Y parecía que sabíamos todo de la procesión de Santa Orosia.
En este relato de Manolo Tomeo seguro
que descubres nuevos e interesantes detalles.
UNA FIESTA PARA LOS SENTIDOS
Entre el tumulto de gente, dos amigos de los de siempre apostados en la pared. El uno, ya puesto en la materia, le hará notar la importancia de lo que pronto van a ver y le irá desvelando alguna curiosidad de los muchos elementos que contiene la Procesión General de Santa Orosia.
- Mira, ya sale el pendón. Va a la cabeza de la procesión.
- Es impresionante; me dices que lo llaman de los labradores y que antes todavía era
más alto.
- Exacto, más de un metro. Pero, mira, en una prueba de
resistencia, chulería y de alarde de habilidad le pusieron una chaqueta arriba
del todo y … clahs!! , partido. Lo bandean en los sitios más anchos o en
algunos muy característicos. Ya lo veremos más tarde. Antes, iban tres, el del
palo y dos a los lados sujetando unos largos cordeles para favorecer el pulseo del pendón.
Ahora, observa quién acompaña al pendón abriendo, también,
la procesión.
- ¡Los gigantes, el Rey y la Reina! ¿Pero qué hacen aquí en
un acto religioso y tan solemne? – Preguntó el amigo.
- Pues, sí. No te extrañe. Es un elemento interesantísimo y
muy antiguo en la fiesta. Se perdieron durante unos años, pero, felizmente,
salen de nuevo a la calle. Sí, son los mismos que aparecen junto a los
cabezudos en las carreras de los críos.
Mira, la presencia de gigantes en diversas procesiones de
otros muchos lugares tiene su punto de partida en la Procesión General del Corpus
Christi. Esta fiesta es, sin duda, la
más importante del calendario cristiano y se comienza a celebrar en 1246, la
fiesta y en 1447, la procesión. Tienes
que tener en cuenta que en ella se procesiona no cualquier imagen si no la
hostia consagrada, el mismo Cuerpo de
Cristo.
- Bueno, ya ¿pero y los gigantes?
- Espera. Desde el principio, en esa procesión debían de
acompañar la custodia con la hostia consagrada toda suerte de elementos en
señal de sumisión, pleitesía, subordinación… Y allí comienzan a aparecer todas
las cofradías religiosas, las gremiales con carrozas y danzas representativas
de cada oficio, las cruces parroquiales, las instituciones ciudadanas… Y
también todos aquellos elementos que representaban al pecado: diablos,
tarascas, enanos o cabezudos deformes, que representaban a los vicios humanos…
- Interesante, ¿pero y los gigantes?- Repitió nuestro amigo.
- Los gigantes eran la representación del mundo, de los
cuatro continentes conocidos. Si os fijáis, en muchos lugares entre los
gigantes aparece un asiático, un africano, un europeo y luego un indio
americano.
- ¡Claro, todo el mundo se subordina al corpus christi!
- Así es, y aunque los gigantes y cabezudos, eran
anteriores, quedan fijados en esta celebración. El Rey y la Reina tienen la misma
significación: el poder civil rinde pleitesía a Dios. Y de esta fiesta, pasó a
las procesiones principales de muchos lugares del mundo católico; Jaca, por
ejemplo.
- Muy interesante, esperemos que no se pierda esta
tradición.
A continuación, como todo el mundo sabe, aparecen en la comitiva no menos de 50 cruces parroquiales. Puro goce para la vista. Oro y plata trabajados artísticamente y portadas por los cruceros de cada parroquia revestidos con sus roquetes blancos y adornadas con toallones rojos por ser día principal.
- Sí – dijo el puesto en la materia- Suelen ser más de 50
cruces venidas de las Tres Veredas, es decir, de los tres caminos principales
que llegan a la ciudad desde todos los pueblos de la diócesis. Es un elemento
muy antiguo en la procesión de Santa Orosia. Tienes que pensar que ya en 1445,
se tiene constancia de esta costumbre. Concretamente ese año surge un problema
entre los diferentes pueblos sobre el orden que debían de llevar las cruces en
la procesión.
