Los Bailes de las Pasadillas
De esa fuente inagotable de danzas tradicionales que es el
territorio del Sobrarbe, el incansable Manuel Tomeo nos presenta tres danzas a
las que ha realizado un detallado seguimiento: los llamados bailes de las
Pasadillas de La Fueva. Y como dice él: “¡Ojo, no confundir con ninguna
pasavilla!”
Son bailes básicamente inéditos, que habían estado fuera de
la vista de los investigadores del folclore pirenaico. Ahora el Grupo
Folklórico Alto Aragón los quiere presentar y pronto llevarlos a los
escenarios.
LOS BAILES DE LAS PASADILLAS
De esa fuente inagotable de danzas tradicionales que es el territorio del Sobrarbe, queremos presentar en esta revista las dos últimas danzas, o mejor tres, que han llegado hasta nosotros: los bailes de las Pasadillas de la Fueva. ¡Ojo, no confundir con ninguna pasavilla! Se trata de bailes básicamente inéditos, que habían estado fuera de la vista de los investigadores del folclore pirenaico y que ahora el grupo Alto Aragón quiere presentar.
Estos bailes son originarios del territorio fovano, aunque
para ser más exactos diremos que fovano y de la parroquia de Toledo de la Nata,
debajo de peña Montañesa, y se bailaron
en aquellos lugares hasta los años cincuenta del pasado siglo. Años más tarde,
a finales de los ochenta y principios de los noventa, escondidos como estaban,
miembros del grupo folclórico recogieron la información suficiente para
ponerlos de nuevo en circulación y rescatarlos de aquel olvido. No obstante,
una vez recogida la información, esta volvió a permanecer dormida e ignorada
hasta que, finalmente, durante este último año de la pandemia, el Alto Aragón
ha decidido ponerlos sobre un escenario y, sin tardar mucho, se darán a conocer
al público que nos acompañe.
Son tres los bailes: las
Pasadillas de los Toledos y las Pasadillas
de Rañín, que se compone de un baile
de calle y de un segundo baile con el cambio
de mayordomos. A estas dos Pasadillas, hay que añadirle una tercera, la que
se bailaba en Fuendecampo, que ya había
sido recogida por el grupo Biello
Sobrarbe de Ainsa y que nos la transmitió y la incluimos en varias
ocasiones en nuestra programación.
Las Pasadillas de los Toledos (así
denominadas por nosotros al no encontrar nada más acertado).
Se bailaba en diversos momentos de las fiestas de la
parroquia de Toledo de la Nata, a los pies de la peña Montañesa y de Sierra
Ferrera, en lo que llaman el orinal del diablo, curiosamente. Son
los pequeños lugares de La Cabezonada, La Atiart, Samper y San Juan. La fiesta
era, y es, para la Virgen de Agosto y se interpretaban por primera vez, según
nos contaron, en la salida de la misa mayor en la ermita de la Virgen de la
Isuala. Más tarde y en momentos diferentes, los jóvenes las volvían a
interpretar tanto en Samper como en San Juan, en una ronda que duraba un par de
días por los lugares de la parroquia.
En esta ocasión, estamos ante uno de los escasos bailes de pañuelos conservados en el Pirineo
aragonés junto a los de Sinués, Aragüés y Jasa, Castejón de Sos… y vale. La
música de violines, guitarras, saxofones, acordeón… interpretaban la popular
melodía del Villano y los bailadores
se disponían en dos filas (tal vez en un semicírculo) y se realizaban diversas
evoluciones pasando (de ahí el
nombre), unas veces por arriba y otras por debajo de los pañuelos, que
sujetaban los danzantes. En estas pasadas,
las filas se intercalaban una detrás de la otra: primero por debajo del puente
del pañuelo de la pareja zaguera y después por encima del mismo pañuelo que se
bajaba hasta el suelo.
Las filas iban encabezadas por los mayordomos, que portaban un curioso sombrero adornado de flores y
cintas (y hasta alguna postal, nos contaron), y llevando un ramo vegetal en la
mano libre. Siempre al son del Villano e intercalando diversas estrofas del
mismo.
