20 diciembre, 2012

TAIWAN, EL VIAJE


En otra entrada de este blog de fecha 27 de Febrero de 2012, explicaba un poco las peripecias acaecidas para obtener 30.000 €, que es lo que costaba el viaje a Taiwan, que nuestro Grupo, el Grupo Folklórico Alto Aragón de Jaca, efectuó del 25 de Febrero de 1999 hasta el 9 de Marzo de ese mismo año.
Pero empecemos por el principio; la preparación de este viaje como todos viene de fechas atrás, varios días calculando cuantos baúles, maletas, instrumentos, en fin, cuánto de todo para no pasarnos de los kilogramos que nos había autorizado la compañía aérea para llevar al viaje. Al final son 5 baúles con todos los trajes, 2 más con los instrumentos con un total de 400 kilos y además otros 500 kilos de las maletas individuales de cada componente, total casi una tonelada sin contar las personas claro. En esta ocasión nos desplazamos 29 componentes. Justo la cantidad que figuraba en la invitación del Festival, 14 hombres y 15 mujeres.
Salíamos de Jaca a la 1,30 de la mañana, rumbo al aeropuerto de Barajas en Madrid el día 25 de Febrero. Lo que ya sabíamos pero no podíamos ni imaginar era lo que nos esperaba, un viaje largo, muy largo. De Madrid a Amsterdam, de Amsterdam a Hong Kong y de Hong Kong a Taipei, capital de Taiwan y todo esto en más de 30 interminables horas en aviones y aeropuertos.
 
