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13 diciembre, 2021

Artículo sobre LA JOTA - 2021

Este artículo siendo del primer trimestre, quedó pendiente de subir al blog. Corregimos el olvido. (Admin. del blog)

LA JOTA ARAGONESA

El origen de la jota es muy incierto, pero lo que sí que está claro es que la jota es el género musical tradicional más extendido en España. Está compuesta por cuatro elementos: la copla o canta, el baile (con o sin canto) el canto en sus diferentes estilos o tonadas (con o sin baile) y el acompañamiento (casi siempre realizado por la rondalla).

COPLA:

El texto que conforma la copla son cuatro octosílabos (A-B-C-D) en los que riman los versos pares en asonante y que, al cantar, sigue el siguiente esquema: B-A-B-C-D-D-A. Se conocen cantas antiguas de 5 y 6 versos.

La lengua por excelencia es el castellano pero hay zonas donde se conservó el aragonés y se utilizó esta modalidad lingüística en sus versos.

BAILE:

Inicialmente se cree que la jota fue únicamente bailada. En Aragón podemos diferenciarlas según la zona:

       Bajo Aragón: jota elaborada y probablemente la más antigua. En
Alcañiz el ritmo es rápido y alegre y en la 1ª y 2ª copla cantada se dan los famosos saltos o batudas. Los brazos se alternan en alto y doblado mientras los pies puntean (punta-tacón). La jota de Albalate del Arzobispo es parecida a la anterior pero algo más lenta y se incorporan los “desplantes” (bajada de brazos sin perder el compás). La jota de Andorra y la de Calanda son más señoriales. Se bailan sobre las plantas, punteando muy claramente y moviendo los brazos de manera ondulante.

        Zaragoza: la jota de esta zona tiene diversas modalidades según la rapidez con la que sea bailada. Es una jota muy ágil, con muchos brincos y que se efectúa con los brazos siempre en alto. Apenas tiene apoyos de las rodillas en el suelo.

        Huesca: presenta jotas más pausadas, sobre todo si nos basamos en zonas del Pirineo (Jota de Hecho, Jota de Ansó…) apareciendo incluso influencias francesas o pases “agarraos” (Jota de Aso de Sobremonte).

El baile suele desarrollarse en tres partes con acompañamiento en La Mayor. Se inicia con cuatro acordes y tras colocarse las parejas frente a frente, arranca la primera copla, acompañándose los bailadores de las castañuelas (antiguamente hablaríamos de una sola pareja, el plural vino al coreografiar las piezas bailadas). Entre copla y copla se suceden las variaciones, con distintos pasos, según el estilo de la jota, sin romper el ritmo en ningún momento, ya sea con vuelta o con el desplante. La jota termina con la última copla y nuevamente cuatro acordes muy marcados.

A lo largo del último siglo, han ido apareciendo en el baile nuevas figuras y punteos e incluso coreografías enteras que nada tienen que ver con las primitivas.

CANTO:

Canto es toda melodía creada para ser interpretada por la voz humana. Posee gran importancia la melodía y la letra.

El canto de la jota puede ser en solitario, a dúo o en grupo. A día de hoy no existe una clasificación unificada de las jotas cantadas. Podríamos clasificar los cantos según su temática:

        Religiosa:

o       Auroras: interpretadas generalmente por hombres que recorren las calles de madrugada, antes del rosario de la aurora despertando a los devotos para que recen. De ahí surge el nombre de “despertadores”, “rosarieros” o “auroros”. En sus letras se ensalza a la Virgen y los Santos.

o       Avemarías y salves: cantos religiosos que completaban los cantos de aurora.

o       Gozos: dedicados también a la Virgen y los Santos. Se extienden por todo Aragón y se realizan por todos los fieles de la Iglesia. Se componen de una introducción con su estribillo, seguido de las coplas que vuelven a intercalar el estribillo.

o       Cantos de Navidad: se componen de villancicos, peticiones de aguinaldo, etc. Consta que los primeros se cantaron en la catedral de Huesca.

o       Otros

        Profana:

o       Albada: se canta en la madrugada. Solían dedicarse a novias o recién casadas, instituciones o santos. La estructura se basa en una copla inicial interpretada por el solista y la repetición de los dos últimos versos cantados por el coro.

o       Mayos: cantos basados en el emparejamiento de jóvenes. El “mayo” debe cantar a su “maya”, en forma parecida a las albadas. Se interpretaban también para celebrar la llegada de la primavera y en algunos lugares se planta el “mayo” alrededor del cuál se canta y baila.