El baile tiene otra singularidad todavía mayor que la del
hecho de bailarlo con pañuelos, son unas frases que se gritan en tres momentos
diferentes del mismo, así como una pequeña representación, a modo de chanza,
que se ejecuta al final. Al grito de ¡Que
salga el torero con su capa y su sombrero!, daba comienzo el baile y con el
de ¡Que salga el toro!, comenzaban a
realizar las pasadas por encima de los pañuelos. Finalmente, se acercaban todos
al centro y al grito de ¡A matarlo, a
matar al torero, a por él…!, se simulaba entre bromas y risas la ejecución
del mismo acabando en el suelo y finalizando el baile. Su significado nos es
totalmente desconocido, pero así fue recogido de la propia voz de nuestros
abuelos informantes. Tal vez sea una reminiscencia de aquellas pantomimas de origen muy antiguo, ancestral, en las que
se simulaba la muerte del Jefe como
protección del resto del grupo social. Algo similar se podría ver en las danzas
de espadas aragonesas conocidas como Degollaos,
en las que se rodea con estos instrumentos el cuello del Jefe para luego verlo
resucitado; incluso la contradanza de Cetina tiene esta particularidad.
Interesantísimo y muy original este baile de las Pasadillas de los Toledos.
Rañín es uno más de aquellos pequeños lugares que pueblan la
subcomarca de la Fueva. Su caserío está distribuido en torno a una calle única
que finaliza en la plaza e iglesia del lugar. Plaza y calle son los escenarios
de los dos bailes que se interpretaban en Rañín.
El primero de ellos era un pasacalles que acercaba a los
bailadores hasta la plaza en la que se ejecutaría uno de los bailes más
importantes del año: el cambio de mayordomos. Para este primer baile, se
disponían los mozos, según nuestros informantes, en dos filas encabezadas por
los mayordomos salientes de ese año y al son del conocido como ball de
Benás o, simplemente, el ball
avanzaban bailando por la calle. Al finalizar cada una de las estrofas
musicales de la melodía, los bailadores se pasaban
de fila dando dos palmadas acompasadas. Al final, al llegar a la plaza, un gran
estruendo de tiros de escopeta al aire salía de los balcones del ayuntamiento
desperdigándose asustados los danzantes entre el jolgorio de la gente. Era el
final del primer baile y será el momento de prepararse para el segundo baile.
Todo el pueblo se coloca en un gran círculo; en el centro,
el chopo centenario se erguía como siempre y los mozos se preparaban para ser
señalados, o no, como los nuevos encargados de las fiestas del año próximo. ¡Y que no faltase ninguno, que si no se le
ponía una silla vacía en su lugar y a esperar…! La música del ball volvía a sonar y, uno tras otro,
cada mayordomo realizaba sus vueltas de rigor: el primer mayordomo daba una
primera vuelta por dentro del círculo (se fijaba si estaba el designado para
sustituirle); más tarde, una segunda vuelta en la que se entregaba un pequeño
ramo de adorno vegetal al nuevo mayordomo entrante… Y así, uno tras otro, hasta
que finalmente todos los mayordomos tanto entrantes como salientes daban un par
de vueltas que aplaudía la gente congregada con gran regocijo al haber cumplido
un año más con el rito.
Las
Pasadillas de Fuendecampo.
Fueron recogidas por el grupo Biello Sobrarbe allá por los años ochenta del siglo pasado y
transmitidos, años más tarde, al grupo
Alto Aragón. Desde entonces, el grupo las ha puesto varias veces sobre el
escenario: en los Festivales Folclóricos del año 2011, por ejemplo.
El baile difiere en algunos aspectos de los anteriores,
aunque se baila con la música del ball,
como en los Toledos. Se ejecuta, también, con pañuelos y en dos filas, y los
mayordomos las encabezan con ramos de flores en la mano libre. No obstante,
toma especial relevancia la figura de la Virgen
que, en su peana, se coloca detrás de las dos filas de bailadores. Tras
diversas evoluciones, por arriba y por abajo con los pañuelos, las parejas
pasarán por debajo del puente formado por estos pañuelos y llegando hasta la
peana realizarán una sencilla genuflexión ante la patrona.
Los bailes son sencillos, pero muy vistosos y muy
interesantes en diversos aspectos: uso de pañuelos, melodía del ball en Sobrarbe, sombreros adornados,
cambios de mayordomos…; así como, la pequeña dramatización y expresiones del
baile de los Toledos. Todo ello los convierte en pequeñas joyitas de nuestro folclore y resulta bastante extraño el desconocimiento que de ellos se ha tenido
hasta el momento por parte de los estudiosos del folclore. Nosotros aportamos
aquí un pequeño grano de arena para remediar tal olvido.
Manuel
Tomeo Turón
Jaca, agosto de 2021
Publicado en la
newsletter del Grupo "De Capazo", núm 11(Tercer Trim. 2021)
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