15 febrero, 2015

Josechu Domínguez habla de nosotros (1977)

GRUPO FOLKLORICO “ALTO ARAGÓN”
EMBAJADORES JACETANOS DEL VIEJO ARTE DE LA DANZA POR EUROPA
PASADO - PRESENTE – FUTURO
P A S A D O
Tendríamos que abrir la página de la vida de estos muchachos, allá por la década de los 60 para encontrar los cimientos de este Grupo-
Veríamos allí unos muchachos y muchachas que, junto a sus primeras letras, aprendían sus primeros pasos de danza, sus primeras nociones musicales.
El conocimiento, tan temprano, del canto y de la danza de su Aragón, acendró, sin duda, en aquellos muchachos, el respeto y el cariño hacia su tierra.
Formaron, unos y otras, en la Rondalla del Colegio Escuelas Pías y en la Escuela de Jota de la Sección Femenina.
En el 68, con la fusión de estos dos grupos nació el cuadro de “Rondalla y Jota de Jaca”. Durante siete años este grupo infantil efectuó numerosas actuaciones en España: Logroño, Madrid, Huesca, San Sebastián, Zaragoza, Oviedo y otras, así como en múltiples pueblos de la comarca y provincia, recorrieron también el Sur de Francia: Bayona, Biarritz, Luchon, Bagneres de Bigorre, etc.
Mas, llega el momento en que unos han de acceder a estudios superiores; su salida de Jaca es ineludible. Otros han de incorporarse al mundo del trabajo. Es el momento crítico en que habían muerto ya tantas y tantas vocaciones. Mas ellos, en las primeras vacaciones en que vuelven a reunirse, deciden que aquello debe continuar, pero con otro enfoque. Redactan nuevas bases, las presentan para su aprobación a los responsables de Escuela Pías y Sección Femenina; son aprobadas y así nace en 1975 el “Grupo Folklórico Alto Aragón”.
La junta es elegida entre sus miembros activos y en lo sucesivo funcionarán autónomamente.
Han pasada ya dos años, el camino ha sido difícil, duro el trabajo. Horas y horas de ensayo, sacrificios, sinsabores y alegrías. Han recorrido los pueblos de nuestro Pirineo, en busca de las viejas danzas, estilos, trajes; rescatando, intentando conservar, mejorando si es posible nuestro acerbo cultural aragonés. Son conscientes de sus limitaciones, no son profesionales, pero ponen en la empresa todo su corazón, su gran corazón de aragoneses y su amor por nuestros pueblos y nuestras gentes.
Su época activa en razón de sus estudios es coincidiendo con sus vacaciones escolares y en razón de su extensión con más preferencia durante las estivales. El año pasado actuaron en el “Festival Folklórico de los Pirineos”, en Olorón. Los jacetanos que fuimos espectadores nos vimos agradablemente sorprendidos por el regalo de su danza y su canto; verdaderamente emotivo el encuentro y difícil de olvidar.
P R E S E N T E
Sus giras por Francia tienen pronto eco en la prensa del país vecino. Titulares como: “Los embajadores jacetanos de la danza aragonesa”, “Jaca puede estar orgullosa de sus hijos”, “Los españoles, un triunfo…”, encabezan las crónicas que se refieren al Grupo “Alto Aragón”. Empiezan a recoger los frutos de un trabajo duro y constante.
Próximo a terminar el mes de julio de este año 1977, seguían siendo, a pesar de todo, para la gran mayoría, en Jaca, en su ciudad: “un Grupo desconocido”-
Tenían esa espina clavada, hubieran querido presentarse mucho antes a su público, pero el exceso de compromisos y las pocas fechas disponibles con el grupo “al completo” lo habían impedido.
El 24 de julio, en el Palacio de Congresos, fue su gran día. El Palacio lleno a rebosar, de jacetanos, fue testigo del regalo de sus danzas, sus jotas cantadas y el sonido, que componía bellos “cuadros” al conjuro de su rondalla.
Aquel público expectante, no daba crédito a lo que veían sus ojos, ni a lo que escuchaban sus oídos. En el descanso, el comentario era: ¡Maravilloso! ¡Extraordinario! ¡Sorprendente!
Al remudarse el espectáculo, una personalidad del folklore mundial, llegado de París para ver su actuación, Monsieur Lassabe –cofundador del Comité Internacional de Organización del Folklore (C.I.O.F.)- subió al escenario y nos habló de la realidad del “Alto Aragón”, dijo más o menos: “Este grupo lo conocí el año pasado, me gustó mucho –soy un gran admirador del folklore y en especial del folklore aragonés de la jota-, lo he ido siguiendo y cada nueva actuación me sorprende con sus progresos; todavía no han alcanzado su plenitud, irán a más”. Y terminó diciendo: “La ciudad de Jaca puede estar orgullosa de contar con este grupo, el “Alto Aragón”.
A esta presentación, siguió su actuación en el “XV Festival Folklórico de los Pirineos”, de todos conocida, y que mereció los elogios de la crítica. Varias actuaciones en nuestra comarca y en Francia, donde, paradojas del destino, son más conocidos y requeridos que en su propia región.
Posteriormente, la Cruz Roja les pidió una colaboración, que se tradujo en otra nueva actuación en el Palacio de Congresos a beneficio de la citada institución. Lástima que la llamada, quizá por la fecha, 25 de septiembre, no fuera atendida con la afluencia que hubiera sido de desear, tanto por la calidad del espectáculo, como por la finalidad benéfica perseguida.
F U T U R O
Es el futuro, lo que siempre nos preocupa. Se planifica el futuro. A veces todo se desarrolla con arreglo a esa planificación, otras… se tropieza, se rompe la lechera, se derrama la leche –como en aquel cuento de nuestra infancia- y toda la planificación falla por su base. Verdaderamente es importante, conservar tradiciones, arte, modos de vivir, de danzar. Es una parte de nuestro patrimonio cultural que ellos conservan y quieren hacer perdurar. Lo quieren “vivo” en sus danzas y sus ritmos.
La incógnita surge cuando se piensa en el relevo. También lo tienen previsto, hablan de formar su propia Escuela de Jota, que sirva de vivero a las inevitables bajas, que puedan ir surgiendo.
Ante esa firmeza, esa fuerza y esa alegría de vivir de este grupo “Alto Aragón”, donde no tiene valor “Uno” sino “Todos”, habremos de tener “Fe” y apoyar ese “Futuro”, para que salga según sus deseos, que, desde luego, son los nuestros.
Así podremos seguir disfrutando con sus danzas, bailadas ya, por nuestros antepasados de tres, cuatro o más generaciones atrás; quizás en la plaza Mayor del pueblo o en la misma “era”, celebrando la fertilidad de su tierra, recogida la cosecha en el granero. En esa hora mágica en que nuestras montañas, sus rocas, toman tonos cambiantes minuto a minuto, en la frontera en que muere un día y nace la noche, preludio de otro que traerá nuevas esperanzas e ilusiones.
Al escuchar sus jotas se nos arrugará el alma, se nos escapará una lágrima. No es de cobardes. ¡No avergonzarse! La jota enardece, nos habla con voces viejas de nobleza; nos invita a olvidar pequeños rencores; a perdonar, a ser hombres de miras amplias; a estar por encima de nimieces. Nos recuerda en fin, que siempre hay cruzando el horizonte una paloma con un ramo de olivo prendido en su pico… Por eso la jota enardece, acongoja y a veces ¡nos avergüenza!
JOSE DOMINGUEZ
Esta noticia fue publica por EL PIRINEO ARAGONÉS NUM. 4900 con fecha de 17 de Noviembre de 1977
Paco

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