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29 junio, 2020

Folklore de Sallent - 2020


     Los componentes del Grupo Folklórico “Alto Aragón” de Jaca somos de Jaca y de muchas otras localidades de la zona. Entre otros lugares, tenemos la suerte de contar con miembros en Sallent de Gállego, en el Valle de Tena. Uno de ellos, Miguel Val, aporta este interesante artículo que da así una pincelada sobre lo que hay en el lugar. También nos muestra que lo que hacemos en el escenario, tiene su análisis y estudio.

     Álvaro

Bolero de Sallent

Día festivo en Sallent (foto: P. Gastón)

El bolero es un género musical que nació en España a finales de mil setecientos. En la geografía aragonesa tuvo una gran difusión, por lo que es fácil poder encontrarlo en distintos pueblos. En general, el bolero se considera una danza ceremonial, presentando en Aragón una gran variedad y riqueza. En nuestras montañas del Pirineo, sin duda, el que mayor fama ha alcanzado ha sido el recogido en la Villa de Sallent, de estilo cortesano y fino.


El bolero no podía faltar en esas numerosas verbenas que se organizaban en los barrios de Sallent durante los meses de verano. Aún hoy la gente más mayor del pueblo recuerda cómo se juntaban en alguna plaza: rápidamente comenzaba la música y los jóvenes se entremezclaban con los mayores para aprender. En muchas ocasiones se preparaba melocotón con vino para animar estos momentos lúdicos tras una dura jornada de trabajo.

Arcadio de Larrea ya lo nombra en 1946 dentro de las misiones encargadas por el Instituto Nacional de Folklore. Con la llegada de la Sección Femenina al pueblo, son ellas, como en tantos otros sitios, las que se encargan de investigar preguntando al respecto a la gente más mayor, unificándolo y adaptándolo para su puesta en escena.

Sallentina y sallentino (foto: R. Compairé)

Originalmente no había ninguna letra establecida para acompañar el baile, los sallentinos utilizaban su ingenio improvisando coplas. Destacaba como letrista Pepe de casa El Molinero. Algunas de ellas debieron de gustar en su momento y han perdurado en el tiempo hasta formar parte de la letra que actualmente se emplea, pudiendo ver, por tanto, en nuestros días, una muestra de la diversidad de temas en los que se inspiraban.

Parejas de charla (Foto: R. Compairé)

“Picadillos”, con referencia a la actividad ganadera:

Tu marido y el mío van a Longarés
a buscar cuatro bueyes y ellos tres pares.


Protesta contra los privilegios del clero:

Cuatro frailes franciscos de los más gordos
fueron a beber agua se ahogaron todos.


El festejar de los jóvenes:

Tú te vienes conmigo, y eso es tan cierto
como noventa y nueve y uno son ciento.


Algunos oficios:

La mujer del ferrero parió ayer noche
catorce cerraduras y un picaporte.


Enamorado de estas tierras, Paco “El Maestro” escribió en la segunda mitad del siglo XX una copla que rápidamente fue popularizada:

Mi guitarra morena llora de pena
porque te fuiste lejos del Valle Tena.


En lo que respecta al baile, consta de dos pasos básicos que se van repitiendo a lo largo de la pieza. A partir de ellos se van haciendo distintos desplazamientos y coreografías: filas, corros, cruces entre parejas… Como peculiaridad, las vueltas sobre sí mismo se dan en tres pasos y cuando los cantantes finalizan una copla, cada uno se cruza con su pareja cambiando de fila.


Fermín Arrudi, el Gigante Aragonés, y su familia (foto: A. Arguas)

Con mayor solemnidad se bailaba el día de la fiesta mayor, el 14 de septiembre, cuando los sallentinos lucían sus mejores galas. Los tejidos utilizados variaban según el nivel económico de la familia. Las telas usadas eran rudas y gruesas para hacer frente al frío. El más corriente era el paño. Entre los materiales usados destacan la lana, el lino, la estopa y el algodón.

Las mujeres llevaban faldas de lana con bordados a cadeneta en la parte inferior, cuerpo negro y pañuelos sobre los hombros. El pelo se lo recogían formando lo que posteriormente se ha denominado “castaña o rosca sallentina”, que consisten en una trenza posterior que se divide en dos para formar un círculo. Los hombres vestían con chaleco y calzón oscuro, chaqueta, capa o chupa y sombrero. Los colores de los vestidos variaban poco debido al alto precio del tinte, por ello los tejidos eran pardos o negros, salvo los de lujo.

Sin duda, el Bolero de Sallent es el principal elemento que une a todos los sallentinos hasta tal punto que, sin tener ese carácter oficial, se considera como el himno de esta Villa que es cabeza del Valle de Tena. Pero no podemos finalizar sin recordar que en Sallent, además del Bolero, se ha conservado como propio una jota bailada, una jota de estilo (popularmente conocida como “Las coles”), una mazurca, nueve villancicos y, en el ámbito sacro, tres misas (Solemne, Difuntos y para Adviento y Cuaresma) y otros cantos religiosos de origen gregoriano.

