LOS DANZANTES
DE BOLEA ( I )
Durante este verano
hemos recibido con gran entusiasmo y alegría la aparición en la localidad de
Bolea de unas sorprendentes imágenes de
unos danzantes, presumiblemente de esta localidad y que seguramente
constituyen la manifestación gráfica más antigua que se conoce de dances en
todo Aragón.
Imagen general antes de la restauración final.
Este hallazgo, del que
fui testigo en los primeros momentos, se produjo en una casa particular de
Bolea, sobre un soporte de madera que su dueño decidió restaurar y darlo a
conocer este verano. Todo apunta a que se trata de una obra del siglo XVIII o
tal vez de finales del XVII. La noticia del hallazgo se publicó en el especial
del día de san Lorenzo del Diario del Alto Aragón, gracias a Mª Antonia Buisán
Chaves, la autora del artículo.
La imagen de estos
danzantes forma parte de una composición en la que aparece dibujada una
procesión por las calles de la localidad. La escena se dibujó en la puerta de
un antiguo armario de pared y durante siglos permaneció encalada y oculta con
una gruesa capa de cal, hasta que finalmente ha salido a la luz. Sus
dimensiones: 60x40 aprox. El estilo del dibujo es de líneas muy sencillas,
pareciendo infantil o realizado por persona de poca destreza. De algún modo
semeja una pintura naïf.
Todavía se aprecia en
ella otra particularidad que la hace más interesante, la de que los dibujos de
los personajes no están dibujados sobre la tabla, sino que lo están sobre un
papel que posteriormente se recortó y pegó en el emplazamiento correspondiente.
Se trata, pues, de una especie de collage del siglo XVIII.
Aparecen cuatro
danzantes: el mayoral, dos que danzan y el músico.
El mayoral viste calzón corto y sobre él, una
pequeña saya en la que se aprecian dibujos de complicados bordados. En la parte
superior, lleva una chaquetilla con dibujos y sobre la cabeza un antiguo
sombrero negro, propio de los siglos XVII y XVIII. En la mano, como distintivo
del cargo, porta un palo del que cuelgan unas cintas. Va a la cabeza de la
procesión.
Mayoral y danzantes
Tras el mayoral aparecen
dos danzantes. Están bailando y portan sendas espadas en la mano derecha y unas
pequeñas dagas, en la izquierda. Idéntico, a este respecto, a los danzantes de
san Lorenzo de Huesca. Van vestidos como el mayoral, pero con un tocado en la cabeza muy diferente
y desconocido en nuestros días; a la manera de una visera de la que sobresale
un penacho negro. El pelo aparece recogido en una curiosa redecilla rematada en
borla, muy de la época. De las sayas destacan los bordados, que están dibujados
con detalle; así como los realizados en las medias que semejan estrellas. No se
aprecian cascabeles.
Por último, aparece el
músico. Una auténtica sorpresa para todos nosotros, pues se trata de un tañedor
de flauta y salterio. Aparece en último lugar y se aprecian claramente los instrumentos
que toca en ese momento, aunque la simplicidad de los trazos impide conocer
mucho sobre ellos. La flauta, por ejemplo, es una simple línea recta, pero en
el salterio se distinguen claramente cuatro cuerdas.
Como se puede observar,
una auténtica golosina para los
amantes del folclore aragonés. Principalmente para los jacetanos, por la figura
del músico tocando la flauta y el salterio con los que nos sentimos tan
identificados.
El estudio de toda la
composición artística se escapa de este breve artículo, pues da para muchos
más, pero nos acercaremos a ella un poco más en posteriores entradas de este
blog.
Manuel Tomeo Turón
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