o       Cantos de trabajo: extendidos por toda la geografía debido a la trashumancia y a la movilidad de las cuadrillas de trabajadores de faenas agrícolas. Se cantaban en solitario o en grupo y eran de temática muy diversa: cantos de hilar, de trilla, de siega, de pastoreo, oliveras, etc.

o       Cantos de bodega: entonados al reunirse para comer y beber. Se trataba de hacer que la bota o el porrón pasara de mano en mano mientras se cantaba. En un momento dado, la persona que tenía el porrón debía beber hasta que el resto parara de cantar. Los más conocidos son “el artillero” y “el rulé”.

o       Cantos de ciego: conjunto de romances recitados de pueblo en pueblo y a veces acompañados gráficamente con pinturas o grabados. En lengua aragonesa se ha conservado el “Romance de Marichuana”.

o       Otros cantos: de cuna, infantiles…

ACOMPAÑAMIENTO

Inicialmente la jota se acompañó de instrumentos de percusión (tambor, tamboril, pandero, pandereta, hierros, castañuelas y pulgaretas) y de viento (chiflo, dulzaina, gaita y chicotén) Tras formarse las rondallas se van sustituyendo los instrumentos de viento para tomar fuerza los de cuerda. Actualmente la rondalla tiene como instrumentos característicos la bandurria, el laúd, y la guitarra. También podemos ver guitarros, requintos, triángulos y panderetas…e incluso en algunas comarcas también se usan utensilios cotidianos tales como el almirez, el lavadero, el cántaro o las cucharas de madera.


Aunque hay escritos que hablan que en 1828 se cantaron jotas de ronda con motivo de la visita de Fernando VII a Zaragoza, el primer cantador de identidad conocida es el Tío Chindribú, de Épila (Vicente Viruete), que cantó públicamente la jota antes de 1850.

A partir de 1870, la jota cantada evoluciona notablemente y, durante el cambio de siglo, algunos cantadores abandonan el estilo puro y añaden florituras y entonaciones más agudas. Algunos se hacen incluso profesionales y llevan la jota por todo el ámbito nacional e internacional (América principalmente).

Actualmente, gracias sobre todo a las escuelas de jota y a los grupos folklóricos, podemos decir que la jota aragonesa sigue viva y seguirá, por muchos años más.

 Tania Gil Sánchez

Publicado en la newsletter del Grupo "De Capazo", núm 9 

(Primer Trim. 2021)


25 noviembre, 2021

Investigación en Sobrarbe - Pasadillas - 2021

 Los Bailes de las Pasadillas

De esa fuente inagotable de danzas tradicionales que es el territorio del Sobrarbe, el incansable Manuel Tomeo nos presenta tres danzas a las que ha realizado un detallado seguimiento: los llamados bailes de las Pasadillas de La Fueva. Y como dice él: “¡Ojo, no confundir con ninguna pasavilla!”

Son bailes básicamente inéditos, que habían estado fuera de la vista de los investigadores del folclore pirenaico. Ahora el Grupo Folklórico Alto Aragón los quiere presentar y pronto llevarlos a los escenarios.

LOS BAILES DE LAS PASADILLAS


De esa fuente inagotable de danzas tradicionales que es el territorio del Sobrarbe, queremos presentar en esta revista las dos últimas danzas, o mejor tres, que han llegado hasta nosotros: los bailes de las Pasadillas de la Fueva. ¡Ojo, no confundir con ninguna pasavilla! Se trata de bailes básicamente inéditos, que habían estado fuera de la vista de los investigadores del folclore pirenaico y que ahora el grupo Alto Aragón quiere presentar.

Estos bailes son originarios del territorio fovano, aunque para ser más exactos diremos que fovano y de la parroquia de Toledo de la Nata, debajo de peña Montañesa,  y se bailaron en aquellos lugares hasta los años cincuenta del pasado siglo. Años más tarde, a finales de los ochenta y principios de los noventa, escondidos como estaban, miembros del grupo folclórico recogieron la información suficiente para ponerlos de nuevo en circulación y rescatarlos de aquel olvido. No obstante, una vez recogida la información, esta volvió a permanecer dormida e ignorada hasta que, finalmente, durante este último año de la pandemia, el Alto Aragón ha decidido ponerlos sobre un escenario y, sin tardar mucho, se darán a conocer al público que nos acompañe.

 Los bailes

Son tres los bailes: las Pasadillas de los Toledos y las Pasadillas de Rañín, que se compone de un baile de calle y de un segundo baile con el cambio de mayordomos. A estas dos Pasadillas, hay que añadirle una tercera, la que se bailaba en Fuendecampo, que ya había sido recogida por el grupo Biello Sobrarbe de Ainsa y que nos la transmitió y la incluimos en varias ocasiones en nuestra programación.