- Vaya –contestó sorprendido el amigo- Pues sí que tenían
que tener todo bien reglamentado. Por curiosidad, ¿qué pueblos iban a la
cabeza?
- El primero Guasa. Me lo he repasado todo esta mañana, eh,
no te creas –dijo el que estaba puesto en la materia- A Guasa le seguían las de
Gracionépel, Banaguás, Cenarbe, Abay, Atarés… Ten en cuenta que estaban
obligadas acudir a la fiesta de Santa Orosia, las cruces de todos aquellos
pueblos que distasen media jornada de ida y otra de vuelta desde sus
respectivos lugares. Recuerda que es la patrona no solo de Jaca, si no,
también, de toda la Diócesis.
En
esto, una explosión de sonidos dispares se dejaron oír por toda la plaza: los
danzantes del paloteao (luego supe
que eran los del grupo organizado por el Grupo
Folcórico Alto Aragón) con los trucos de sus palos acompañados por el agudo
sonido del chiflo y el chun-chun del salterio; la banda de música que iniciaba
una marcha procesional; las castañuelas
de los bailadores (también del Alto
Aragón); nuevos palos de los danzantes de Santa Orosia; los clarines y
timbales que anunciaban al cabildo municipal… y el volteo enloquecido de las
campanas que se metía por todos los rincones del casco antiguo de la ciudad.
Todo
ello, con una sinfonía de colores: de los danzantes, de las cruces y cruceros,
de las flores de los oferentes, de las urnas de San Félix y San Voto y la de
San Indalecio…
- ¿Dos urnas y ninguna es la de la Santa?- dijo el amigo.
-Así es. La primera es la de los jóvenes caballeros
zaragozanos que fundaron el monasterio de San Juan de la Peña y la segunda, del
santo discípulo del mismísimo Apóstol Santiago, que fue traída desde Almería
por Alfonso I, el Batallador, hasta el monasterio pinatense. En el siglo XIX,
tras la desamortización, pasaron a la catedral y se integraron en la procesión.
Sinfonía
de sonidos, sinfonía de colores… y de olores. Las flores y la menta
dejan su
rastro por donde pasan y desde la catedral se deja escapar el olor
inconfundible del incienso. Las texturas ásperas de los ropones de los romeros,
la suavidad de las sedas de las telas de los diferentes pendones, cintas,
trajes tradicionales… En fin, una auténtica FIESTA PARA LOS SENTIDOS.
- Mira, será mejor que nosotros también nos vayamos moviendo
y veamos, poco a poco y con detalle y tranquilidad, todos y cada uno de los
elementos de esta fiesta. Aún te tengo que hablar de los danzantes, bailadós,
faroles, romeros… Y de las Espirituadas,
prohibidas desde 1947, pero que fue un elemento diferenciador importantísimo en
esta fiesta y que atraía la presencia de numeroso público venido de numerosos
lugares tanto de España como de Francia.
Por cierto, fíjate que delante de la urna de la Santa va uno
de los romeros llevando el farol más grande de todos. Va en un sitio destacado.
Es el romero que ha enviado el pueblo de Guasillo, precisamente el único de
aquella parte del río Aragón.
- ¿Y eso? – dijo el amigo.
- Ese privilegio bien motivado porque la leyenda de la
aparición de los restos de la santa dice que fue el pastor Guillén del pueblo
de Guasillo el que los encontró y trasladó hasta la recién construida catedral
de Jaca. El cuerpo, claro, que la cabeza la dejó en la iglesia de Yebra. Por
eso dicen que es la santa más larga del mundo: con la cabeza en Yebra y el
cuerpo en Jaca. Bueno, es un chiste que me contaron cuando llegué aquí…
- Espera, espera… - el amigo estaba ya algo lanzado- En los
sentidos anteriores te ha faltado uno, el gusto. Parece que no lo tienes todo
tan controlado.
- El gusto, lo dejo para el final. Tú no sabes lo bien que
saben los calamares del Pirulo en el vermú de después de la procesión. Caerá un
buen plato te lo aseguro.
- Pues, con mucho gusto.
Manuel
Tomeo Turón, junio 2021
Publicado en la newsletter del Grupo "De Capazo", núm 10 (Segundo
Trim. 2021)
Las negritas, son del blog.
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