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16 abril, 2012

Desde la nostalgia - XXV Aniversario - págs. 8 y 9


Decíamos hace 15 años


DESDE LA NOSTALGIA
Por Loreto y Manuel Fanlo

El autobús arranca, un poco renqueante todavía, un poco indeciso, tal vez porque el viaje va a ser largo. Dentro, el bullicio lo tapa todo: los adioses de los que se quedan, las recomendaciones apresuradas de las madres, las explicaciones, un poco confusas, de ése que siempre llega tarde a todos los viajes, el pequeño jaleo del reparto de los asientos. Pero el autobús, indiferente todo y a todos, arranca, sabiendo tal vez que el viaje va a ser largo.
Y cada uno, sacado de repente de su rutina par ticular, contagiado de la alegría colectiva, sin reflexiones, previas o con ellas, va a ir acumulando futuros recuerdos. Se sucederán los ratos divertidos, las noches de juergas y enfados intermitentes. Pueblos, ciudades nuevas, gentes, direcciones...
            Quizá en cada viaje, al principio de cada aventu ra, no valorásemos todo lo que quedaba atrás: el trabajo de los que lo habían organizado todo, la labor de investigación previa que se había desarrollado para res alguna danza olvidada, la preparación cuidadosa del vestuario -patrimonio del Grupo que poco a poco íbamos incrementando-, las horas de ensayo machacando sobre esta o aquella jota. Y sin embargo, el éxito de toda aquella empresa dependía precisamente de tanto trabajo acumulado anteriormente. Porque el Grupo no nació sólo de una reunión de amigos -aquella memorable tarde en Oviedo, cuando casi sin darnos cuenta estábamos ya fundándolo-, sino que creció gracias al trabajo de todos, poco a poco. Desde el principio una de sus metas fue el ser un grupo independiente, con su propio nombre -llegaría después la votación, para elegir finalmente el de “Alto Aragón”  con su propia personalidad.
Todo este trabajo, o lo que es lo mismo, la búsqueda de la fórmula exacta que reflejara la “personalidad” folklórica del Grupo, no fue fácil. Se pretendía ante  todo la autenticidad del folklore, la vuelta a los orígenes pero no se podía olvidar la calidad de cada actuación, la vistosidad del espectáculo, la variedad que de hecho ofrecía nuestro propio folklore. Y para conseguir la fórmula mágica que combinara la autenticidad con el espectáculo folklórico brindado a un público –muchas veces extranjero- ¡cuánto hablar, cuánto discutir! Si en ocasiones podían parecernos infructuosos todos aquellos diálogos, sin duda en ellos latía el espíritu más genuino del Grupo. Quizás en tantas horas de tertulia apasionada en Escolapios, en el local, en viajes, en bares y terrazas ... en donde mejor se reflejaba el alma del Grupo, su continua aspiración a ser de una manera especial, propia, inconfundible.
Ahora, cuando de pronto nos damos cuenta de que el Grupo cumple diez años, ya sabemos que consiguió estos propósitos: fidelidad al folklore y recuperación de éste, difusión de nuestros cantes y danzas, creación de una escuela en que se pueda seguir con esta tradición. Pero además no podemos olvidar lo que este grupo nos ha dado a todos los que a lo largo de estos diez años hemos pasado por él. La posibilidad de salir de Jaca hacia sitios tan diferentes, la convivencia entre edades tan dispares, la mezcla de gentes dedicadas al trabajo y al estudio. (“¿Estudias o trabajas?”), el contacto con personajes de otros paises, amistades fugaces pero entrañables ...
Estamos fuera, quzás ya demasiado lejos de este Grupo que sigue funcionando. Hemos ido viendo cambios, noviazgos, bodas, gente nueva que sigue incorporándose, y muchas veces seguimos evocando actuaciones, la sensación del escenario -los focos, los aplausos-, el amor por el baile, la música. Tal vez no seamos los más adecuados para hablar del Grupo en estos momentos. Naturalmente, escribimos desde la nostalgia. Compañera nostalgia que conforme crecemos también
crece, nostalgia de lo que fue para nosotros, nostalgia de lo que para algunos que no conocemos, será ahora. Y deseo de que continúe para todos los que vengandetrás el Grupo Folklórico “Alto Aragón”
            El autobús ha llegado a su destino. Caras nuevasesperan para recibirnos. El ajetreo de maletas, instrumentos (i Máximo, el contrabajo!), baúles. Hemos llegado:después de todo, el viaje no ha sido tan largo.