Las Pasadillas de los Toledos (así denominadas por nosotros al no encontrar nada más acertado).

Se bailaba en diversos momentos de las fiestas de la parroquia de Toledo de la Nata, a los pies de la peña Montañesa y de Sierra Ferrera, en lo que llaman  el orinal del diablo, curiosamente. Son los pequeños lugares de La Cabezonada, La Atiart, Samper y San Juan. La fiesta era, y es, para la Virgen de Agosto y se interpretaban por primera vez, según nos contaron, en la salida de la misa mayor en la ermita de la Virgen de la Isuala. Más tarde y en momentos diferentes, los jóvenes las volvían a interpretar tanto en Samper como en San Juan, en una ronda que duraba un par de días por los lugares de la parroquia.

En esta ocasión, estamos ante uno de los escasos bailes de pañuelos conservados en el Pirineo aragonés junto a los de Sinués, Aragüés y Jasa, Castejón de Sos… y vale. La música de violines, guitarras, saxofones, acordeón… interpretaban la popular melodía del Villano y los bailadores se disponían en dos filas (tal vez en un semicírculo) y se realizaban diversas evoluciones pasando (de ahí el nombre), unas veces por arriba y otras por debajo de los pañuelos, que sujetaban los danzantes. En estas pasadas, las filas se intercalaban una detrás de la otra: primero por debajo del puente del pañuelo de la pareja zaguera y después por encima del mismo pañuelo que se bajaba hasta el suelo.

Las filas iban encabezadas por los mayordomos, que portaban un curioso sombrero adornado de flores y cintas (y hasta alguna postal, nos contaron), y llevando un ramo vegetal en la mano libre. Siempre al son del Villano e intercalando diversas estrofas del mismo.

El baile tiene otra singularidad todavía mayor que la del hecho de bailarlo con pañuelos, son unas frases que se gritan en tres momentos diferentes del mismo, así como una pequeña representación, a modo de chanza, que se ejecuta al final. Al grito de ¡Que salga el torero con su capa y su sombrero!, daba comienzo el baile y con el de ¡Que salga el toro!, comenzaban a realizar las pasadas por encima de los pañuelos. Finalmente, se acercaban todos al centro y al grito de ¡A matarlo, a matar al torero, a por él…!, se simulaba entre bromas y risas la ejecución del mismo acabando en el suelo y finalizando el baile. Su significado nos es totalmente desconocido, pero así fue recogido de la propia voz de nuestros abuelos informantes. Tal vez sea una reminiscencia de aquellas pantomimas  de origen muy antiguo, ancestral, en las que se simulaba la muerte del Jefe como protección del resto del grupo social. Algo similar se podría ver en las danzas de espadas aragonesas conocidas como Degollaos, en las que se rodea con estos instrumentos el cuello del Jefe para luego verlo resucitado; incluso la contradanza de Cetina tiene esta particularidad.

Interesantísimo y muy original este baile de las Pasadillas de los Toledos.


Pasadillas de Rañín.

Rañín es uno más de aquellos pequeños lugares que pueblan la subcomarca de la Fueva. Su caserío está distribuido en torno a una calle única que finaliza en la plaza e iglesia del lugar. Plaza y calle son los escenarios de los dos bailes que se interpretaban en Rañín.

El primero de ellos era un pasacalles que acercaba a los bailadores hasta la plaza en la que se ejecutaría uno de los bailes más importantes del año: el cambio de mayordomos. Para este primer baile, se disponían los mozos, según nuestros informantes, en dos filas encabezadas por los mayordomos salientes de ese año y al son del conocido como  ball de Benás  o, simplemente,  el ball avanzaban bailando por la calle. Al finalizar cada una de las estrofas musicales de la melodía, los bailadores se pasaban de fila dando dos palmadas acompasadas. Al final, al llegar a la plaza, un gran estruendo de tiros de escopeta al aire salía de los balcones del ayuntamiento desperdigándose asustados los danzantes entre el jolgorio de la gente. Era el final del primer baile y será el momento de prepararse para el segundo baile.

Todo el pueblo se coloca en un gran círculo; en el centro, el chopo centenario se erguía como siempre y los mozos se preparaban para ser señalados, o no, como los nuevos encargados de las fiestas del año próximo. ¡Y que no faltase ninguno, que si no se le ponía una silla vacía en su lugar y a esperar…! La música del ball volvía a sonar y, uno tras otro, cada mayordomo realizaba sus vueltas de rigor: el primer mayordomo daba una primera vuelta por dentro del círculo (se fijaba si estaba el designado para sustituirle); más tarde, una segunda vuelta en la que se entregaba un pequeño ramo de adorno vegetal al nuevo mayordomo entrante… Y así, uno tras otro, hasta que finalmente todos los mayordomos tanto entrantes como salientes daban un par de vueltas que aplaudía la gente congregada con gran regocijo al haber cumplido un año más con el rito.

