15 junio, 2022

Vivir el Grupo, viviendo fuera - 2019

 

Colectivos como el nuestro sufrimos en Jaca el hecho de que cuando nuestros jóvenes cumplen 18 años suelen marchar a estudiar fuera. Posteriormente encuentran un trabajo y en muchas ocasiones es también en otras localidades.

Virginia Monge y Jorge Antoni residen actualmente por esas razones en Madrid. Nos cuentan en su artículo sus sensaciones y su propia visión cuando se está a bastantes kilómetros de Jaca. 

"Vivir el Grupo viviendo fuera"

Pasas años en la escuela, aprendiendo esa forma tan particular de bailar y vivir el folclore que tiene el “Alto Aragón”. Un aprendizaje que se intensifica cuando empiezas a hacer tus primeras actuaciones con el grupo. Sin embargo, cuando sientes que ya puedes bailarlo prácticamente todo, tienes que marcharte de Jaca si quieres progresar académicamente. En ese momento, empieza el caos.

Pierdes los ensayos, te olvidas de los pasos y, cada vez que vuelves, es como si empezaras de cero. Si sigues en Zaragoza, Huesca o Pamplona tienes suerte, puedes hacer alguna escapadita más habitualmente, pero como te vayas más lejos la has liado.

El problema lo tienes en que cuando los estudiantes podemos volver a Jaca suelen ser en los puentes y los ensayos se suspenden. Además, parece que exista una especie de mano negra, porque, aunque no subas en festivo, se suspende igual.

Luego está el apartado actuaciones. Pasas de decir que sí a todas, a ser una duda permanente. Tienes que hacer obras de ingeniería para poder cuadrarlas con las prácticas y los exámenes. Aunque también supone una motivación extra para no suspender y así evitar las recuperaciones que te puedan obligar a decir que no a algún viaje (porque siempre coinciden).

No obstante, luego está la otra cara. Cuando puedes decir que sí, pero tienes más nervios que en tu primer día porque no has podido ensayar. Porque claro, al último ensayo que podías haber ido era puente y se suspendió. Y tienes suerte si no han cambiado la mitad de las piezas.

Sin embargo, como el folclore corre por nuestras venas, hacemos lo imposible para no dejarlo del todo. Buscamos grupos de jota donde vivimos, aunque su traza sea llamémosle diferente, o incluso creando nuestras propias escuelas. En este 2019, se ha inaugurado una Escuela de Jota Aragonesa en el Parque del Retiro. Así nos quitamos el mono e intentamos conseguir nuevas adquisiciones para el GFAA.



Pero no todo es malo. Hay algo muy bueno, que, cuando consigues ir a un ensayo, actuación en un pueblo o viaje, es como si nunca te hubieras marchado. El bueno rollo y ese ambiente familiar tan nuestro siempre está ahí. Esto es lo que te hace seguir intentando ir a Jaca a ensayar, aunque en el fondo sepas que lo van a suspender, y, sobre todo, a no dejar nunca el grupo, por muy lejos que te hayas ido.

Virginia Monge y Jorge Antoni

Newsletter “De Capazo Núm. 1 – Marzo de 2019

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