de “un viaje que fue increíble  y muy bonito”.

Haciendo patria en Taiwán

Otro de los desplazamientos más positivos es el de 1999, a Taiwán, donde “la gente es maravillosa, te agasajan y te dan de todo”. Una de las anécdotas del viaje se produjo en una entrevista, en una radio. “Hablamos del grupo y nos preguntaron por lo más típico, la paella y los toros. Si hay que hacer patria, se hace”, dice el jaqués.


En el caso de Francia, los miembros del “Alto Aragón” se sienten “como en casa”, dado que la frontera está a 30 kilómetros. “En Olorón, ya nos conocen por las calles y nos saludan”, asegura Pérez. De lo vivido al otro lado de la frontera, rememora la asistencia a Dijon y a Confolens, “dos de los mejores festivales” galos, y el premio recibido en el primero de ellos.



Entre las señas de identidad del grupo está el conseguir cotas  impensables y marcar el camino de otros artistas. Es lo que se piensa al saber que el “Alto Aragón” actuó en la conocida sala “Pleyel”, en París, o el mítico Royal Albert Hall, en Londres, “cuando no había actuado allí ni Julio Iglesias”.
Los valses y las albadas característicos de la Jacetania se dieron a conocer además  “en un viaje fantástico a Nueva York”, con el desaparecido José Antonio Labordeta, que les acompañó igualmente a Marruecos. En otro viaje, en Bélgica, “no olvido que hablamos con Jiménez Abad”, recuerda Pérez, y que “a los pocos meses” al político jaqués “lo mataron”.
La trayectoria del grupo incluye otros viajes largos y muy exóticos, como “el de la folcloriada a Japón en 2000”, elegidos desde el CIOFF, y el referente a China, “que es digno de resaltar, ya que costó cinco millones de pesetas”, y Rafael, que trabaja en  Banesto, logró que esta entidad financiera  “diera una subvención de cuatro millones”.


“Todos los años, hay viajes pensados, pero luego salen o no”, asegura el jaqués, para el que, “ahora, es mas complicado, porque algunos festivales te hacen pagar una suscripción”. Pese a ello, las ganas de mostrar el folclore por el  mundo siguen intactas para Rafael y el “Alto Aragón”, que viajó a Alemania, Portugal u Holanda, en su día, y a gusto reharía las maletas.

Enlace a la noticia resumida en el "Diario del Alto Aragón " 26/05/2013