GRUPO
FOLKLORICO “ALTO ARAGÓN”
EMBAJADORES
JACETANOS DEL VIEJO ARTE DE LA DANZA POR EUROPA
PASADO
- PRESENTE – FUTURO
P A S
A D O
Tendríamos
que abrir la página de la vida de estos muchachos, allá por la
década de los 60 para encontrar los cimientos de este Grupo-
Veríamos
allí unos muchachos y muchachas que, junto a sus primeras letras,
aprendían sus primeros pasos de danza, sus primeras nociones
musicales.
El
conocimiento, tan temprano, del canto y de la danza de su Aragón,
acendró, sin duda, en aquellos muchachos, el respeto y el cariño
hacia su tierra.
Formaron,
unos y otras, en la Rondalla del Colegio Escuelas Pías y en la
Escuela de Jota de la Sección Femenina.
En el
68, con la fusión de estos dos grupos nació el cuadro de “Rondalla
y Jota de Jaca”. Durante siete años este grupo infantil efectuó
numerosas actuaciones en España: Logroño, Madrid, Huesca, San
Sebastián, Zaragoza, Oviedo y otras, así como en múltiples pueblos
de la comarca y provincia, recorrieron también el Sur de Francia:
Bayona, Biarritz, Luchon, Bagneres de Bigorre, etc.
Mas,
llega el momento en que unos han de acceder a estudios superiores; su
salida de Jaca es ineludible. Otros han de incorporarse al mundo del
trabajo. Es el momento crítico en que habían muerto ya tantas y
tantas vocaciones. Mas ellos, en las primeras vacaciones en que
vuelven a reunirse, deciden que aquello debe continuar, pero con otro
enfoque. Redactan nuevas bases, las presentan para su aprobación a
los responsables de Escuela Pías y Sección Femenina; son aprobadas
y así nace en 1975 el “Grupo Folklórico Alto Aragón”.
La
junta es elegida entre sus miembros activos y en lo sucesivo
funcionarán autónomamente.
Han
pasada ya dos años, el camino ha sido difícil, duro el trabajo.
Horas y horas de ensayo, sacrificios, sinsabores y alegrías. Han
recorrido los pueblos de nuestro Pirineo, en busca de las viejas
danzas, estilos, trajes; rescatando, intentando conservar, mejorando
si es posible nuestro acerbo cultural aragonés. Son conscientes de
sus limitaciones, no son profesionales, pero ponen en la empresa todo
su corazón, su gran corazón de aragoneses y su amor por nuestros
pueblos y nuestras gentes.
Su
época activa en razón de sus estudios es coincidiendo con sus
vacaciones escolares y en razón de su extensión con más
preferencia durante las estivales. El año pasado actuaron en el
“Festival Folklórico de los Pirineos”, en Olorón. Los jacetanos
que fuimos espectadores nos vimos agradablemente sorprendidos por el
regalo de su danza y su canto; verdaderamente emotivo el encuentro y
difícil de olvidar.
P R E
S E N T E
Sus
giras por Francia tienen pronto eco en la prensa del país vecino.
Titulares como: “Los embajadores jacetanos de la danza aragonesa”,
“Jaca puede estar orgullosa de sus hijos”, “Los españoles, un
triunfo…”, encabezan las crónicas que se refieren al Grupo “Alto
Aragón”. Empiezan a recoger los frutos de un trabajo duro y
constante.
Próximo
a terminar el mes de julio de este año 1977, seguían siendo, a
pesar de todo, para la gran mayoría, en Jaca, en su ciudad: “un
Grupo desconocido”-
Tenían
esa espina clavada, hubieran querido presentarse mucho antes a su
público, pero el exceso de compromisos y las pocas fechas
disponibles con el grupo “al completo” lo habían impedido.
El 24
de julio, en el Palacio de Congresos, fue su gran día. El Palacio
lleno a rebosar, de jacetanos, fue testigo del regalo de sus danzas,
sus jotas cantadas y el sonido, que componía bellos “cuadros” al
conjuro de su rondalla.
