Hace algunos años no podíamos imaginar que las canciones de
Navidad llegarían a tener un peso tan importante en nuestro repertorio y en la
programación de actuaciones.
María
Martínez nos habla de la labor de recuperación de estas piezas, de
la preparación de los conciertos navideños, de los nervios, sensaciones… Pero
también de la reacción y agradecimiento del público, que es por lo que merece
la pena este trabajo, especialmente en estas fechas navideñas.
El Grupo Alto Aragón
y las canciones de Navidad
Si por algo es conocido y admirado el Grupo Folklórico Alto Aragón es por el respeto a las tradiciones y
el esmero al recoger y difundir el folclore aragonés. Además de llevar en
nuestro repertorio jotas, boleros, mazurcas, albadas, danzas, “palotiaus”, etc.
nos sentimos orgullosos de contar con un gran número de villancicos y canciones
de Navidad que hemos recogido durante estos 44 años por los pueblos de nuestra
comarca.
En las labores de
investigación los componentes hablaron con las gentes de Sinués, Berdún, Ansó,
Santa Cruz de la Serós, Bailo, Sabiñánigo y Biel (entre otros) que nos
enseñaron, con mucho cariño, las canciones que a lo largo de su vida habían
escuchado en Navidad.
Además, tuvimos la enorme suerte de toparnos con una
auténtica joya de los años 50. Se trata del cuaderno de villancicos de Pilar Franco, tía de Carlos
Franco, que durante su infancia y
juventud se dedicó a escribirlos. De todos los que había allí, Pilar se
acordaba de unos pocos que no dudó en enseñarnos. Su hermana, Irene, también
nos enseñó alguno que aprendió de cría. Todos estos villancicos fueron
arreglados y adaptados por miembros del grupo para poder ser interpretados por
nuestra rondalla.
En el disco “Calandrias” ya habíamos incluido dos
villancicos de Sinués. Hace 13 años grabamos nuestro disco de canciones de
Navidad, titulado “Nueces y turrones,
manzanas y peras”, donde incluimos muchos villancicos de los que habíamos
aprendido. En él se pueden escuchar 17 piezas, aunque actualmente interpretamos
también otros que hemos ido aprendiendo desde entonces. También hemos aumentado
la procedencia, como es el caso del villancico que cantamos de Sallent de
Gállego.
Nuestros conciertos de Navidad, al igual que el disco,
comienzan con la tradicional bendición de la zoca, que abre paso a los
villancicos. Estos son interpretados por bandurrias, laúdes, violines,
acordeones, el contrabajo, el chiflo y salterio, la gaita aragonesa y numerosos
instrumentos de percusión, además de voces masculinas y femeninas, a veces en
coro y otras solistas.
Durante estas fechas tan señaladas solemos hacer varias
actuaciones: en una iglesia de Jaca,
este año en la del Carmen, en la residencia Santa Orosia, donde siempre
nos acogen con mucha alegría, y un par más por los pueblos de la comarca, este
año estaremos en Sigüés y Aisa. La verdad es que estas actuaciones son las más
entrañables pues en la mayoría de los casos entre el público se encuentran
familiares y amigos que aprovechan estas fechas para volver a casa.
Cuando vamos a los
pueblos donde hemos recogido alguna canción es muy emocionante ver cómo todas
sus gentes, sobre todo los más mayores, vuelven a su infancia al escucharnos e
incluso se animan a cantar con nosotros.
Hace unos años tuvimos la suerte de viajar hasta Pamplona y
Zaragoza en esta gira de conciertos y el resultado fue inmejorable. Todo el
público quedó impresionado por la variedad de canciones, trajes e instrumentos.
Las navidades son fechas de reunión, de comer y disfrutar
todos juntos, y como buen grupo que somos, entre ensayo y ensayo solemos
juntarnos en la tradicional cena de alforja.
Desde el mes de octubre comenzamos ya a refrescar los
villancicos que, aunque ya nos los sabemos de otros años, siempre hay matices
que solemos olvidar, piezas nuevas que añadimos al repertorio o alguna
variación que siempre introducimos. Entrado diciembre es cuando nos ponemos ya
“en serio” a ensayar, a repartir los solos, reorganizar las carpetas, buscar
atriles… Muchas veces nos cansamos de repetir tantas veces los mismos, pero todo
se pasa cuando después de actuar alguien se acerca y nos felicita por lo bien
que lo hacemos.
Yo misma recuerdo
como si fuera ayer, y han pasado más de 6 años, mis primeros conciertos de
Navidad en las frías Iglesias de los pueblos que se volvían tan acogedoras
cuando los bancos se iban llenando. Recuerdo los nervios antes de cantar algún
solo por primera vez a pesar de llevar semanas ensayándolo, las miradas
cómplices de mis compañeros y las sonrisas que sin hablar me decían que lo
había hecho bien. Aunque sin duda, mis conciertos favoritos son en los que
están mi familia o mis amigos muy atentos y haciéndome gestos para que yo vea
que están allí.
A día de hoy sigo poniéndome nerviosa, sobre todo cuando
alguien me pregunta a cinco minutos de salir cómo era esa segunda voz que se
nos atasca, y que siempre tengo que preguntar a alguna cantante más porque en
ese momento se me ha olvidado, o cuando me doy cuenta de que me he dejado en
casa la botella de agua sin la que no puedo cantar. Pero a pesar de las horas
de ensayo, de los nervios y la tensión siempre merece la pena.
Esperamos poder seguir muchos años llevando a nuestros
pueblos la alegría de la Navidad, con piezas poco conocidas para muchos,
recogidas por nosotros y que son patrimonio cultural de nuestra tierra.
María
Martínez
Publicado en la newsletter del Grupo
"De Capazo", núm 4 (Diciembre 2019)
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