Las Pasadillas de Fuendecampo.

Fueron recogidas por el grupo Biello Sobrarbe allá por los años ochenta del siglo pasado y transmitidos, años más tarde, al grupo Alto Aragón. Desde entonces, el grupo las ha puesto varias veces sobre el escenario: en los Festivales Folclóricos del año 2011, por ejemplo.

El baile difiere en algunos aspectos de los anteriores, aunque se baila con la música del ball, como en los Toledos. Se ejecuta, también, con pañuelos y en dos filas, y los mayordomos las encabezan con ramos de flores en la mano libre. No obstante, toma especial relevancia la figura de la Virgen  que, en su peana, se coloca detrás de las dos filas de bailadores. Tras diversas evoluciones, por arriba y por abajo con los pañuelos, las parejas pasarán por debajo del puente formado por estos pañuelos y llegando hasta la peana realizarán una sencilla genuflexión ante la patrona.

Los bailes son sencillos, pero muy vistosos y muy interesantes en diversos aspectos: uso de pañuelos, melodía del ball en Sobrarbe, sombreros adornados, cambios de mayordomos…; así como, la pequeña dramatización y expresiones del baile de los Toledos. Todo ello los convierte en pequeñas joyitas de nuestro folclore y resulta bastante extraño el  desconocimiento que de ellos se ha tenido hasta el momento por parte de los estudiosos del folclore. Nosotros aportamos aquí un pequeño grano de arena para remediar tal olvido.

Manuel Tomeo Turón

Jaca, agosto de 2021

Publicado en la newsletter del Grupo "De Capazo", núm 11(Tercer Trim. 2021)

23 julio, 2021

Investigación y aprendizaje a lo largo de los años - 2021

 

Aprendiendo de los mayores

(Recordando a Jesús Arruebo, buen amigo del grupo y recientemente fallecido)

En esos primeros años de nuestra andadura como grupo, 1975 y sucesivos, enseguida tuvimos claro que debíamos relacionarnos con la gente de edad, “con la que sabía”. Buscábamos aprender coplas, bailes, mil facetas que aspirábamos a incorporar. Hicimos un cuestionario, que tocaba tantos temas, que los encuestados tendrían que haberle dedicado varias semanas para contestarnos. No resultó. Comenzamos a hacer entrevistas y grabaciones. Recuerdo una de las primeras al señor Victorián de casa Campo de Ulle[i], que aunque ciego con 90 años, conservaba su memoria y buen humor. Había nacido en Aragüás del Solano y nos habló de la albada que ahí se cantaba. Entonces sólo conocíamos la de Villanúa. También visitamos a la señora Josefa de casa Caniás de Jaca[ii], de 92 años, que como había vivido en Francia, tenía más recuerdos de aquella etapa que de lo que nos interesaba. Estábamos aprendiendo a buscar. Fuimos centrando nuestros objetivos y visitamos al señor Joaquín Jarne Ara de Villa María[iii], que había salido con el dance de castañuelas cuando era chaval y ya tendría unos 70 años. Santiago Rabal de casa Puente[iv] de Jaca (agricultor y tío de Quique Tello) nos enseñaba el paloteao de Jaca en el que había participado muchos años. Se contactó con D. Juan Aznárez, canónigo de la Catedral de Jaca, que nos abrió la catedral y su saber musical para poder recoger muchos detalles de vestuario y música del Dance de Castañuelas.

Justo antes de fundarse el Grupo la pareja Maribel López[v] - Julio Laín, habían estado aprendiendo algunas piezas en Huesca, por lo que ya estábamos en camino de ampliar el repertorio. Julio que dirigió el baile unos cuantos años, estaba estudiando en la Universidad de Zaragoza y se incorporó al grupo Somerondón, que como nosotros, nació en el año 1975. Ahí aprendió piezas para nuestro grupo y enseñó otras de nuestro repertorio. Esta relación con el grupo Somerondón se mantiene por suerte y en 2015 hicimos un taller donde aprendimos la Jota-fandango de Mora de Rubielos.

Fuimos a las fiestas de Lanuza que entonces pensábamos que eran las últimas porque el pantano iba a inundar el pueblo. Era el año 77 y fueron tristes. Se grabó la música del paloteao y posteriormente nos lo enseñó Jesús Arruebo. Por suerte el pueblo no fue inundado y sigue vivo.

Tuvimos la fortuna de conocer al Sr. José Gracia, que resultó ser una enciclopedia respecto a los dances de Sinués.