Como curiosidad, aquí tenéis este vídeo del Grupo Folklórico de Sallent de Gállego interpretando el bolero de su localidad en la V Muestra de Folklore Aragonés, en el estadio de La Romareda. Eran las Fiestas del Pilar de 1983
 https://www.youtube.com/watch?v=fzk9_e5pEv0


Grupo Folklórico de Sallent en el XIX Concurso Nacional de Coros y Danzas, 1974 (foto: C. Valero)

Miguel Val Campo

26 diciembre, 2019

Entrevistas a antiguos componentes - 2019

Recuerdos, vivencias y nostalgias
de antiguos componentes
Entrevista a las hermanas Azucena y Ana Gutiérrez


Ana comenzó a bailar con 5 años y dejó de hacerlo en 1998 con 21 años. ​​Azucena estuvo en Japón en el 2000 pero no fue a Canadá; aparece en la orla de 2005.

Algún momento o anécdota

Ana. De Dijon, me fui con un
esguince, no podía ensayar, me lo vendaron a tope, (Jorge, médico, cuñado de Fran de La Cadiera), así pude bailar San Lorenzo. Al salir me cogieron en brazos, porque el pie no daba más de sí. Lo mejor, el ambiente del autobús, la gente cantando, un ambiente estupendo.

Azu. Me acuerdo del viaje a Sevilla (92), que era superpequeña, tendría 14 años. Fui a Japón, Taiwan y como era menor de edad, a cargo de Gema (la hermana mayor).

Alguna pieza o baile que os gustara más que el resto

Ana. Que nos gustara no, que odiáramos sí. Hubo un tiempo que estábamos algo encasilladas, yo con las Danzas de Bielsa y ella con un traje de Echo que no había que doblar porque era más alta que las otras chicas.
Ahora, cuando veis al grupo desde el público, ¿qué sentimientos os vienen?

Ana. Por un lado las ganas de bailar y por otro el sentimiento de pertenencia al Grupo es muy fuerte, bailes o no bailes.

Estos encuentros o la Newsletter, ¿lo veis de forma positiva?

Ana y Azu a dúo: “Sí”. Lo único que a ver si se animan a venir más en una próxima cita. De mi época ha venido poca gente.

Azu. Lo tuve que dejar por lo del pie. Luego también coincidió que me había ido a vivir fuera y es mucho más difícil. Porque veníamos y quedábamos con los amigos y poco a poco lo vas dejando y luego se hace más difícil volver.

Alguna cosa que queráis añadir.

Ana. Que sigáis muchos años pero disfrutando

Entrevista a José Manuel Sabás y Beatriz Marín

¿Cúando empezasteis?

José Manuel. Yo soy socio fundador. El Grupo se fundó en el 75 y ya tocaba antes en la Rondalla de Escolapios. Estuve hasta que nos fuimos a vivir a Tarragona, hasta el 88-89

¿Alguna anécdota?

José Manuel. Lo más importante es que ahí nos conocimos y ahí surgió el amor, como muchas parejas que han salido en el Grupo. Empezamos a salir en el 82-83.

¿Tienes preferencia por alguna pieza musical?

José Manuel. Preferencia, no. A mí siempre me ha gustado mucho la música y disfrutaba tocando la bandurria. Sí recuerdo que en un momento concreto se incorporaron varias piezas nuevas, que aún se conservan y que supuso un trabajo extra.

¿Alguna actuación?

José Manuel y Beatriz. Recuerdo con mucho cariño las actuaciones en Las Landas, que igual teníamos que hacer dos actuaciones en la misma tarde y teníamos que cambiarnos de ropa en el autobús, cerca de la playa, en la que habíamos estado por la mañana. Pasábamos por los campings haciendo el pasacalles, la gente en bañador y nosotros con el traje de folklore, todo acalorados. Esos viajes a Las Landas los hacíamos cada año y fueron un recuerdo bonito.

Ahora, cuando veis al Grupo “Alto Aragón” en un escenario ¿qué sentís?

José Manuel y Beatriz. Un poco de nostalgia, envidia dice Beatriz, que seguiría bailando. Si viviéramos aquí seguro que seguiríamos participando. Por otra parte, nunca lo hemos dejado del todo al tener familia dentro del mismo. Si venimos y hay actuación, siempre os vamos a ver.

¿Qué os parecen estas nuevas iniciativas de ensayos conjuntos y reencuentros?

José Manuel y Beatriz. Muy bien. Tenemos la ventaja que, estando en Tarragona, nos resulta fácil acercarnos cuando hay puentes. De hecho, al principio y ya casados veníamos a bailar a algún festival. Agradecidos al Grupo, toda la vida.


Alguna idea que pudiéramos llevar adelante. ¿Cómo veis el Grupo ahora?

José Manuel y Beatriz. Nos da envidia que aún hacéis muchos viajes a sitios atractivos. Nos gusta que mantengáis contacto con los antiguos componentes, bueno, con los veteranos. Os fuimos a ver a la actuación en Altafulla que nos caía cerca y cuando venimos procuramos veros. Nos gusta este encuentro y esperamos que hagáis más.

Muchas gracias por estar aquí y por seguir próximos.


