Este año no podremos estar en la verbena de San Pedro (el 29 de junio) con la traca final y los “Toros de Fuego” pues llegó el momento de viajar a Zamora. Para los lectores que no son de la zona hay que aclarar que los Toros, en número de cuatro o seis, según los años, son unas carcasas de madera y metal portados por sendos trabajadores municipales. Salían sorpresivamente a mitad de la verbena arrojando bengalas, cohetes rastreros o borrachos y sobre sus lomos, unas espirales de fuegos de artificio que duchaban con chispas a los más estáticos o a los más atrevidos.
Salimos de Jaca el día 28 con nuestros trajes de jota, los instrumentos y los obligados bocadillos que comeremos en alguna parada del viaje; también alguna que otra bota de vino para “regar” adecuadamente las viandas. Estaremos hasta el 1 de julio.
La comisión de Festejos de Zamora no nos facilita ninguna persona de contacto, si no que sugieren dirigirnos al primer guardia municipal que encontremos, para que nos acompañe al hotel Franco Español, en la calle San Pablo número 4, donde nos alojaremos.
Recuerdo una Zamora bonita, no muy grande con edificios históricos blasonados, que iríamos apreciando entre pasacalles, bailes y castañuelas. Cada viaje tenía sus anécdotas y en éste no faltaron. La primera se produjo en el parque, mientras esperábamos reanudar un desfile. Por ahí estábamos más o menos dispersos, sentadas unas, apoyados otros había un grupillo hablando próximo a una fuentecilla rodeada por una verja de forja en la que se sentaba Paco. De pronto avisan para que nos organicemos y salimos con decisión. Al parecer Paco, distraído, sale disparado, o lo intenta, sin haberse fijado que tenía los pies trabados entre los barrotes (para no caer hacia atrás), acabando de narices contra el suelo terroso del parque, entre sus lamentos y las risas reprimidas de quienes estábamos más o menos próximos.
Fuimos entrevistados en una emisora local, entre otros había un señor que había estado en Jaca, empeñado en que a la plaza de la Catedral daban dos calles con arco. No hubo forma de convencerle que aunque estaba cerca la calle del Arco no daba a esta plaza. Decidimos dejarlo con su idea. Por algún motivo nos tenían que pagar 4.000 pts . (24 €) y nos dieron en un sobre 10.000 pts . (60 €). Cuando nos percatamos, ya en el hotel, se decide lógicamente devolverlo, con el efusivo agradecimiento cuando se llevó a efecto.
Había en el hotel las instalaciones apropiadas al momento, entre otras una piscina. Siempre hay gente que se lleva mejor con el agua y habiendo previsto la posibilidad, tenían bañador que usaron a la primera ocasión. Apareció por allí José Ángel, el “presi”, y no sé muy bien cómo empezó la cosa…, el caso fue que … “¡Ojo, que os mojo! – “Cuida, que te tiramos al agua” – “¿No os atreveréis?” – “¿Cómo que no?”. Total que José Ángel fue a parar vestido a la piscina mientras decía: “EL RELOJ, LAS GAFAAAS, LA CARTERAAAAA ”, ¡plassshss!. Al momento se ve que emergen, él, el DNI, algún billete y algún papel o tarjeta de esos que nunca faltan en los billeteros.
Entre las personas de la emisora alguno se apellidaba Prieto, apellido que vimos en varios rótulos comerciales. Como siempre hay quien le saca punta a todo, no faltó ocasión para hacer los correspondientes chistes: Que si aPrieto pero no ahogo, que si me aPrieta esto o lo otro, total que ya tuvimos latiguillo hasta que terminó el viaje o hasta que fue sustituido por otro. Por cierto, en este viaje me enteré dónde estaba VILLALPANDO, pues pasando por una carretera un indicador nos dio la pista.
El regreso, sin problemas. En lugar de ponernos bocatas para el viaje, nos dieron una cantidad para que comiéramos por el camino. Paramos a hacerlo en Burgos y aprovechamos para ver la Catedral con guía y todo. José Ángel era lanzado para estas cosas e hizo muy bien. La broma nos costó 500 pts .(3 €) pero estuvieron bien empleadas.
Una vez en Jaca, llaman de Zamora para decir que han entregado por confusión una camisa blanca que es del hotel. Después de hacer las averiguaciones pertinentes, descubrimos que como nadie la reconoció como suya, no la cogió (lógico) y se quedó en el autobús. Se escribe para informar de que se la haremos llegar, también de que un componente olvidó una media que tiene para él gran valor familiar y sentimental y que si fuera posible nos gustaría conseguir alguna foto del Grupo que pagaríamos. Agradecemos el trato recibido y anunciamos que en breve, José Ángel tiene previsto ir a Zamora y podrá recoger la media y las fotos si las hubiere, aprovechará además para saludar al señor Ávila y si se da el caso a Prieto.
En otra carta contestarán que no han conseguido las fotos.
Álvaro
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