Otras personas han llegado a enseñarnos por ser familiares de miembros del Grupo. Fue el caso de la abuela de Quique Tello, Pascuala Franco Bescós que era de Aso de Sobremonte, nos enseñó la Jota del lugar y las reglas del juego de billas. Últimamente, Pilar Franco, de la Huerta Franco de Jaca y tía de Carlos F. nos mostró numerosos villancicos que tenía recopilados de sus años escolares.

En esta relación de contactos, que no puede ser exhaustiva, deberían estar ¡tantas personas que nos enseñaron!. Un paso de baile o una jota entera (Ansó), a almidonar blusas (Echo), un bolero (Sallent), una copla o una colección de prendas rebuscadas por los arcones y las falsas (Bielsa). Son sólo unas pinceladas señalando a las que más huella nos han dejado, no sólo por el interés por sus tradiciones, sino por su generosidad y deseo de que  se mantuvieran en el tiempo. Gracias a todas ellas.

Álvaro Gairín



[i] Casa con arco que da entrada a la plaza del pueblo.

[ii] Casa de la C el Coso, esquina con la iglesia de Santiago.

[iii] Casa de campo situada en lo que es hoy C. Madrid nº 42

[iv] Casa de agricultores en la Calle “18 de Junio de 1881”, subiendo a la Pza. El Pilar.

[v] Dirigía el baile antes de formarse el Grupo y en los primeros tiempos del mismo.

 

·        “Lanuza” El sonido de la senera da vida a un pueblo, http://grupofolkloricoaltoaragon.blogspot.com/2011/12/lanuza-el-sonido-de-la-senera-da-vida.html

·        El Sr. José de Sinués, http://grupofolkloricoaltoaragon.blogspot.com/2011/10/el-sr-jose-de-sinues.html

·        Cuarenta años del Dance de Castañuelas, http://grupofolkloricoaltoaragon.blogspot.com/2019/06/cuarenta-anos-del-dance-de-castanuelas.html

·        Biente-ne y chuga a billas https://grupofolkloricoaltoaragon.blogspot.com/2012/01/biente-ne-y-chuga-billas.html

·        MªPilar Franco y su cuaderno de Villancicos https://grupofolkloricoaltoaragon.blogspot.com/2021/01/informacion-sobre-villancicos-2020.html

·        Taller – Reunión con el Grupo Somerondón (2015), http://grupofolkloricoaltoaragon.blogspot.com/2015/04/taller-reunion-con-el-grupo-somerondon.html


24 enero, 2021

Artículo sobre gaita aragonesa - 2020

 Gaitas y gaiteros del país de Sobrarbe

Entre los instrumentos que usamos en los espectáculos, está la gaita aragonesa. Habiendo invitado a nuestro componente y lutier Luis Salesa a que nos hablara del tema, uno de los instrumentos que toca en el Grupo, nos remitió a Álvaro de la Torre, por estar él más centrado en el tema del salterio. Nuestro amigo Álvaro, une en su persona una gran experiencia como investigador y como músico de diversos instrumentos. Durante años salió en la procesión de Santa Orosia tocando el chiflo y el salterio al lado del paloteao. Fruto de sus investigaciones es el siguiente artículo. Agradecemos su colaboración.

Publicado en la newsletter del Grupo "De Capazo", núm 8 (Cuarto Trim. 2020)

GAITAS Y GAITEROS DEL PAÍS DE SOBRARBE

A raíz de un encuentro casual en 1.985, el folklorista Joaquín Díaz nos sugirió la conveniencia de publicar unas notas sobre el chiflo y el salterio en la “Revista de Folklore”, que él había creado cinco años antes, ya que entonces existía bastante desconocimiento sobre estos instrumentos a nivel nacional. Al ir buscando antiguos testimonios en torno a estos, nos encontramos con que al Este del valle de Broto, en la comarca de Sobrarbe, la cornamusa o gaita de fuelle sustituía a la flauta de tres agujeros como el instrumento que acompañó las danzas ceremoniales, y decidimos investigar también esta tradición.

En aquellos años la situación era propicia para esta búsqueda. En cierta medida, se mantenía aún el antiguo estado social, aunque hacia dos décadas que había desaparecido el último gaitero en activo, Juan Cazcarra, de Bestué (valle de Puértolas) de quien Ánchel Conte -eran los inicios del grupo “Viello Sobrarbe”- había tenido la precaución de preservar su instrumento completo. La mayoría de las personas a las que encuestamos ni siquiera eran conscientes de que ya no quedaran gaiteros en activo. La búsqueda, por lo tanto, fue fructífera. 