Después de llegar a Taipei aún quedan unos cuantos kilómetros, casi 500 hasta Ping-Tung que es la ciudad que nos ha invitado a su festival. El aeropuerto, pues como todos moderno, funcional limpio etc. de momento cargamos los "bártulos", todos menos uno, la maleta de Fernando que anduvo de país en país durante 4 días hasta que apareció procedente de Rusia. Partimos en un autobús más bien viejo y con poco maletero, parecía el camarote de los hermanos Marx. Comienza el camino hacia Ping Tung por una autopista de varios carriles, pero con intersecciones cada dos por tres, ciudades o pueblos que no sabes cuándo empiezan o terminan, pues una ciudad linda con la otra y todo está ocupado por casas, campos, huertos y gente, mucha, mucha gente por todas partes. La sensación inicial de pobreza a lo largo del camino, se va calmando conforme entramos en ciudades más grandes y sobre todo en Ping-Tung que es nuestro destino final.
Habiendo hecho tan sólo una parada en el camino, llegamo a Ping Tung para alojamos en el "First Hotel". Si traducimos el nombre del Hotel lo dice todo "Primer Hotel", un poco antiguo pero con todas las comodidades, aire acondicionado, frigorífico y baño completo en todas las habitaciones y un muy esmerado servicio de lavandería que usamos mucho. Desde aquí todos los días nos dirigíamos a una ciudad o pueblo para participar en diversos festivales y actuaciones que más adelante detallaré.
Ese mismo viernes, fuimos invitados a una cena con el alcalde de la ciudad, donde nos encontramos con el resto de grupos del festival, Japón, Tíbet, Tailandia, India, Israel, Rusia, Francia, Grecia y Estados Unidos, este último con un grupo de indios Apaches auténticos. También estaban representando Taiwan con varios grupos.
El desfile inaugural fue al día siguiente sábado por las calles de Ping-Tung, sin lugar a dudas el desfile folclórico más largo y con más cantidad de espectadores que jamás habíamos visto. La propia organización nos comunicó que a lo largo del desfile había más de 200.000 personas y la verdad que seguro que tenían razón. Con los trajes de Hecho y Ansó, con los paloteaos y con el resto de bailes, causamos una gran expectación a lo largo de todo el desfile, y al finalizar el mismo, una actuación de unos 40 minutos en un escenario situado en un cruce de calles, que sin exagerar había concentrados en ese punto más de 50.000 personas.
El domingo día 28 fuimos invitados a un seminario de danza, en la Escuela de Artes Escénicas de Ping-Tung junto con el resto de grupos. Participamos unos 30 minutos con danzas del Sobrarbe, que como siempre triunfan y son más fáciles de aprender que cualquier otra jota bailada, donde comimos por primera vez una fruta llamada "Lien-ju", con Carlos nos trajimos semillas para plantar "Lienjueleros" en Jaca, a ver si salen algún día. Yo particularmente creo que nos "confinaron" en ese teatro de la Escuela de Artes para tenernos un poco controlados, ya que según nos comentaron al día siguiente, había convocada una manifestación en contra del Gobierno para ese día y lo mejor para ellos era, que todos los grupos estuviéramos controlados.
Al día siguiente fuimos a la ciudad de Tung-Kang. Delante de un impresionante templo chino, cuyas paredes estaban cubiertas de pan de oro, según ellos, y acompañados por el grupo de Israel, actuamos con un espectáculo de más de 45 minutos, causando de nuevo perplejidad con los trajes, bailes y paloteaos. El acto fue presidido por sus primeras autoridades locales y regionales.
Los dos días siguientes no teníamos actuaciones, cosa que nos sorprendió y los dedicamos a hacer turismo por la isla. Visitamos una reserva, el Parque Natural de Kengting y el día 3 el Parque Cultural Aborigen, los dos en plena naturaleza.
Fang Liao Hsiang es la ciudad en la que el día 4 actuamos con un espectáculo compartido con el grupo de auténticos Indios de Arizona (EE.UU). En esta ciudad, situada en la costa, tuvimos el gusto de participar en una comida a base de marisco (después de las exóticas comidas de otros días) y otros "bichitos", todo ello regado con un licor tipo orujo. Las botellas parecía que tenían ruedas, dada la circunstancia que no teníamos que conducir, ni había actuación hasta el día siguiente y sobre todo por hacer aprecio.
El resto de actuaciones del 5 y 6 de Marzo fueron en Ping-Tung, el 5 en una Galería de Arte, con el grupo de India. Luego nos dijeron, que actuamos en esa sala porque habíamos sido los dos mejores grupos del festival, si fue así pues mejor ya que los otros grupos eran bastante buenos. La sala tenía una capacidad para 850 personas y al terminar nuestra actuación tuvo que subir y bajar el telón hasta en tres ocasiones para aplaudirnos y pedirnos "bises". El día 6 la actuación fue al aire libre junto a un gran Centro Comercial que nosotros llamábamos "El Corte Inglés" que en sus comedores, en la última planta, era donde comíamos y cenábamos prácticamente todos los días.
En ciertas actuaciones nos permitieron vender algunos de nuestros recuerdos, postales, pins, discos y sobre todo castañuelas que en un número superior a 100 pares habíamos llevado por si acaso. Las vendimos todas.
Fuera de lo estrictamente folklórico, el viaje desde mi punto de vista fue maravilloso. El alojamiento en el First Hotel donde cada noche al llegar de las diferentes ciudades, en el pasillo casi de nuestra propiedad, se organizaban recenas, cantos, bailes etc. Eso si, hasta la 1 de la mañana (horario acordado entre todos), siempre apoyados por la camarera-cuidadora de la planta que incluso nos traía alguna vez una especie de "sopicaldo" en una bolsa de plástico transparente, que alguno (Manolo) hasta untaba pan.
Delante del hotel había un estudio de fotografía, que hizo el Agosto (en Marzo) con nosotros, a las 8 de la noche le entregábamos 8-10 carretes de fotografías y al día siguiente a las 8 de la mañana ya estaban revelados y en papel, esto mismo ocurría con las marinetas, camisas y enaguas que en la lavandería del hotel al día siguiente estaban todas limpias y planchadas, todo ello a precios irrisorios para lo que estábamos acostumbrados.
Casi todas las noches, algunos íbamos a tomar unas cervezas al mismo bar, nos hacían sitio a todos quitando a los clientes taiwaneses. Varias rondas (de cerveza) y al hotel.
Durante los paseos para comprar recuerdos, para ir a comer o simplemente para recorrer esos pueblos y ciudades tan diferentes a las nuestras, nos íbamos topando con cosas muy curiosas:
·         El camión de la basura toca una "musiquita" y la gente saca la basura.
·         Motocicletas de dos ruedas con el padre, la madre, dos niños y la suegra, ¡increíble!
·         Ver cocinar la comida en medio de la calle, y un largo etcétera de cosas
Todo nos parecía diferente, aunque para ellos nosotros éramos los exóticos, no parábamos de hacernos fotografías con todos y firmar autógrafos.
No sería justo dejar de mencionar aquí a las dos acompañantes taiwanesas, Estela y Clara, que durante todo el viaje estuvieron a nuestro lado para informarnos y sobre todo para traducirnos un idioma tan bonito como complicado para nosotros. Estela vino al año siguiente con un grupo de Taiwan al Festival de Jaca y con la que durante años hemos mantenido contacto posteriormente.
Las revisiones de habitaciones, para las más jóvenes (Susana y Vanesa) duchas para los novatos y novatas, algún que otro "rifirrafe" frecuente en aquellos tiempos entre componentes, pero sobre todo buen ambiente en general nos llevan al sábado día 6. Por la noche, a preparar los baúles y maletas, y a las 6,30 de la mañana del día 7 comienza el viaje de vuelta haciendo casi el mismo recorrido ya que volvimos por Londres y regreso de nuevo a Jaca.
Los meses y años posteriores siempre hemos recibido invitaciones para participar en otros Festivales de Taiwan, pero debido al alto coste del viaje no hemos aceptado y hemos preferido hacer viajes a otros lugares del planeta y conocer más países, pero la verdad es que si se pudiera, económicamente hablando, no me importaría volver a esas tierras que me han marcado para siempre.