Entrevista a Mª Fer Parellada y Esther Puértolas

¿En qué época estuvisteis en el Grupo? ¿En qué años?

Marifer: Yo entré… bueno… yo fui fundadora. Yo era muy pequeña, pero estaba en la época de los inicios, desde el año 75. Lo dejé cuando terminé la carrera en el año 80 porque me fui a vivir fuera. Pasé otra época en la que me reenganché porque fui a vivir a Zaragoza y estuve seis años que subía cuando podía, desde el año 1995 al 2001. Ya en el 2001 lo dejé definitivamente, salvo en estas ocasiones.

Esther: Yo empecé en el 78 y estuve hasta el 89.

¿Hay algún momento que recordéis de forma especial? ¿Alguna anécdota? ¿Algún festival?

Marifer: Yo los dos festivales que fuimos a Confolens (en el 78 y en el 86). Para mí fueron espectaculares de divertidos, de nivel, de pasarlo bien, de buen ambiente… Y luego también los viajes más exóticos: a Puerto Rico, Marruecos, Copenhague… Nos venía todo como muy novedoso y  emocionante.

Esther: Yo lo mismo.  El de Confolens fue el primero. Luego Marruecos. A mí Nueva York me sorprendió mucho como sitio “raro”. El ambiente muy majo. Hay muchos sitios.

Marifer: Me imagino que os pasará a vosotros también ahora: en nuestra época era casi tan divertido ir a Salvatierra o a Almudévar como al extranjero. O a las fiestas de Bailo que nos quedábamos luego en la verbena. Ha habido siempre tan buen ambiente en el Grupo que nos lo hemos pasado bien con una piedra. Luego también trabajábamos mucho porque ahora no soléis hacer espectáculos tan largos como los de entonces, eran espectáculos de hora y media a dos horas. Los cambios de traje para nosotras eran horrorosos.  Yo ahora cuando veo que no hacéis espectáculos tan largos me sorprende.
Esther: Jugábamos mucho con el cambio de vestuario pero lo sabíamos llevar bien. Mientras hacían una cantada una salía al escenario transformada de arriba abajo.

Marifer: Dejábamos los mantones puestos en las blusas antes de empezar el espectáculo: salías de Hecho, te quitabas el traje de Hecho y te ponías el traje de jota con el mantón ya puesto. Los palotiaus ayudaban también, o Los Sitios de Zaragoza. Era más ecléctico, más heterogéneo. Luego ya nos fuimos especializando. También al principio había menos cantidad de trajes: empezamos con los de danzas y de Hecho, luego el de Ansó. Y éramos muchas chicas de la misma edad en aquella época. A lo mejor estábamos 20 chicas bailando regularmente con muy poco diferencia de edad.

¿Hay alguna pieza de baile o musical que guardéis con cariño?

Marifer: Para mí siempre lo más especial ha sido la Jota de San Lorenzo y Hecho “La Vieja”

Esther: Yo recuerdo mucho Albalate, porque era una que me hacían machacar mucho, mucho y de hecho llegué a bailarla sola (una pareja). A mí eso me marcó porque lo pasé fatal porque estás solo en el escenario. Pero contenta, muy bien.

Marifer: Es que Albalate era lo más.

Ahora cuando veis los espectáculos del Grupo en el público, ¿qué sentimientos os vienen?

Marifer: Yo envidia. Envidia sana. Disfruto mucho viéndoos.

Esther: Yo también, envidia. Y no paras de llevar el ritmo porque, por ejemplo, voy con mi madre y me dice: “Para”, y le digo: “No puedo”. Llevas el ritmo, sigues con el ritmo. Yo tengo mucha nostalgia.

Marifer: Una época muy buena, muy buena.

Esther: Una experiencia muy bonita.

¿Veis positivo que se hagan los encuentros de actuales componentes y antiguos?


Marifer: A mí me encantan y mientras pueda voy a acudir siempre.

Esther: Y luego es que yo me siento cómoda porque, aunque igual nos juntamos un poco más por épocas, la gente te acepta y empiezas a hablar con todos.

A los que estamos actualmente en el Grupo, ¿qué nos diríais?

Marifer: Que sigáis trabajando con entusiasmo, con alegría y disfrutando.

Esther: Que no lo dejéis perder nunca porque no se puede perder. Hay que seguir adelante por los de antes, por los de ahora y por los de después.

Marifer: Ha habido algunas épocas difíciles pero se han superado, la prueba es que siempre hay un entusiasmo de fondo que ayuda a que haya alguien dispuesto a tirar del carro. Por nosotras tenéis todo asegurado y si podemos ayudar en lo que sea, vamos.

Esther: Con veinte años menos igual seguiríamos, pero en fin…

Marifer: Venir aquí también aporta. La gente joven te escucha, le hace gracia el entusiasmo nuestro. Yo tengo ahora tanto entusiasmo como hace cuarenta años y disfruto como una enana. Lo que no se pude perder es la ilusión y el entusiasmo.

Miguel Val y Álvaro Gairín

Publicado en nuestra Newsletter "De Capazo" 4 (Dic- 2019)