Juan Cazcarra, de Bestué, en Tella, hacia 1.945, en una fotografía que conservó su sobrina Pilar Bestreguí.

En la misma época, el gaitero Martín Blecua, de Sariñena, junto a Pedro Mir, habían comenzado el estudio de la gaita en su comarca, que después extendieron al resto de Aragón, y habían contactado con el artesano Marcel Gastellu, que hizo unas primeras copias siguiendo el modelo de la vieja gaita de Bestué. El libro de referencia de Blecua y Mir se publicó finalmente en 1.998 (1).

La presencia de la cornamusa en Sobrarbe ya había sido dada también a conocer para el gran público por algunos investigadores. Entre los primeros, Charles Alexandre, amigo personal de Marcel Gastellu, la describió detalladamente en 1.976, al tratar sobre la cornamusa en los Pirineos centrales (2).

Lo encontrado en Sobrarbe se publicó finalmente en dos apretados artículos de la “Revista de Folklore”, en 1.995 (3). En resumen, anotamos referencias precisas de 11 gaiteros a comienzos del siglo, y algunas vagas referencias de otros 6, y encontramos o identificamos gaiteros en algunas fotografías antiguas, en especial entre las que Juli Soler publicó en su descripción de las fiestas de Chistén de 1.907. Todo esto, claro está, con la colaboración de muchas personas de esa comarca. Encontramos también piezas de otras cuatro gaitas: un clarín con sus inchas en la propia casa de Juan Cazcarra, otros dos clarines, una bordoneta, un bordón y otras piezas de otras dos gaitas en Santa Justa, en el mismo valle, y otra bordoneta en el caserío de La Muera (Fueva Alta). Años después Adolfo Castán encontraría en Lacort otro clarín y otra bordoneta, que seguramente pertenecieron al gaitero de Ceresuela.

Y también muchos otros aspectos de esa misma tradición: melodías, cantos a son de gaita, el uso de clarines de buxo y clarines de caña entre pastores aficionados, coplas y romances alusivos, etc.

Una de las primeras constataciones fue por lo tanto que la gaita en Sobrarbe no se limitaba a las danzas ceremoniales -como ocurre con la gaita en otras comarcas, o el chiflo y salterio en la nuestra- sino que era también de uso general para todo tipo de bailes y cantos.

Los instrumentos hallados o descritos fueron invariablemente del tipo de gaita de boto aragonesa (4) que, como es sabido, se caracteriza básicamente por tener, además de un gran bordón con lengüeta simple, el tubo melódico con lengüeta doble -clarín- paralelo a un pequeño bordón – tenoreta o bordoneta- sujetos a una misma pieza. Dentro de este esquema, en Sobrarbe encontramos algunos detalles particulares, como el uso esporádico del bordón, adornado, por encima del hombro (Chistau y La Muera), y, sobre todo, el uso de lengüetas dobles – que allí llaman inchas- similares a las del clarín en las bordonetas (Charles Alexandre la describió también así) que por esta razón presentan oídos de resonancia, cuando en el resto de Aragón lo más común es que las bordonetas estén provistas de lengüeta simple.

Otro aspecto importante es la excelente fabricación de la mayoría de las piezas encontradas en Sobrarbe, y la uniformidad de los cinco clarines entre sí (que sin embargo proceden de constructores diferentes) siendo la pieza técnicamente más compleja de construir, frente a las formas de otros clarines encontrados en el resto de la región.

En conclusión, los datos encontrados nos hablarían de una fuerte tradición “endogámica” de ámbito comarcal. Este punto de vista, que puede parecer obvio desde una perspectiva montañesa, encontró en su día sin embargo una fuerte oposición entre los demás investigadores del instrumento a nivel regional.

Comparación de los clarines encontrados en Sobrarbe (Bestué 1 y 2, y Santa Justa 1 y 2) frente a un clarín monegrino (de Juan Mir, de Sariñena). A la derecha, el clarín de Lacort encontrado posteriormente por A. Castán.

Desde el punto de vista organológico, esta cornamusa está emparentada con otras extendidas por varias regiones de toda Francia, en particular con las “cabretas” de Auvernia y las “chabretas” del Limosín y el Périgord. En la Alta Auvernia se han conservado además algunas “cabretas” sin soplo mecánico y con doble lengüeta en los pequeños bordones, que en este caso reciben el nombre de chanterelles. Este es también el caso de la “chèvre”, uno de los tres sub-tipos de “chabretas” limosinas. El trabajo de Bruno Meraud (aún sin publicar) llega a la conclusión de que este debió ser el caso general de todas las “chabretas”, y del resto de cornamusas similares más primitivas.

