LOS NUEVOS ENSAYOS
Pocos, muy pocos pero armados con mascarilla, gel, lista de asistencia,
desinfección tras cada clase y manteniendo la distancia de seguridad, hemos
ensayado hasta que tras el Puente del Pilar, y ya con el virus campando a sus
anchas por Jaca y alrededores, se han vuelto a suspender las “quedadas” de
baile, canto y rondalla, desde el 17 de octubre.
Estos ensayos, me recordaban más a las clases con que algunos de nosotros
empezamos en la Escuela de Jotas, todos en fila, que a los ensayos
preparatorios de las actuaciones del Grupo Folklórico, sin el estrés que supone
a los organizadores tanto de vestuario y actuaciones, como a los directores de
baile, canto y rondalla y otras personas que siempre nos acompañan en la
gestión de estos eventos.
Hemos perdido o mejor, dejado aparcada en el baúl, la emoción de la
actuación que por un lado tanto nos asusta a los más novatos, y a la vez, tanto
nos motiva a todos. Subirse a un escenario a cantar, interpretar los acordes o
bailar frente al público tiene su encanto, como cuando tomas prestada una pieza
del vestuario del grupo o tienes la suerte de vestir un traje de Hecho o Ansó
con el empaque y la elegancia que ambos son capaces de desplegar a pesar de su
peso, que esa es otra, al final todo el tejido aísla, hasta del calor que nos
genera tantas capas de ropa. También echamos de menos esa sonrisa cómplice de
Fernando cuando entre bastidores nos pregunta ¿qué tal? ¿Cómo van esos
cambios? ¿Cuánto os falta? Y es que el tiempo apremia y ya nos toca salir a
bailar, momentos y actuaciones que por ahora siguen suspendidos sine
die.
El tiempo ha transcurrido en tres etapas, desde la primera “qué mal se baila con mascarilla”, pasando por el “bueno, con mascarilla pero estamos bailando” a “vaya, ahora ya no podemos bailar ni con mascarilla”.
Y así va pasando el tiempo y yo, por aquello de mostrar una actitud
positiva ante tantas adversidades, me quedo con las “Pasadillas” que en agosto
nos enseñó Manolo; con la intensidad de los ensayos con Inma, que además de
bailar y enseñarnos, nos ha recordado todos los pasos a aquellos a los que
todavía no nos los sabemos, despegando de la cara la mascarilla que en pleno
verano se quedaba adherida como una segunda piel y al final y como siempre después
de los ensayos, hemos disfrutado también de alguna caña o vino, pero ojo, solo
lo imprescindible.
Durante estos meses hemos podido practicar el Bolero de Caspe a modo de
calentamiento, El Bolero de Sallent, La Danza Andorrana, la jota-fandango
de Rubielos de Mora, la Balsurriana, la jota de Hecho “la nueva” y “la vieja”,
las de San Lorenzo, Albalate, Alcañiz, Teruel, Ansó, el vals-jota de Banastón,
todas ellas sin más variación que la que nos obligaba a mantener la distancia
con la pareja y por supuesto, sin cruces entre nosotros. Por eso, hemos dejado
de ensayar la Jota Cruzada de Aso de Sobremonte, Hurtada, Pañuelos de
Remolinos, las danzas del Cadril, Polka, Tin Tan; ningún paloteado.
En este punto, estamos en barbecho mientras esperamos con paciencia e
ilusión la vuelta a una normalidad que nos permita juntarnos a ensayar los
viernes y también los miércoles con el baile. Así tan pronto se pueda, allí
estaremos. Mientras, pensaremos en el nuevo disco, en otros proyectos de
exhibición de trajes… Para volver renovados y con nuevas ideas.
¡Salud para todos!
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