Aquel
público expectante, no daba crédito a lo que veían sus ojos, ni a
lo que escuchaban sus oídos. En el descanso, el comentario era:
¡Maravilloso! ¡Extraordinario! ¡Sorprendente!
Al
remudarse el espectáculo, una personalidad del folklore mundial,
llegado de París para ver su actuación, Monsieur Lassabe
–cofundador del Comité Internacional de Organización del Folklore
(C.I.O.F.)- subió al escenario y nos habló de la realidad del “Alto
Aragón”, dijo más o menos: “Este grupo lo conocí el año
pasado, me gustó mucho –soy un gran admirador del folklore y en
especial del folklore aragonés de la jota-, lo he ido siguiendo y
cada nueva actuación me sorprende con sus progresos; todavía no han
alcanzado su plenitud, irán a más”. Y terminó diciendo: “La
ciudad de Jaca puede estar orgullosa de contar con este grupo, el
“Alto Aragón”.
A esta
presentación, siguió su actuación en el “XV Festival Folklórico
de los Pirineos”, de todos conocida, y que mereció los elogios de
la crítica. Varias actuaciones en nuestra comarca y en Francia,
donde, paradojas del destino, son más conocidos y requeridos que en
su propia región.
Posteriormente,
la Cruz Roja les pidió una colaboración, que se tradujo en otra
nueva actuación en el Palacio de Congresos a beneficio de la citada
institución. Lástima que la llamada, quizá por la fecha, 25 de
septiembre, no fuera atendida con la afluencia que hubiera sido de
desear, tanto por la calidad del espectáculo, como por la finalidad
benéfica perseguida.
F U T
U R O
Es el
futuro, lo que siempre nos preocupa. Se planifica el futuro. A veces
todo se desarrolla con arreglo a esa planificación, otras… se
tropieza, se rompe la lechera, se derrama la leche –como en aquel
cuento de nuestra infancia- y toda la planificación falla por su
base. Verdaderamente es importante, conservar tradiciones, arte,
modos de vivir, de danzar. Es una parte de nuestro patrimonio
cultural que ellos conservan y quieren hacer perdurar. Lo quieren
“vivo” en sus danzas y sus ritmos.
La
incógnita surge cuando se piensa en el relevo. También lo tienen
previsto, hablan de formar su propia Escuela de Jota, que sirva de
vivero a las inevitables bajas, que puedan ir surgiendo.
Ante
esa firmeza, esa fuerza y esa alegría de vivir de este grupo “Alto
Aragón”, donde no tiene valor “Uno” sino “Todos”, habremos
de tener “Fe” y apoyar ese “Futuro”, para que salga según
sus deseos, que, desde luego, son los nuestros.
Así
podremos seguir disfrutando con sus danzas, bailadas ya, por nuestros
antepasados de tres, cuatro o más generaciones atrás; quizás en la
plaza Mayor del pueblo o en la misma “era”, celebrando la
fertilidad de su tierra, recogida la cosecha en el granero. En esa
hora mágica en que nuestras montañas, sus rocas, toman tonos
cambiantes minuto a minuto, en la frontera en que muere un día y
nace la noche, preludio de otro que traerá nuevas esperanzas e
ilusiones.
Al
escuchar sus jotas se nos arrugará el alma, se nos escapará una
lágrima. No es de cobardes. ¡No avergonzarse! La jota enardece, nos
habla con voces viejas de nobleza; nos invita a olvidar pequeños
rencores; a perdonar, a ser hombres de miras amplias; a estar por
encima de nimieces. Nos recuerda en fin, que siempre hay cruzando el
horizonte una paloma con un ramo de olivo prendido en su pico… Por
eso la jota enardece, acongoja y a veces ¡nos avergüenza!
JOSE
DOMINGUEZ
Esta noticia fue
publica por EL PIRINEO ARAGONÉS NUM. 4900 con fecha de 17 de
Noviembre de 1977
Paco