Algunos musicólogos opinan que este tipo de cornamusa apareció por la adición del gran bordón exento a una gaita primitiva de doble tubo melódico, como aún existen en Las Landas, los Balcanes o el Norte de África. No obstante, el fallecido investigador y documentalista Thierry Boisvert presentó en 1.988 un concienzudo trabajo sobre la “chabreta” y sus elementos simbólicos (5) en el que opinaba que este tipo de cornamusa pudo ser inventada en el Limosín en la segunda mitad del s. XVI, en el marco de la exaltación de las cofradías civiles a partir de la Contrarreforma. Por extraña que esta teoría pueda parecer, algunos hechos históricos de esa misma época podrían llegar a explicar la aparición de este tipo de cornamusa en nuestra provincia, asentándose seguramente sobre una tradición de cornamusas anterior.

Álvaro de la Torre

Notas:

(1) Martín Blecua y Pedro Mir, “La gaita de boto aragonesa”, Edizions de l´Astral y A.G.A., Zaragoza, 1.998.

 (2) Charles Alexandre, “La Cornemuse dans les Pyrenées Françaises”, Bulletin du Musée Instrumental de Bruxelles, vol. VI, 1.976. También, J. A. Urbeltz, “Notas sobre el xirolarru en el País Vasco”, Cuadernos de Sección: Folklore, 1, de la Sociedad de Estudios Vascos, San Sebastián, 1.983.

 (3) A. de la Torre, “Gaitas y gaiteros del país de Sobrarbe”, en “Revista de Folklore”, nº 176 y 183, Caja España, Valladolid, 1.995 y 1.996. A pesar de que el libro de Blecua y Mir, tras un largo período, se publicó después de estos artículos, los datos de Sobrarbe que ellos emplean provienen de notas anteriores a la publicación, y en algunos casos son incompletos o inexactos.

 (4) Aparecieron algunas piezas de otros tipos de cornamusas, pero reaprovechadas en la misma estructura original

 (5) Thierry Boisvert, Chabrettes: Mon Dieu, quelle histoire !”, Actas del Simposio Internacional sobre la Cornamusa, La Haya, 1.988.

11 enero, 2021

Información sobre villancicos - 2020

 MARÍA PILAR FRANCO Y SU CUADERNO DE VILLANCICOS

Mª Pilar Franco Bescós, de la huerta Franco de Jaca, apuntó en un cuaderno los villancicos que había aprendido en los años 50, los villancicos que había aprendido en la escuela y en casa. Su sobrino, Carlos, nos enseñó algunos de esos villancicos al resto del Grupo. Algunos los grabamos en nuestro disco “Nueces y turrones, manzanas y peras” (“Pobrín, pobrín” y “Pastorcitos despertad”). Otros los hemos ido incorporando después a nuestro repertorio (“Suenan, suenan las campanas”, “Buenas tardes tenga”, “Ya caminan juntos hacia Belén”). Lo que es indudable, es que nuestras actuaciones de villancicos no serían lo que son de no contar con el repertorio que recogió Mª Pilar.

Tiene 80 años, recién cumplidos: “muchos años ya…” nos dice. Pilar estudió en el colegio que estaba en la calle Ramón y Cajal, que ahora es parte del ayuntamiento, y trabajó muchos años en hostelería, ”también cosiendo (sobre todo camisas) y en casa, en la huerta, donde siempre ha habido mucho trabajo”.

Buenas tardes, Pilar.  ¿Cómo era la Navidad en su infancia?

Con muy poca abundancia de nada, eran tiempos muy difíciles, pero yo creo que se celebraba con más sentimiento que ahora. Lo poco que había de extraordinario se valoraba mucho. Y claro, de críos todo es más majo y alegre. Lo pasábamos bien.

¿Ha cambiado mucho respecto a lo que es hoy?

Ahora hay demasiada abundancia y algo de derroche, valoramos menos las cosas. Aunque es una época bonita del año por juntarnos todos como siempre (aunque este año va a estar difícil).

Como seguro que sabe, los villancicos que usted escribió en su cuaderno hace 64 años son una parte importante del repertorio de Canciones de Navidad del Grupo Alto Aragón, ¿dónde y cuándo cantaban esos villancicos?

Los cantábamos en la escuela que era donde los aprendíamos, pero luego en casa con mis hermanos también, mi hermana Irene también sabía muchos como “En un pesebrito” que también lo grabasteis.

¿Cómo se le ocurrió recoger esos villancicos en el cuaderno?

Los apunté por acordarme luego, para que no se olvidaran, aunque alguno, después de tantos años, no me acuerdo de la tonada.

¿De todos ellos cuál es su preferido?