Sobre este tema nos hicieron una entrevista que se publicó en el semanario El Pirineo Aragonés de Jaca en su número 5.971 (5 de febrero de 1999). A continuación el link:
http://www.elpirineoaragones.com/system/pdfs/5751/original/19990205_0_05951.pdf?1250765688

Rafa.

12 diciembre, 2012

REQUIEM POR UN FESTIVAL



Referencia: Información del tema en Diario del Alto Aragón

Con 40 años en el folclore, 4 continentes, 16 países, más de 600 ciudades y pueblos, y con más de 2.000 actuaciones en festivales folclóricos, me animan y me avalan, creo yo, para poder dar esta humilde opinión acerca de mi querido FESTIVAL FOLCLÓRICO DE LOS PIRINEOS en Jaca.

Con estupor e indignación, veo como lo que parecía poco estudiado y que con mucha improvisación se planteaba como el nuevo Festival Folclórico de Jaca, se está convirtiendo en una realidad y que mucho me temo se lleve a cabo, a pesar de las numerosas opiniones en contra.

Hay que estar, ver, analizar y "copiar" si es necesario, formas y fórmulas de los miles de buenos festivales que se realizan durante el año en todo el mundo y en lugar de retornar a los inicios de un festival que lleva 46 años de trayectoria, lo que necesita es adecuarse a los tiempos que estamos viviendo, sin perder la esencia que siempre le ha caracterizado.

El sistema CIOFF es uno de ellos. Es un sistema al que cada año se incorporan mas festivales de todo el mundo y que hoy por hoy goza de muy buena salud y da prestigio a sus asociados.

No es un sistema fijo, por el contrario cada festival o cada país lo adapta a su público que es en definitiva quien aprueba o no los festivales. La cultura, como la salud y la educación entre otras no tiene que ser necesariamente rentable. Optimizar recursos es primordial en épocas de crisis (y de arcas boyantes), pero no a costa de "cargarse" un festival que es un referente en el folclore de todo el mundo.

Los grupos se alojan en Colegios, Institutos o Universidades en casi todos los países. Esto crea un mayor acercamiento entre culturas y más importante entre personas. Los alojamientos en hoteles también se hacen, pero es preferible, desde mi punto de vista, ahorrar en alojamiento siempre que sea digno, y traer buenos grupos de todos los países del mundo. La variación ha sido, es y será la clave para un éxito asegurado.

Los desfiles diarios, o actuaciones en plazas, desde el punto de vista de los participantes, es sin duda lo más cansado pero a la vez lo más alegre, vistoso y cercano al público que además de acudir a los escenarios disfruta durante todo el día de los pasacalles. El desfile final del festival es en todos los festivales el broche de oro ideal.

Lo más comentado por los grupos participantes en el Festival de los Pirineos en Jaca es nuestro escenario, ÚNICO en todo el mundo, con el que se da al espectáculo vistosidad y sobre todo agilidad.

Con respecto al pabellón, hay que adecuar muchas cosas, cojines, horarios, precios, entradas, incluso aire acondicionado, pero es el sitio ideal para los grupos y sobre todo para los espectadores. Con algunas mejoras no muy costosas, se podrían asegurar unos ingresos siempre necesarios para la organización.

En definitiva, como suele decirse, “las pruebas con gaseosa”, que una vez rota la dinámica de un festival, es muy difícil volver a hacerse un digno espacio en esta parcela del mundo cultural que son los festivales folclóricos. En este sentido Jaca ha sido un referente mundial durante muchos años y por desgracia si todo sigue así, está a punto de perder.

De todas formas siempre me quedará el consuelo de haber participado ininterrumpidamente en 41 Festivales Folclóricos de los Pirineos tanto en Olorón como en Jaca.


Rafa.