El “Pobrín, pobrín” seguramente, aunque el de “Buenas tardes tenga” también me gusta mucho.

¿Por qué?

No sé, son de los que más me acuerdo.

¿Ha escuchado alguna vez en directo alguna actuación de villancicos del Grupo Alto Aragón?

Claro, siempre que los tocáis en Jaca y puedo, voy a veros.

¿Qué opina de cómo los interpretamos?

Me gusta mucho cómo los tocáis, con tantos instrumentos y voces.

¿El cuaderno contiene otros villancicos, además de los que tocamos? ¿Nos podría cantar y enseñar alguno de estos?

Sí, hay más, algunos no recuerdo las tonadas bien. Alguno aún podría recordar.

Le agradecemos mucho su tiempo por habernos enseñado… y haber guardado ese fantástico cuaderno del que tanto hemos aprendido.

Gracias a vosotros, me ha gustado mucho colaborar con vosotros.

Carlos Franco y Óscar Tesa


Publicado en la newsletter del Grupo "De Capazo", núm 8 (Cuarto Trim. 2020)


18 septiembre, 2015

Mural aparecido en Bolea - 2015



LOS  DANZANTES  DE  BOLEA ( I )

Durante este verano hemos recibido con gran entusiasmo y alegría la aparición en la localidad de Bolea de unas sorprendentes imágenes de  unos danzantes, presumiblemente de esta localidad y que seguramente constituyen la manifestación gráfica más antigua que se conoce de dances en todo Aragón. 

Imagen general antes de la restauración final.

Este hallazgo, del que fui testigo en los primeros momentos, se produjo en una casa particular de Bolea, sobre un soporte de madera que su dueño decidió restaurar y darlo a conocer este verano. Todo apunta a que se trata de una obra del siglo XVIII o tal vez de finales del XVII. La noticia del hallazgo se publicó en el especial del día de san Lorenzo del Diario del Alto Aragón, gracias a Mª Antonia Buisán Chaves, la autora del artículo.
La imagen de estos danzantes forma parte de una composición en la que aparece dibujada una procesión por las calles de la localidad. La escena se dibujó en la puerta de un antiguo armario de pared y durante siglos permaneció encalada y oculta con una gruesa capa de cal, hasta que finalmente ha salido a la luz. Sus dimensiones: 60x40 aprox. El estilo del dibujo es de líneas muy sencillas, pareciendo infantil o realizado por persona de poca destreza. De algún modo semeja una pintura naïf.
Todavía se aprecia en ella otra particularidad que la hace más interesante, la de que los dibujos de los personajes no están dibujados sobre la tabla, sino que lo están sobre un papel que posteriormente se recortó y pegó en el emplazamiento correspondiente. Se trata, pues, de una especie de collage del siglo XVIII.
Aparecen cuatro danzantes: el mayoral, dos que danzan y el músico.
El mayoral viste calzón corto y sobre él, una pequeña saya en la que se aprecian dibujos de complicados bordados. En la parte superior, lleva una chaquetilla con dibujos y sobre la cabeza un antiguo sombrero negro, propio de los siglos XVII y XVIII. En la mano, como distintivo del cargo, porta un palo del que cuelgan unas cintas. Va a la cabeza de la procesión.
Mayoral y danzantes
         Tras el mayoral aparecen dos danzantes. Están bailando y portan sendas espadas en la mano derecha y unas pequeñas dagas, en la izquierda. Idéntico, a este respecto, a los danzantes de san Lorenzo de Huesca. Van vestidos como el mayoral,  pero con un tocado en la cabeza muy diferente y desconocido en nuestros días; a la manera de una visera de la que sobresale un penacho negro. El pelo aparece recogido en una curiosa redecilla rematada en borla, muy de la época. De las sayas destacan los bordados, que están dibujados con detalle; así como los realizados en las medias que semejan estrellas. No se aprecian cascabeles.
Por último, aparece el músico. Una auténtica sorpresa para todos nosotros, pues se trata de un tañedor de flauta y salterio. Aparece en último lugar y se aprecian claramente los instrumentos que toca en ese momento, aunque la simplicidad de los trazos impide conocer mucho sobre ellos. La flauta, por ejemplo, es una simple línea recta, pero en el salterio se distinguen claramente cuatro cuerdas. 
Como se puede observar, una auténtica golosina para los amantes del folclore aragonés. Principalmente para los jacetanos, por la figura del músico tocando la flauta y el salterio con los que nos sentimos tan identificados.

El estudio de toda la composición artística se escapa de este breve artículo, pues da para muchos más, pero nos acercaremos a ella un poco más en posteriores entradas de este blog.

 Manuel Tomeo Turón